Nueva escalada de tensión entre la justicia y el Congreso de Brasil

La tensión entre poderes en Brasil escaló este miércoles con la decisión de la corte suprema de analizar un caso que podría amenazar al presidente del Senado, quien criticó a la Justicia por procedimientos de la investigación del fraude en Petrobras.

El jefe del Senado, Renan Calheiros, había anunciado la víspera que sería recibido por el presidente, Michel Temer, junto a la titular del Supremo Tribunal Federal (STF), Carmen Lúcia, pero la reunión no se realizó por problemas de agenda de esta última, dijeron fuentes del máximo tribunal.

Las tensiones saltaron a la luz el martes cuando Calheiros llamó "juececito" al magistrado de primera instancia Vallisney Souza Oliveira por haber ordenado detener a policías del cuerpo especial del Senado, sospechosos de desinstalar dispositivos de escuchas telefónicas y ambientales en las residencias de legisladores investigados.

Carmen Lúcia pidió respeto entre los poderes y dijo sentirse atacada personalmente por los insultos contra el juez.

Calheiros, que también es investigado en causas de corrupción en el STF, volvió a la carga el miércoles al anunciar que el Senado había presentado un recurso ante el máximo tribunal, cuestionando "los excesos cometidos en la operación" y solicitando la devolución de los equipos y el material decomisado.

Además, anticipó que recurrirá ante el Consejo Nacional de Justicia contra el magistrado que dispuso la operación en el Senado.

"Será una oportunidad para que se pueda defender, presentar sus razones y hablar de los hechos gravísimos que implicaron la invasión del Poder Legislativo", dijo Calheiros en una rueda de prensa.

La ofensiva del presidente del Senado incluyó un pedido al titular de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, para que agilice la votación de una iniciativa ya aprobada por el Senado que recorta las jubilaciones de miembros de la Justicia que hayan cometido actos deshonestos contra la administración pública.

En medio de la disputa, el STF agendó para el 3 de noviembre una sesión para definir si un político procesado puede estar en la línea de sucesión presidencial.

Calheiros, segundo actualmente en la secuencia de la jefatura de Estado detrás de Maia, fue denunciado por la fiscalía en 2007, en un caso que se halla bajo secreto de sumario pero por el que no ha sido procesado.

No obstante, si el STF excluye de la línea sucesoria a quienes estén procesados, eso podría facilitar la presentación de otros recursos para plantear que tampoco pueden presidir la Cámara baja, el Senado o STF los tres cargos que siguen a la vicepresidencia (hoy en día vacante) en Brasil.

"No tengo ninguna preocupación por eso. Yo no estoy procesado", dijo Calheiros.

El poderoso senador también había atacado al ministro de Justicia, Alexandre de Moraes, por avalar los arrestos. El martes dijo sentir "odio y asco por los métodos fascistas" y anticipó que no compartiría una reunión en la que ambos coincidirían este viernes.

Pero por la tarde se desdijo y aseguró que iría al evento, donde se tratarán cuestiones de seguridad y al que también asistirá Carmen Lúcia.

"Mi responsabilidad como presidente del legislativo no puede tener límites. Me veo mejor en el papel de bombero que en el de pirómano", dijo.

No está claro, sin embargo, si se producirá la cumbre de poderes cancelada el miércoles, ya que fuentes del Palacio de Planalto señalaron a la AFP que sería mejor esperar que los ánimos se enfríen.

Temer, que era vicepresidente de la destituida presidenta de izquierda Dilma Rousseff, pertenece al partido de derecha PMDB, el mismo de Calheiros.

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