TRES DE CADA CUATRO NIÑOS SUBSAHARIANOS SUFREN ABUSOS ANTES DE CRUZAR EL MEDITERRÁNEO

- Unicef pide a la UE y a los gobiernos protección para estos menores. Tres de cada cuatro niños subsaharianos sufren violencia, hostigamiento o agresión a manos de adultos y casi la mitad de las mujeres y los menores son víctimas de abuso sexual, a menudo varias veces y en lugares distintos, en su ruta migratoria hasta Libia antes de cruzar el Mediterráneo para intentar llegar a Italia.
Así lo refleja ‘Una travesía mortal para los niños: la ruta de la migración del Mediterráneo central’, un informe de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) hecho público este martes y que recoge los resultados de una encuesta realizada a mujeres y niños refugiados y migrantes en Libia a finales del año pasado.
La encuesta señala que los niños y las mujeres refugiados y migrantes son víctimas sistemáticas de la violencia sexual, la explotación, el abuso y la detención a lo largo de la ruta migratoria del Mediterráneo central, que les lleva desde África subsahariana hasta Libia y luego a Italia por mar.
“Los gobiernos y la Unión Europea deben aprobar un plan consensuado que garantice la protección de los niños migrantes y refugiados en cualquier país europeo”, afirmó Javier Martos, director ejecutivo de Unicef Comité Español, quien añadió: “Esta situación es inadmisible. Las condiciones de los niños migrantes y refugiados son muy duras, y la violencia o la explotación no hacen más que aumentar su sufrimiento”.
La mayoría de los niños y las mujeres aseguraron que habían tenido que pagar dinero a los contrabandistas al comienzo de su viaje, por lo que muchos de ellos tenían deudas que debían “pagar a medida que avanzaban” y eran vulnerables al abuso, el secuestro y la trata. También declararon que vivían hacinados y en duras condiciones, sin comida nutritiva ni un refugio adecuado en los centros de detención libios (gestionados tanto por el gobierno como por las milicias armadas).
“No se debe obligar a los niños a poner sus vidas en manos de contrabandistas simplemente porque no hay alternativas”, apuntó Afshan Khan, directora regional de Unicef y coordinadora especial para la crisis de los refugiados y migrantes en Europa, que sentenció: “Tenemos que abordar a escala mundial las cuestiones que impulsan la migración y poner en marcha medidas más sólidas para proteger mediante un sistema de pasaje seguro y legal a los niños en tránsito, sean refugiados o migrantes”.
700 NIÑOS FALLECIDOS
En el momento de la encuesta había 256.000 migrantes registrados en Libia, entre ellos 30.803 mujeres y 23.102 niños, de los cuales una tercera parte no estaban acompañados. Se cree que las cifras reales, sin embargo, son tres veces más elevadas.
Todos ellos llegaron a través de una de las rutas migratorias más mortíferas y peligrosas del mundo puesto que 4.579 personas murieron el año pasado intentando cruzar el Mediterráneo desde Libia, es decir, una de cada 40 de los que lo intentaron. Al menos 700 de ellas eran niños.
“El Mediterráneo central desde el norte de África hasta Europa es una de las rutas migratorias más mortíferas y peligrosas del mundo para los niños y las mujeres”, subrayó Khan, quien agregó que “la ruta está controlada principalmente por contrabandistas, traficantes y otras personas que intentan atrapar a niños y mujeres desesperados que simplemente buscan refugio o una vida mejor”.
“Necesitamos proteger a los niños migrantes estableciendo pasajes seguros y legales y garantías que preserven su seguridad y mantengan a raya a quienes abusan de ellos”, apostilló.
Para ello, Unicef instó a los gobiernos y a la UE a que aprueben y apoyen un plan de acción con seis puntos, entre ellos proteger contra la explotación y la violencia a los niños refugiados y migrantes, en particular a los no acompañados; terminar con las detenciones de los niños migrantes o que solicitan el estatus de refugiados, implantando una serie de alternativas adecuadas, y mantener a las familias unidas porque es la mejor forma de proteger a los niños y dotarles de un estatus legal.
Ofrecer formación a todos los refugiados y migrantes, y darles acceso a servicios de calidad, entre ellos sanitarios; exigir que se actúe sobre las causas subyacentes de los movimientos a gran escala de refugiados y migrantes, y promover medidas para luchar contra la xenofobia, la discriminación y la marginación en los países de tránsito y destino son el resto de medidas.

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