Murió Patricio Aylwin, el presidente del consenso tras la dictadura en Chile

Patricio Aylwin, el primer presidente democrático tras la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, recordado por su histórico pedido de perdón a las víctimas, falleció este martes a los 97 años.

"Chile ha perdido a un gran demócrata", destacó la presidenta chilena Michelle Bachelet tras conocerse la muerte del líder político, que durante las últimas décadas se convirtió en un referente moral de la democracia.

Aylwin sucedió a Pinochet el 11 de marzo de 1990, dando inicio un periodo de transición marcado por su histórico pedido de perdón por las 3.200 víctimas que dejó la dictadura.

Tuvo que convivir con la desafiante presencia del exdictador al frente del Ejército erigido en vigía de su propio legado, tras perder sorpresivamente un referéndum en el que los chilenos le dieron la espalda.

El gobierno chileno decretó tres días de duelo oficial en honor al exmandatario, integrante de la Democracia Cristiana, que murió en su casa rodeado de su familia, tras semanas de agonía.

"Había alcanzado la avanzada edad de 97 años. Su deceso se produjo por causas naturales", dijo su hijo Miguel Aylwin a la prensa frente a la casa donde falleció y que empezaba a convertirse en centro de peregrinación de personalidades y líderes políticos para dar el pésame a la familia.

Las condolencias también llegaban de gobiernos y organizaciones extranjeras.

"El ex Presidente Aylwin será recordado como un luchador por la justicia que presidió la transición pacífica de una dictadura militar a una democracia vibrante", dijo John Kirby vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos, en un comunicado.

Aque Aylwin fue "un defensor permanente de la justicia, que presidió Chile durante la transición pacífica desde la dictadura militar a una vigorosa democracia".

El viernes está previsto su funeral de Estado, en el que se esperan personalidades políticas de la región y el mundo.

La mandataria anunció que baraja suspender un viaje que tenía previsto a Estados Unidos, para poder participar en las exequias que arrancarán el miércoles en la sede del Congreso en Santiago, y luego en la Catedral de la capital, concluyendo con el funeral de Estado en el Cementerio General.

Abogado de profesión, Aylwin fue elegido presidente tras imponerse en las elecciones generales de diciembre de 1989 que convocó Pinochet tras perder un año antes un plebiscito sobre la continuidad del régimen.

En representación de la "Concertación de Partidos por la Democracia", una coalición de partidos de izquierda y centro-izquierda creada para derrocar a través de las urnas a la dictadura, se impuso en las elecciones por el 55,2% de los votos al exministro de Hacienda de Pinochet, Hernán Büchi.

El demócrata cristiano logró liderar la coalición de partidos de izquierda pese a su rol durante el gobierno del derrocado mandatario socialista Salvador Allende (1970-1973), del cual fue un férreo adversario político.

Durante la dictadura, jugó también un rol clave en la conformación de la oposición a Pinochet, quien finalmente, el 11 de marzo de 1990, le entregó la banda presidencial en una histórica ceremonia en la sede del Congreso chileno que marcó el fin del cruento régimen que se extendió por 17 años.

En el plano económico, sus cuatro años de gobierno estuvieron marcados por un robusto crecimiento de la economía chilena, en torno al 8%, y la reducción de la pobreza del 40 al 30%.

Con Pinochet como jefe del Ejército, Aylwin debió lidiar con la presión que siguió ejerciendo en democracia el exdictador, que durante su mandato volvió a sacar a las tropas a las calles.

En ese contexto instauró una hoy cuestionada "política de los consensos", mientras que asumió una difícil posición entre las víctimas, a las que les comunicó que se haría "justicia en la medida de lo posible".

En una solemne ceremonia, un año después de asumir el poder, el mandatario les pidió perdón en nombre del Estado, al concluir el trabajo de la llamada "Comisión de Verdad y Reconciliación".

"Me atrevo, en mi calidad de presidente de la República, a asumir la representación de la nación entera para, en su nombre, pedir perdón a los familiares de las víctimas", dijo Aylwin, con la voz entrecortada.

"Algunos criticaron que dijera 'en la medida de lo posible', pero esa medida de lo posible nos permite estar donde estamos hoy día", resaltó la presidenta Bachelet.

Con Allende saldó también una deuda. A pocos meses de asumir, le hizo un funeral de Estado a uno de sus máximos oponentes políticos. "Fui opositor de su gobierno lo que no nos impidió dialogar siempre en busca de fórmulas por lograr un acuerdo para salvar la democracia", dijo durante las exequias.

Mostrar comentarios