Un preso de religión musulmana, liberado en Melilla por la Cofradía del Cautivo durante el Jueves Santo

EUROPA PRESS

Tras la lectura del acta de liberación, el recluso, vestido con la túnica y el capirote, símbolos de la Cofradía del Cautivo, golpeó la campana del trono y, en ese momento, los portadores elevaron al cielo a la talla de Jesús Cautivo, con lo que se oficializó la liberación del preso.

El recluso que ha recibido el tercer grado y contará, en su libertad, con el apoyo de la propia Cofradía y el Voluntariado Cristiano de Prisiones, en forma de puesto de trabajo y seguimiento de su nueva situación para lograr su reinserción en la sociedad, ha sido este año de religión musulmana, si bien su identidad no ha sido desvelada, aunque sí la condena que cumplía: dos años por tráfico de drogas.

Desde que en el año 2000 se instaurara esta tradición en la Semana de Pasión melillense, han sido 16 los internos del Centro Penitenciario de Melilla que se han visto agraciados con la medida, tras ser elegidos por una comisión formada por la Junta del Centro Penitenciario entre una terna de candidatos.

Pasadas las 21,30 horas y ante el reo, vestido de penitente, se dio lectura al auto de liberación. En los razonamientos jurídicos el auto se reconoce que "no cabe duda de que la liberación de un preso cada Semana Santa, en estas condiciones, es una extraordinaria manera de contribuir a su reinserción social. Y así ha sido reconocido tanto por la sociedad melillense, que ha respaldado esta iniciativa desde su comienzo, como por la Administración, pues la Dirección General de Instituciones Penitenciarias concedió en 2002 a la Cofradía y al Voluntariado Cristiano de Prisiones la Medalla de Plata al Mérito Social Penitenciario".

En concreto, el auto subraya que "se concede, por petición de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo, el beneficio extraordinario de la libertad condicional adelantada al cumplimiento de las dos terceras partes de su condena, al penado cuya excarcelación se hará efectiva el Jueves Santo, fecha en la que la Cofradía y el Voluntariado, de forma coordinada con los servicios sociales penitenciarios comenzarán, durante el plazo de un año, a tutelar a dicho liberado, prestándole su apoyo moral, auxiliándole en sus necesidades conforme al diagnóstico de necesidades que se recoge en su informe, todo ello en la medida de sus posibilidades, y en definitiva, ayudando a dicho liberado para que se reinserte en la sociedad y en lo sucesivo pueda llevar una vida honrada en libertad".

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