Técnica del Govern de Matas:"No entendía por qué tenía que firmar certificaciones de obras" sin respaldo documental

  • Una ex secretaria general de la Conselleria de Presidencia y Deportes durante el último Govern de Jaume Matas (2003-2007) ha asegurado que "no entendía por qué tenía que firmar certificaciones de obra" relacionadas con la construcción del velódromo Palma Arena sin que hubiera respaldo documental ya que "no se encontraban los expedientes" relacionados.
Técnica del Govern de Matas: "No entendía por qué tenía que firmar certificaciones de obras" sin respaldo documental
Técnica del Govern de Matas: "No entendía por qué tenía que firmar certificaciones de obras" sin respaldo documental
EUROPA PRESSp
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Así lo ha dicho durante su declaración como testigo en el juicio, que comenzó este lunes en la Sala Primera de la Audiencia Provincial de Palma, sobre la presunta contratación irregular de los arquitectos del Palma Arena, una infraestructura que acabó costando 110 millones de euros, el doble de la cantidad inicialmente presupuestada.

Según ha dicho no encontró los expedientes de las contrataciones, incluso cuando una de ellas era "de unos 30 millones de euros" por lo que se negó a firmarlas debido a que no existía "un informe jurídico". Además, preguntada por si la urgencia en un expediente administrativo es causa de que se contrate sin publicidad, ha dicho que "no".

Por otro lado, otra testigo -la jefa de la unidad de contratación- ha explicado que "lo más normal si se quiere hacer un edificio singular es que se haga un concurso" aunque también ha dicho que "no es obligatorio y no había mucho tiempo". A pesar de esto, ha explicado que la urgencia en la Administración "no" se puede "identificar con las prisas".

"SE MIRÓ POR INTERNET"

En otro sentido, el gerente del Palma Arena, Jorge Moises, ha asegurado que, tras la marcha del arquitecto alemán Ralph Schürmann de la construcción del velódromo del Palma Arena, se produjeron "unas semanas absolutamente caóticas" y que, en relación a la construcción de la pista, "se miró por Internet a ver si aparecía alguien"

Moises ha llegado a decir que "la situación no era un plato de buen gusto" y que cuando se le comunicó a la Unión Ciclista Internacional (UCI) que Schürmann ya no participaba, "esta no propuso a un sustituto" y se tuvo que mirar por Internet. Finalmente, se acabó contratando al arquitecto holandés Sander Douma. "Estábamos en crisis", ha dicho.

Sobre la construcción del resto de la infraestructura, ha asegurado que "los únicos que estaban en un proyecto que ya está en marcha -el propio Palma Arena- o por lo menos sabían por dónde iban los tiros eran los hermanos García-Ruíz, cuyo despacho se llamaba GR1.

RAFEL DURÁN: "UNA DECISIÓN QUE YA SE HABÍA TOMADO"

Por su lado, el presidente del Consorcio del Palma Arena y ex portavoz del PP en el Ayuntamiento de Palma, Rafel Durán, ha dicho que firmó "la contratación" de GR1 "porque era una decisión que ya se había tomado" y tenía el convencimiento de que "el expediente era correcto".

Además, ha dicho que entendía que ni Moises ni el ex director general de Deportes, José Luis 'Pepote' Ballester tenían capacidad para decidir a quién se contrataba -en referencia al despacho de GR1- por nueve millones de euros.

Cabe destacar que durante la primera sesión del juicio, Matas afirmó ser "el responsable político" de encargar la construcción del Palma Arena pero también dijo que no fue él quien pidió la elaboración del proyecto a la fundación Illesport, que estaba a cargo de Ballester.

Por su lado, Ballester aseguró que fue Matas quien "dio la instrucción" de contratar a Schürmann para llevar a cabo las obras para construir el velódromo Palma Arena y, posteriormente, a los García-Ruíz, que ya habían colaborado con el arquitecto alemán al inicio de las obras.

CUATRO AÑOS DE CÁRCEL PARA MATAS

Por este juicio, derivado de las piezas 8 y 9 de la macrocausa del Palma Arena, Matas se enfrenta a una pena de cárcel total de cuatro años -le piden dos años por cada pieza- por los delitos de prevaricación, fraude y falsedad documental.

A Ballester, que tiene un atenuante de colaboración con la justicia, se le imputan los mismos delitos aunque la pena es de seis meses de cárcel (sustituible por una multa de 1.000 euros).

Asimismo, se les exige una responsabilidad civil de 871.944 euros (16.326 euros por la pieza 8 -a pagar en un 10% por Ballester y en un 90%, Matas- y 855.944 euros por la pieza 9 -a pagar en un 5% por Ballester y en un 95%, Matas-).

Esta es la cuarta vez que Matas se sienta en el banquillo tras el juicio por el caso Nóos, el de los discursos escritos por el periodista Antoni Alemany y por la contratación ficticia de su mujer, Maite Areal, en el hotel Valparaiso.

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