"Quien quiera relevar a Merkel debe votar a Schulz, debe votar al SPD. Eso está totalmente claro", ha afirmado el principal rival de la presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU) en las elecciones del 24 de septiembre.
A pesar de que los sondeos lo sitúan segundo, muy por detrás de la CDU, Schulz no desfallece en su objetivo. "Aspiro a ser canciller de Alemania. Y si la señora Merkel quiere ingresar en mi Ejecutivo, lo puede hacer", ha asegurado Schulz, en referencia a la posibilidad de una gran coalición con los conservadores como socio minoritario en contraposición a las dos últimas grandes coaliciones, incluida la actual, donde el SPD ha sido el socio menor.
Schulz ha afirmado que no mira las encuestas de opinión. "Por mí pueden publicar tantos sondeos de opinión como quieran", ha explicado. "Me da todo igual. Yo lucho por mis convicciones", ha añadido. El SPD se sitúa entre un 21 y un 25 por ciento en las encuestas, frente al 37 y 39 por ciento de la CDU, lo que deja a Schulz con pocas de convertirse en el próximo canciller.
Sobre la posibilidad de volver a formar un gobierno en coalición, Schulz ha dejado claro sus líneas rojas: "educación, jubilaciones, salarios y Europa". "Sin estos cuatro puntos nadie podrá emprender negociaciones con nosotros", ha recalcado.
A esto ha sumado el incremento del gasto en defensa que pretenden llevar a cabo los conservadores. "Conmigo no se va a cumplir el objetivo del dos por ciento", ha asegurado Schulz, en referencia al 2 por ciento del producto interno bruto (PIB) de gasto que el presidente estadounidense, Donald Trump, exigió a sus socios de la OTAN.
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