Oposición nicaragüense llama a la abstención en las elecciones de noviembre

La oposición nicaragüense exhortó este lunes a la ciudadanía a desconocer la legitimidad de las elecciones del 6 de noviembre y no votar o anular el sufragio, aduciendo que serán "una farsa" para permitir que el presidente Daniel Ortega sea reelegido e instaure una "dictadura dinástica".

"Proclamamos desde ya la nulidad absoluta de estas elecciones fraudulentas y exigimos unas verdaderas elecciones", demandó la opositora Coalición Nacional por la Democracia (CND) en un pronunciamiento leído por la dirigente Violeta Granera en rueda de prensa.

Esta elección "sólo contribuirá a fortalecer una dictadura dinástica", agregó.

Ortega aspira a un tercer mandato sucesivo, esta vez con su esposa Rosario Murillo como candidata a la vicepresidencia por el gobernante Frente Sandinista (FSLN, izquierda).

La oposición, antes agrupada en el Partido Liberal Independiente (PLI, derecha), fue excluida el pasado 8 de junio de los próximos comicios mediante una decisión del poder judicial, controlado por el oficialismo.

Con un polémico fallo, la Corte Suprema ordenó entregar la representación legal del PLI a un político alineado con el oficialismo, Pedro Reyes, quien desconoció el plan de los opositores de abanderar una alianza contra Ortega.

El mandatario también ha descartado invitar a organismos extranjeros de observación electoral, a los que tildó el pasado 4 de junio de "sinvergüenzas", tras ser nominado como candidato a la presidencia por su partido.

"Hacemos un llamado patriótico a cada ciudadano nicaragüense a rechazar (...) esta farsa electoral" haciendo "uso de nuestro derecho a la abstención", pidieron los líderes opositores en la declaración.

Llamaron además a las personas que "sean presionadas a asistir" a acudir a los comicios por el oficialismo a "votar nulo para expresar su repudio" a esta elección.

La oposición anunció que convocará a movilizaciones populares, pero sus dirigentes admitieron que antes tienen que vencer el miedo que los nicaragüenses tienen a manifestarse y expresarse en público.

"La gente no quiere salir a las calles porque saben que van a ser reprimidos y no quiere hacer uso de la violencia", pero "en privado todo el mundo está en contra" con lo que hace el gobierno, dijo a la AFP el excandidato opositor a la presidencia, Luis Callejas.

Según una encuesta de M&R de enero pasado, más del 80% de los nicaragüenses teme expresar en público opiniones políticas.

El exvicecanciller y exdiputado de la disidencia sandinista Víctor Hugo Tinoco dijo a la AFP que "un alto porcentaje de la población va a abstenerse de votar porque está consciente de esta farsa".

Afirmó que la disidencia sandinista apoyará el llamado a la abstención, en la que prevén realizar piquetes relámpagos de protesta como los que se hacían durante la dictadura somocista, derrocada con la revolución de 1979.

Cuando "te meten miedo no pueden haber manifestaciones grandes y se recurre a protesta pequeñas relámpago", explicó.

La movilización en favor de la abstención cuenta además con el respaldo de entidades feministas y el denominado "Grupo de los 27", que integran políticos, académicos e intelectuales nicaragüenses, entre los que se destaca el poeta y sacerdote trapense Ernesto Cardenal.

"Los nicaragüenses no debemos acudir a las urnas en noviembre. Esa es la forma legítima y efectiva de reivindicar nuestro derecho a construir nuestro futuro en paz, democracia y libertad", expuso el grupo la semana pasada en rueda de prensa.

"Llamamos a todas las mujeres a repudiar el falso proceso electoral" y "a abstenerse de manera activa en las votaciones", demandó por su lado el Movimiento Autónomo de Mujeres.

El gobierno no se ha pronunciado sobre el llamado a la abstención de los opositores, pero un diputado de derecha aliado a Ortega, Wilfredo Navarro, anunció días atrás que presentaría una iniciativa de ley que obligaría a la ciudadanía a votar.

En la conferencia de este lunes participaron políticos de la disidencia sandinista y parte de los 28 diputados opositores que fueron destituidos el 29 de julio por orden del tribunal electoral, también en manos del oficialismo.

Sus puestos fueron ocupados la semana pasada por legisladores de la derecha afines al gobierno, pese a las críticas del sector empresarial que ha apoyado la gestión económica del gobierno de Ortega.

Las elecciones presidenciales y legislativas de noviembre serán disputadas por el FSLN y cinco partidos derechistas y uno indígena que son vinculados al oficialismo por la oposición.

Según una reciente encuesta de M&R, Ortega goza de la simpatía de 79,3% de los nicaragüenses y su esposa de 72,7%.

bm/fj

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