Opositores atrincherados en comisaría en Armenia se rinden tras 2 semanas

Las fuerzas del orden armenias terminaron el domingo con una toma de rehenes de dos semanas de duración en la que opositores al poder prorruso se habían atrincherado en una comisaría de Ereván, con un saldo de dos muertos y varias manifestaciones salpicadas de altercados violentos.

Tras dos semanas de crisis, la tensión aumentó bruscamente en la noche del viernes, cuando una manifestación a favor de los sublevados, hostiles al gobierno, desembocó en altercados con la policía.

Los enfrentamientos, que dejaron más de 70 heridos y despertaron preocupación en la Unión Europea y Estados Unidos, hicieron que la policía se decidiera a intervenir contra la comisaría asaltada.

La policía trató de dispersar a los partidarios de la oposición que se manifestaban cerca de la comisaría. 165 personas fueron detenidas durante los disturbios, de los cuales 26 quedaron detenidos y el resto fue liberado.

El sábado por la noche, los servicios de seguridad armenios declararon en un comunicado que "todas las posibilidades razonables de resolución pacífica" se habían "agotado" y lanzaron el asalto.

"La operación antiterrorista de las fuerzas del orden ha concluido y ha obligado a los miembros del grupo armado a rendir las armas y entregarse a las autoridades. Veinte terroristas han sido arrestados", indicó en un comunicado el servicio nacional de seguridad armenia el domingo por la noche.

"El territorio de la comisaría ha sido totalmente liberado", añadió la misma fuente.

Poco antes, un sitio armenio había difundido una declaración de un hombre que se presentaba como uno de los atacantes y anunciaba su decisión de rendirse.

"Vamos a continuar nuestra lucha desde prisión, consideramos que hemos cumplido nuestra misión: nos hemos convertido en la chispa que ha permitido al pueblo levantarse y no tiene sentido hacer derramar sangre", afirmó Varujan Avetissian.

"Llamamos al pueblo a no detenerse, a no dudar de la victoria, a no plegarse, a no emigrar, a quedarse y luchar. No tenemos derecho a permitir que nuestro país se convierta en una provincia rusa", aseveró.

Este opositor explicó que las fuerzas del orden, tal y como habían advertido el sábado, comenzaron la operación de asalto a la comisaría en la noche del sábado. "Había 40 francotiradores emboscados, material militar", explicó, estimando que resistir habría conducido a "un baño de sangre".

Los autores de la toma de rehenes se presentaban como miembros de un grupo bautizado como "Sasna Tsrer", formado por partidarios del opositor encarcelado, Jirait Sefilian, crítico feroz del gobierno arrestado desde junio por haber querido ocupar edificios gubernamentales y centros de telecomunicaciones en Ereván.

El 17 de julio irrumpieron en la comisaría, matando a un policía y tomando a varias personas como rehenes, para reclamar la dimisión del presidente prorruso Serge Sarkissian, un exmilitar elegido en 2008.

A continuación, liberaron a todos los policías, pero mantenían retenidos a tres miembros del personal médico que entraron en el edificio para brindar sus servicios. Posteriormente liberaron a uno de ellos, y a los dos restantes el sábado por la noche.

Un segundo agente murió ese día por disparos de un francotirador, después de que las fuerzas del orden anunciaran un asalto inminente al lugar. Los sublevados niegan su implicación en esta muerte.

Por parte de los captores, varios, entre ellos, el líder Pavlik Manoukian y su hijo, resultaron heridos.

El domingo por la noche, pese al fin de la toma de rehenes, varios miles de manifestantes seguían protestando en las calles de la capital armenia para reclamar la dimisión del presidente Sarkissian.

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