El Plan para la Igualdad en Pamplona apuesta por el empoderamiento de las mujeres y el compromiso político

EUROPA PRESS

El plan será llevado al pleno del Ayuntamiento el próximo 7 de abril para su aprobación. Después de siete meses de trabajo se ha presentado este viernes en rueda de prensa un documento que quiere ser una herramienta dirigida a toda la ciudadanía, según han explicado la concejala especial de Igualdad y LGTBQI, Laura Berro, y el director del Área de Participación Ciudadana, Igualdad y Empoderamiento Social, Axel Moreno.

Está previsto que el III Plan para la Igualdad tenga una duración de 6 años, tiempo durante el que contará con dotación presupuestaria para llevarlo a cabo. Ha partido del diagnóstico sobre igualdad entre hombres y mujeres presentado el año pasado y que analizaba, entre otros, aspectos como demografía, empleo, corresponsabilidad, movilidad, urbanismo, participación y redes de mujeres, hábitos saludables y deporte; educación y cultura o violencia contra las mujeres.

Ha contado en su elaboración, con la asistencia técnica de las asesorías Likadi y Eraberria, y la participación de personas técnicas y responsables de todas las áreas del Consistorio, los grupos políticos municipales, asociaciones de mujeres y colectivos feministas y personas interesadas que también han realizado aportaciones. De hecho este jueves fue presentado en el Consejo Municipal de la Mujer. De esta forma, se ha querido impulsar la participación del tejido asociativo de mujeres y reconocer su importancia.

SIETE PRINCIPIOS RECTORES

En el plan aparecen recogidos los siete principios rectores. El "enfoque de género" como el básico por ser el análisis a partir del cual abordar la desigualdades existentes y su comprensión. El principio de "diversidad' para recordar que las mujeres no responden a una única seña identitaria por lo que deben ser tenidas en cuenta desde todos los aspectos que las diferencian.

Asimismo, se recogen como ideas principales "la participación y el liderazgo de las mujeres" como un elemento imprescindible para el avance democrático y la 'no neutralidad' de las políticas públicas que significa que todas las intervenciones públicas tienen impacto sobre la situación de desigualdad, bien reproduciéndola y manteniéndola o bien transformándola.

También con la administración está relacionado el quinto principio rector, el de la "corresponsabilidad" de todas las áreas municipales para el desarrollo del Plan y la necesaria "cooperación institucional" con otras administraciones y agentes sociales para conseguir la igualdad. El sexto principio rector se refiere a la "garantía presupuestaria y de recursos", garantía real de compromiso político con la igualdad.

Para finalizar, la garantía de "transparencia" se cita como séptimo principio rector, ubicando a la ciudadanía en el centro de las políticas, facilitando su participación no solo en la evaluación de estas sino en su diseño y desarrollo.

OBJETIVOS CON MEDIDAS CONCRETAS

El primero de los objetivos señala que para que se conviertan en real la gobernanza y el compromiso político con la igualdad se apostará por la transversalidad, quedando implicadas todas las áreas para que su trabajo quede impregnado con la "mirada de género" en todas sus fases.

Asimismo, se apoyará la capacitación política y técnica en este campo y se impulsarán procedimientos de trabajo y administrativos que integren el principio de igualdad. En este sentido, por ejemplo, aumentarán los profesionales municipales que trabajen en el área, se fortalecerá en trabajo en red con otros ayuntamientos para intercambiar experiencias, se analizarán las necesidades formativas del personal municipal, se revisarán las ordenanzas, se apostará por el uso del lenguaje inclusivo, se trabajará por genera los datos desagregados por sexo y se incluirán cláusulas de igualdad en contratos.

Para impulsar el empoderamiento de las mujeres y cambio de valores, el Consistorio trabajará para que las mujeres alcancen su autonomía económica, aumente su participación e incidencia política, se trabaje la educación y coeducación para desaprender los roles y estereotipos de género, se integren hábitos saludables, participe en el campo de la Cultura y la creación cultural, y se reduzca la brecha digital.

Medidas concretas serán, entre otras, la creación de un espacio para las mujeres y creado y pensado por las mujeres, un lugar donde poder trabajar este empoderamiento junto a otras mujeres y que incluya formación e intercambio. Aquí se situarían también la Escuela de Empoderamiento y el Centro de documentación y biblioteca especializada en género.

El tercer objetivo es el del reconocimiento de los cuidados y la corresponsabilidad como elementos clave para la sostenibilidad de la vida. Dentro de ese apartado el documento señala que "la asignación tradicional de la reproducción y la producción a mujeres y hombres sigue determinando una organización social en la que el cuidado, lo reproductivo, lo privado, es un espacio mayoritariamente de mujeres".

Por esta razón el III Plan de Igualdad apuesta por un cambio de modelo desmontando la vinculación mujer-cuidado. Para ponerlo de manifiesto, entre las acciones, se encuentran el cálculo del impacto económico que la asunción de los cuidados tiene en la economía de la ciudad, la creación de redes de personas cuidadoras o la elaboración de un mapa de los recursos para el cuidado existentes en la ciudad.

También en este apartado se incluye la planificación urbanística, el diseño de las viviendas, los espacios públicos y el transporte para facilitar la conciliación en una ciudad segura con medidas concretas como, por ejemplo, el impulso de planes para la igualdad en las empresas y organizaciones que contemplen programas de conciliación corresponsable o canalizar las aportaciones de las urbanistas feministas para que se contemplen en el diseño de la política de urbanismo, espacios públicos y vivienda.

El cuarto y último objetivo del plan es el de una vida libre de violencias machistas en una ciudad segura y según el texto presentado se combinan líneas para una intervención coordinada ante la violencia contra las mujeres y menores contemplando variables como diversidad funcional, etnia, religión, idioma o clase social y con la prevención como eje para la transformación de los valores sociales que la sustentan.

Así se quiere mejorar las condiciones de vida de las mujeres que enfrentan la violencia y de su entorno incluyendo a aquellas en situación de trata con fines de explotación sexual. Ejemplos de actuaciones en este sentido son la aprobación de una norma que recoja las actitudes sexistas prohibidas en la ciudad y sus sanciones asociadas y mostrar a través de señalización urbana la no tolerancia con las agresiones sexistas.

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