Prisión en Malaui para seropositivo culpable de prácticas sexuales "dañinas"

Un ciudadano malauí seropositivo, que afirma haber tenido relaciones sexuales a cambio de dinero con más de 100 adolescentes y viudas, fue condenado el martes a dos años de prisión por "prácticas dañinas", en un caso de gran repercusión en este país devastado por el sida.

"Lo condeno a dos años de prisión" dictaminó el juez Innocent Nebi ante el acusado, Eric Aniva, en el tribunal de Nsanje (sureste).

El acusado no "mostró ningún remordimiento" durante el juicio y no "tuvo ninguna consideración hacia las viudas, ninguna dignidad hacia las mujeres, y hay incluso dudas de que haya usado preservativos", añadió el juez, en una sala abarrotada de público.

Aniva, de 45 años, provocó un escándalo en julio al contar, en una entrevista para la BBC, que había tenido relaciones sexuales pagadas con adolescentes y viudas a pesar de su seropositividad, en el marco de una controvertida práctica tradicional.

Algunas de las muchachas apenas tenían 12 años, según su relato.

Su confesión causó tanto revuelo en el país que, días después, el presidente Peter Mutharika ordenó su arresto.

Según una costumbre local practicada en el sur de Malaui, familiares de adolescentes contratan a un hombre, que es llamado "la hiena", para desflorar a las muchachas tras sus primeras reglas.

El ritual debe supuestamente enseñarles a convertirse en buenas esposas y protegerlas de enfermedades u otras desgracias que pudieran perjudicar a su familia o a su entorno.

La "hiena" también es pagada para tener relaciones sexuales con viudas recientemente enlutadas, para exorcizar el mal y prevenir contra otros fallecimientos.

Tras conocer la sentencia este martes, Aniva dijo estar "decepcionado". "Pensaba que tendría una condena condicional", declaró a la AFP, antes de que su abogado anunciara su intención de recurrir la resolución del juez.

El juez opinó, por su parte, que una condena condicional habría sido "una parodia de justicia".

Ninguna de las jóvenes adolescentes se presentó como testigo en el juicio. La condena de Eric Aniva a dos años de cárcel se refiere, por tanto, únicamente a las "prácticas dañinas" infligidas a las viudas.

El caso suscita gran conmoción en este país, que tiene uno de los índices de infección de sida entre los más altos del mundo (9% entre las edades 15-49 años según Onusida).

Charles Mazenga, director adjunto del ministerio malauí de Género, se alegró de esta sentencia y se mostró esperanzado ante la posibilidad de que "ponga fin a la llamada práctica de purificación sexual".

Maziko Matemba, de la ONG malauita Health and Rights Education Program, también celebró la condena de la "hiena". "Ahora quienes propaguen el virus sabrán las consecuencias de semejante comportamiento", dijo.

Malaui aún "tiene que recorrer un largo camino para sensibilizar" sobre los peligros del sida, añadió, lamentando que el acusado no haya sido enjuiciado por propagar el virus del VIH.

En su entrevista para la BBC, Aniva afirmaba que todas las adolescentes con las que tuvo relaciones sexuales "tuvieron placer al tenerlo como 'hiena'".

"Algunas chicas tienen 12 o 13 años, pero las prefiero mayores", declaró entonces, y confesó haber tenido sexo sin protección con las adolescentes.

Una de sus jóvenes víctimas explicó a la BBC que no "había podido evitar" esa iniciación sexual. "Tenía que pasar por ello por mis padres. Si me hubiera negado, algunos miembros de mi familia podrían haber enfermado o incluso morir, tenía miedo", dijo, demostrando el peso de las supersticiones en el sur del país africano.

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