La ONU y HRW piden a EEUU que se replantee la ejecución de un condenado diagnosticado con psicosis paranoica

  • Los relatores especiales de Naciones Unidas para Ejecuciones Extrajudiciales, Agnes Callamard, y para el Derecho a la Salud, Dainius Puras, han solicitado a Estados Unidos que detengan la ejecución de William Morva, un hombre de origen húngaro de 35 años que fue diagnosticado con psicosis paranoica y condenado a muerte por la muerte de un comisario y un guardia de seguridad.
EUROPA PRESS

"Estamos profundamente preocupados por la información que hemos recibido y que indica que no ha habido un juicio justo", han señalado ambos, en un comunicado difundido desde el servicio de noticias de la ONU, advirtiendo de que se pudo haber violado el Derecho Internacional.

Morva fue condenado a muerte en 2008 y su ejecución está programada para este jueves. El ahora condenado fue trasladado a un hospital por un esguince y cuando estaba en el centro hospitalario asaltó al 'número dos' de la oficina del 'sheriff', a quien robó el arma. Después abrió fuego contra el guardia de seguridad del hospital.

Tras lograr huir del mismo, al día siguiente mató al 'número dos' de la oficina del 'sheriff' del condado de Montgomery. Durante el juicio, Morva fue diagnosticado con un trastorno de personalidad, condición de la cual, según la ONU, no se informó al jurado.

En 2014 fue rediagnosticado con psicosis paranoica por un psiquiatra que aseguró que los asesinatos podrían haber sido cometidos a causa de uno de los delirios que estaba experimentando. En este contexto, la ONU ha pedido a Washington que vuelva a examinar el caso de Morva, cuya situación le ha llevado a tener una comunicación casi nula con su equipo legal, para que tenga un juicio justo.

El coordinador del programa para Estados Unidos de Human Rights Watch (HRW), Paul Smith, se ha sumado a la petición de la ONU --y de otros organismos--y ha solicitado al gobernador del estado de Virginia, Terry McAuliffe, que conmute su se sentencia y éste sea condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

En un comunicado, Smith ha subrayado que si bien McAuliffe se ha mostrado abiertamente "contrario a la pena de muerte", éste supervisó las ejecuciones de Alfredo Prieto en 2015 y de Ricky Gray en enero de este año. No obstante, el pasado mes de abril conmutó una pena capital por primera vez, la de Iván Teleguz, alegando que el jurado había actuado basándose en "información falsa".

"La pena de muerte debe abolirse. Es inherentemente cruel y la finalidad de la ejecución hace que los patrones de error, prejuicio y parcialidad que impregnan tantos casos de pena capital sean imposibles de corregir", ha criticado el investigador de HRW.

Asimismo, Smith ha recordado que el caso de Morva no es único y que debe servir como "recordatorio" sobre lo persistentes que son estas preocupaciones. "Igual de importante, el debate en torno a esta sentencia pone de manifiesto una vez más lo imposible de definir con algún tipo de claridad moral los tipos concretos de personas que pueden y que no pueden ser ejecutados", ha agregado.

Por último, ha insistido en que el gobernador de Virginia debe conmutar la condena de Morva y, siguiendo sus principios, trabajar para "garantizar duro para garantizar el fin de la pena de muerte" en el estado.

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