Al Sadr convoca protestas ante el Supremo por anular el cese de los tres vicepresidentes de Irak

EUROPA PRESS

En su comunicado, ha pedido a la población "que su voz se escuche más alto que la de las autoridades", criticando la corrupción en el país, según ha informado el portal local de noticias Iraqi News.

"Hagamos una épica pacífica en la que vuestras voces sean escuchadas el próximo martes (18 de octubre) frente al Tribunal Supremo para rechazar y condenar el regreso de oficiales corruptos, ya sean los vicepresidentes o cualquier otro", ha apuntado.

En este sentido, Al Sadr ha recalcado que "las manifestaciones no deben estar limitadas a un movimiento o partido específico, ya que se trata del destino de todos los iraquíes".

El Supremo falló el lunes que los cargos de vicepresidente fueron creados constitucionalmente, por lo que no pueden ser eliminados por decisión de un primer ministro.

Así, el portavoz del Supremo, Abdulsatar Birqdar, dijo que el primer ministro, Haider al Abadi, "actuó contra la Consticución", lo que implica que los tres vicepresidentes, Nuri al Maliki, Iyad Allawi y Osama al Nuyaifi, volverán a sus puestos.

Al Maliki, quien fue primer ministro del país justo antes que Al Abadi, ha aplaudido la decisión, resaltando que "es necesario corregir los errores" y agregando que "no hay un interés por el puesto, sino por servir al pueblo de Irak".

El actual primer ministro cesó a los vicepresidentes y a numerosos cargos ministeriales en 2015 como parte de un paquete de reformas para adelgazar la Administración.

El Gobierno de Al Abadi ha sufrido numerosos reveses en los últimos meses, después del cese por parte del Parlamento de los ministros de Defensa y Finanzas y tras la renuncia del ministro del Interior.

Esta situación, achacada por algunos analistas a la mano de Al Maliki, tiene lugar en un momento en el que las fuerzas de seguridad intentan avanzar en su ofensiva contra el grupo yihadista Estado Islámico en varias partes del país.

LA FIGURA DE AL SADR

Al Sadr, cuyas milicias tuvieron en jaque al Ejército estadounidense durante las fases más cruentas de la guerra de Irak, es el líder de facto de la Ciudad de Sadr en Bagdad y está al frente del Ejército del Mahdi, brazo armado del Bloque Sadr.

Es, junto a Alí al Sistani y Ammar al Hakim, uno de las figuras religiosas y políticas más influyentes del país sin ocupar ningún cargo gubernamental.

El clérigo consiguió popularidad tras la caída del Gobierno del expresidente Sadam Hussein tras la invasión de 2003, cuando abogó por la creación de una "democrática islámica".

El Ejército del Mahdi, que adquirió especial prominencia durante la primavera de 2004, uno de las fases álgidas de la guerra, que dejó más de 2.000 muertos, entre guerrilleros y soldados estadounidenses.

El clérigo terminó dictando en 2007 un alto el fuego provisional que culminó en el desarme de la mayoría de sus milicianos y el inicio de su entrada definitiva en la política iraquí conforme Estados Unidos ratificaba sus intenciones de retirar a sus tropas del país.

Por su parte, el Bloque Sadr estableció sus propios tribunales religiosos, ha puesto en marcha servicios sociales, y ha abierto cárceles en las zonas bajo su control.

La base de su apoyo son los integrantes de la comunidad chií más desfavorecidos, si bien cuenta con un importante respaldo entre la comunidad suní por su imagen como resistente a la ocupación extranjera.

La familia de Al Sadr es una de las más poderosas del país, y es el cuarto hijo del fallecido gran ayatolá Mohamed Sadeq al Sadr --ejecutado durante el régimen de Hussein--, uno de los clérigos más respetados de Irak.

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