Más de 120 países han sido invitados a la reunión en la que ha intervenido el mandatario norteamericano, que ha tenido lugar tras la firma de una declaración política de diez puntos en la que Washington muestra su apoyo a los esfuerzos del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres de "iniciar una reforma efectiva y significativa" de la ONU.
"Apoyamos al secretario general para que haga cambios concretos en el sistema de Naciones Unidas para calibrar mejor su respuesta humanitaria y sus iniciativas para el desarrollo y la paz", reza el decálogo elaborado por la Casa Blanca. El documento propone "reducir las duplicidades, las redundancias y los solapamientos" en los principales órganos y agencias de la ONU.
Trump no ha ocultado en ningún momento sus críticas a Naciones Unidas y ha amenazado con recortar la contribución de Estados Unidos, lo cual supondría un duro golpe para la ONU, porque el país aporta el 22 por ciento de los 5.400 millones de dólares del núcleo duro del presupuesto bianual y el 28,5 por ciento de los 7.300 millones destinados a misiones de paz.
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