Trump ante prueba de unidad en final de convención republicana

Donald Trump deberá pronunciar este jueves el más importante discurso de su corta vida política, centrado en su visión para Estados Unidos y con miras a salvar un fracturado Partido Republicano luego que su principal rival en la lid interna se negó a apoyarlo.

El beligerante magnate de bienes raíces de 70 años aceptará la candidatura del partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos en el cierre de una accidentada convención partidista en Cleveland (Ohio, norte).

Trump se medirá en los comicios de noviembre a la demócrata Hillary Clinton, quien observó con atención los cuatro días de la feria política del otro partido, convertida allí en la personalidad que más odian los republicanos.

Clinton y Trump marchan cabeza a cabeza, según un promedio de sondeos nacionales, que da a la exsecretaria de Estado del presidente Barack Obama el 44% de las intenciones de voto contra 41% para el magnate inmobiliario.

La ocasión marca el increíble ascenso a la cumbre del 'Gran Old Party' de un neófito de la política, quien con crudeza y estridencia supo mejor que nadie interpretar la desesperación de los perdedores de la globalización y canalizar su rabia hacia las clases dirigentes.

Pero antes que los globos con los colores azul, blanco y rojo caigan sobre la tarima del Quicken Loans Arena de Cleveland, Trump debe primero atender una tarea mucho más elemental, pero no por ello menos urgente.

Ante millones de espectadores por televisión, el incendiario millonario deberá probar a los estadounidenses que merece ocupar la Casa Blanca y es capaz de ser un comandante en jefe confiable.

Trump deberá intentar sanar las heridas del partido, reabiertas el miércoles cuando su principal rival en las primarias, el senador Ted Cruz, se negó a brindar su apoyo detrás del millonario, que ha repelido a mujeres y latinos.

Su campaña ha desafiado las normas políticas: insultando a inmigrantes y a musulmanes, ignorando el sistema de campaña oficial y prefiriendo la cobertura gratuita de los medios.

Aunque el rechazo a su candidatura entre los votantes latinos supera el 70%, Ralph Alvarado, un senador estatal en Kentucky, hijo de inmigrantes de Argentina y Costa Rica defendió al magnate durante la convención y llamó a los latinos a que "voten por Donald Trump".

"El discurso de Trump se enfocará en su visión", dijo en rueda de prensa el jueves su jefe de campaña, Paul Manafort, "y tratará temas de actualidad como la crisis que enfrentan las ciudades y el terrorismo".

Su hija Ivanka Trump hará las presentaciones, ofreciendo un lado más tierno del egocéntrico magnate.

A más de dos meses de finalizadas las primarias, con sus 16 contrincantes derrotados, la candidatura de Trump sigue enfrentando profundas divisiones, desplegadas de lleno en la convención de investidura republicana.

La noche del miércoles, la alegre bienvenida a Ted Cruz viró hacia los abucheos cuando el senador de Texas de forma provocadora dijo a los delegados que votaran de acuerdo a "su conciencia" en noviembre, una fría venganza contra un candidato que insultó a su esposa Heidi y a su padre.

Fue "deplorable", dijo Mary Balkema, una delegada de Michigan.

Un hijo de Trump, Eric, denunció un espectáculo "sin clase".

Pero Cruz no estaba arrepentido este jueves. "No vamos a ganar esta elección gritando y atacando a gente", dijo en una reunión con delegados de Texas, su estado natal.

Trump había acusado a Cruz de incumplir "su promesa", en referencia al compromiso de todos los aspirantes presidenciales republicanos de que apoyarían al ganador de las primarias, fuese quien fuese.

"La promesa no era un cheque en blanco, que si atacas a Heidi, voy a ir de todas formas como un cachorrito y decir 'muchas gracias por difamar a mi esposa'", afirmó Cruz.

El golpe de Cruz ocurrió en medio de una accidentada convención republicana, descarrilada desde el día inaugural con una rebelión de delegados antiTrump y la polémica por plagio contra la esposa de Trump, Melania, cuyo discurso incluyó párrafos indiscutiblemente similares a uno pronunciado por la primera dama Michelle Obama en 2008.

La campaña de Trump ha desestimado cualquier señalamiento sobre divisiones. "El partido está definitivamente más unido", dijo Manafort.

Su compañero de fórmula y candidato a la vicepresidencia del gobernador de Indiana, Mike Pence, se encargó de entusiasmar a los votantes con un convencional discurso de aceptación del cargo el miércoles.

Pence, de 57 años, conocido por sus posturas antigay y antiaborto pero prácticamente un desconocido a nivel nacional, debe servir para limar asperezas con los conservadores y unificar el partido.

Pero la verdadera amalgama del ceremonial republicano fueron los salvajes ataques contra Hillary Clinton, quien será investida como candidata presidencial durante la convención demócrata, la semana próxima en Filadeflia (este).

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