Políticos y autores rinden homenaje a los "padres" de la Ley de Propiedad Intelectual en su 30º aniversario

  • Juan Molla, "padre" de la ley: "creíamos verdaderamente que estábamos planteando un giro coperniqueano sobre la concepción de los derechos de autor"
EUROPA PRESS

Dirigentes y exdirigentes políticos, académicos, juristas, autores y representantes de los creadores de distintas entidades han homenajeado este jueves a los "padres" de la Ley de Propiedad Intelectual de 1987, que cumple este año su trigésimo aniversario.

El acto, enmarcado dentro de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense de Madrid, ha servido además para abordar la evolución del derecho a la propiedad intelectual y sus respuestas a las necesidades del presente y los retos del futuro.

En la primera mesa redonda del curso, titulado 'La modernización de la propiedad intelectual', ha intervenido uno de los creadores de la ley de 1987, Juan Molla, quien ha recibido --visiblemente emocionado-- un homenaje y una placa conmemorativa que ha dicho recibir "en nombre de los ausentes", pues es el único de los "padres" de la ley que sigue vivo, y también en su propio nombre.

Tras la glosa de su figura y la presentación que han llevado a cabo la escritora, académica de la RAE y Presidenta de CEDRO, Carme Riera; y la vicepresidenta de la Federación de Gremios de Editores de España, Rosalina Valcárcel; el "padre" de la Ley de Propiedad Intelectual de 1987 ha explicado los pormenores del proceso para redactar una ley que en un primer momento supuso una polémica dentro del sector de los creadores y la retirada de un primer anteproyecto.

Fue en un segundo intento cuando una comisión más reducida de representantes de distintos sectores implicados redactó la ley que finalmente se aprobaría, según ha recordado.

"Entonces creíamos verdaderamente y eficazmente que en muchos aspectos estábamos planteando un giro coperniqueano sobre la concepción en España de los derechos de autor", ha explicado Molla, jurista, escritor y poeta, además de miembro de la comisión a la que se encargó redactar una ley que sustituyera a la de 1879, aprobada durante el segundo gobierno de Cánovas del Castillo.

"Todos nos sentíamos felices de desarrollar una labor tan apasionante y seguros de desarrollar una ley que iba a solucionar los problemas existentes y afrontar los desafíos que ya se oteaban entonces", ha recordado.

Entre estos problemas, según ha detallado el jurista y ex secretario general técnico del Ministerio de Cultura Miguel Satrústegui --corresponsable de la reforma posterior de la ley-- figuraban la introducción de las nuevas tecnologías y formas de distribución que se habían desarrollado a lo largo de más de un siglo, como la televisión y el cine.

"No se trataba de hacer reformas revolucionarias, se trataba de poner el país al día y por eso estas reformas eran de iniciativa gubernamental. Nadie sentía que se estaba gobernando en contra de nadie, no era una ley que pudiera ser leída con una significación ideológica especial. Se trataba de poner al día el reloj de la vida española en lo que se refiere a la propiedad intelectual", ha detallado.

En este sentido, aunque se ha mostrado convencido de que "se puede tener un juicio benévolo" sobre el trabajo legislativo realizado entonces, ha reconocido que también se cometieron errores en la creación de algunos de los mecanismos que pretendían proteger de manera efectiva los derechos de propiedad intelectual.

"Si yo tuviera que destacar una insuficiencia es que no pusimos bastante el acento en la necesidad de tutelar y controlar a las entidades de gestión. Creo que nos equivocamos en eso y la experiencia demuestra que probablemente hubiera habido que buscar un mayor control de esas entidades. No advertimos todas las consecuencias que podía tener el mecanismo que estábamos poniendo en marcha", ha indicado.

LOS RETOS DE CARA AL FUTURO

Por su parte, el director general de Industrias Culturales y del Libro, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Óscar Sáenz de Santa María, se ha mostrado convencido de que la legislación española sobre propiedad intelectual, especialmente tras la reforma de 2014, convierte al país en "puntero" en esta materia y en modelo para otros países, aunque ha reconocido que "todavía queda por aplicar y por andar" en la actual ley.

En cuanto al futuro de la regulación de este derecho, se ha mostrado convencido de la necesidad de mantener un trabajo permanente para hacer frente a "un futuro muy cambiante" en el que "seguirá influyendo enormemente el derecho comunitario europeo" junto con el avance y evolución de las tecnologías digitales y el del propio proceso de integración europea y del mercado interior.

Según ha explicado, ambos factores están dando lugar a conceptos nuevos dentro del ámbito de la propiedad intelectual como las "licencias multiterritoriales", la "portabilidad", el "geobloqueo" la "territorialidad" o el "respeto a la cadena de valores" que no contemplaban los textos legales de hace solamente algunas décadas. "El legislador del 87, desde luego, no podía ni imaginarlo", ha subrayado.

En este sentido, tras el periodo de inestabilidad política de la pasada legislatura, ha señalado que el legislador español se enfrenta ahora mismo a un periodo de "adaptación y negociación" para introducir las directivas europeas más recientes.

Para llevar esta tarea a cabo, ha hecho hincapié en la necesidad de tener en cuenta la evolución del consumo, más tendente en los últimos tiempos al 'streaming' aunque la copia privada sigue siendo una forma habitual de consumo; y el "principio de territorialidad", algo que considera "la base" no solamente de los derechos de autor sino también para que las industrias locales "prosperen".

"Hay que analizar la adaptación de esa directiva desde un criterio más de supervivencia de la cultura regional que de unos criterios economicistas o puramente homogeneizadores de la legislación de todos los estados miembros".

Óscar Sáenz de Santa María ha enunciado algunas de las cuestiones y foros donde se están debatiendo los retos de la regulación de la propiedad intelectual a nivel europeo y ha subrayado la importancia de que, de cara a los cambios que se requerirán en el futuro, los legisladores actúen con "agilidad, previsión, amplitud conceptual y seguridad jurídica" para dar respuesta a la necesidad de que las normas "no queden desfasadas y obsoletas al poco de redactarse". "No va a ser fácil", ha advertido.

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