Messi toma la palabra en su juicio por fraude fiscal

Poco dado a expresarse fuera del campo, el astro argentino del FC Barcelona tomará este jueves la palabra en su juicio por presunto fraude fiscal en Barcelona, pocos días antes del debut de la albiceleste en la Copa América.

El quíntuple ganador del Balón de Oro, ausente en los dos primeros días del proceso por una lesión en la espalda, será interrogado junto a su padre Jorge Horacio antes de volver a la concentración argentina, que el lunes disputa su primer partido contra Chile en Santa Clara (California, Estados Unidos).

La investigación judicial, iniciada en junio de 2013, no parece albergar dudas sobre los hechos. En 2005, la familia de un Messi todavía adolescente, aconsejada por su exasesor Rodolfo Schinocca, fundó una sociedad en Belize para ingresar allí los derechos de imagen del futbolista.

La joven promesa, que con 13 años se trasladó a Barcelona para unirse a la cantera azulgrana, ya apuntaba alto. El 1 de mayo de 2005 se convirtió en el jugador más joven de la historia del club en marcar un gol en Liga, con 17 años, 10 meses y 7 días.

Dos años después, la familia rompió relaciones con Schinocca, a quien acusaron de estafarlos, y reemplazaron la sociedad de Belize por otra en Uruguay, donde siguió percibiendo sus derechos de imagen sin tributar a la hacienda española.

"Se trataba de preservar el máximo valor", reconoció el miércoles ante el tribunal Ángel Juárez, del bufete de abogados Juárez Veciana encargado de montar esta sociedad. Según él, se hizo en Uruguay porque allí "esos rendimientos no estaban sometidos a fiscalidad".

El fiscal estima que el jugador habría evadido 4,16 millones de euros de contratos firmados con Danone, Adidas, Pepsi o Procter&Gamble entre 2007 y 2009. El dinero se ingresaba en dos otras sociedades de la trama en Suiza y Reino Unido y de allí se dirigía a las sociedades offshore.

Sin discutir los hechos, sus abogados denunciaron la presión de la agencia tributaria española, que realizó 21 inspecciones sobre el jugador, y trataron de desvincularlo de la gestión de su riqueza.

"El interlocutor siempre fue Jorge Messi, o a veces Rodrigo (su hermano)", dijo Iñigo de Loyola Juárez, del mismo despacho Juárez Veciana. "Enviábamos los documentos a Jorge para que se los pasara a su hijo y los firmara", añadió.

De hecho, tanto él como su hermano, citados por la fiscalía como asesores tributarios del jugador, aseguraron que apenas tenían contacto con Messi y no le informaban directamente sobre sus gestiones. "No tomaba ninguna decisión", afirmó Ángel Juárez.

La fiscal, que en 2013 se querelló contra el futbolista, aceptó esta versión y pide únicamente condena contra su padre, a quien atribuye "un papel decisorio y decisivo" en el "mecanismo defraudatorio".

La defensa también intentó restar responsabilidad a su progenitor, que según ellos no estaba muy al corriente de estos temas al residir en Rosario y desconocía cometer una ilegalidad.

"Le expliqué a Jorge que era legal" pero también "sabía que no tributaban en España", dijo Juárez.

Este fiscalista explicó que creó una estructura compuesta por dos sociedades uruguayas, Jenbril, propiedad al 100% de Messi, y Forsyl, donde Jorge cobraba sus comisiones como agente.

Sin embargo, no esclareció el papel de las otras dos sociedades, la británica y la suiza --sociedades pantalla según la fiscal--, ni por qué Messi no declaró al fisco la existencia de la sociedad uruguaya.

El futbolista, uno de los cuatro deportistas más ricos según Forbes, ya devolvió unos 5 millones de euros al fisco correspondientes a su presunta evasión y los intereses. Aun así, junto a su padre, se arriesga a una multa equivalente al fraude y 22 meses y medio de prisión.

Si fueran condenados, difícilmente serían encarcelados porque en España las penas inferiores a dos años no suelen aplicarse si no existen antecedentes judiciales.

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