Trump busca tranquilizar a EEUU, pero reafirma banderas de campaña

Donald Trump trató este domingo de enviar un mensaje tranquilizador a Estados Unidos, en su primera entrevista como presidente electo, pero refirmó que no está dispuesto a negociar banderas de su campaña, como la mano dura contra inmigrantes ilegales.

En una larga entrevista a la red de televisión CBS, Trump dijo que las miles de personas que protestan en diversas ciudades estadounidenses tras su triunfo el martes, no tienen nada que temer con su presidencia y prometió esfuerzos para unificar al país.

"Yo les diría que no tengan miedo", dijo Trump en referencia a los miles manifestantes. "No tengan miedo porque vamos a unir nuevamente a este país", señaló.

La tentativa de enviar un mensaje tranquilizador, sin embargo, no le impidió adelantar que su gobierno deportará o encarcelará hasta tres millones de indocumentados apenas llegue al Salón Oval de la Casa Blanca, y que pretende designar jueces de marcado corte conservador para la Corte Suprema.

"Lo que estamos haciendo es tomar a los criminales y a quienes tengan antecedentes criminales, pandilleros, traficantes de drogas (...) probablemente dos millones, incluso tres millones; los vamos a sacar del país o los vamos a encarcelar", dijo.

El número de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos se estima en 11 millones, la mayoría mexicanos, instalados desde hace años en el país.

En otra parte de su larga entrevista, Trump dejó claro que su gobierno designará jueces de marcada línea conservadora para la Corte Suprema.

"Los jueces serán pro-vida", dijo Trump en la entrevista, para añadir que esos magistrados serán todos "muy favorables a la Segunda Enmienda" a la Constitución, que garantiza el derecho de los estadounidenses a poseer armas de fuego.

La cuestión de las deportaciones en masa ocuparon parte de las atenciones de los principales políticos conservadores en la jornada del domingo.

El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, aseguró en una entrevista que "No estamos planeando en formar una fuerza de deportación. Donald Trump no está planeando eso".

Por su parte, Newt Gingrich, uno de las principales figuras en torno a Trump, había arrojado un manto de duda sobre si el mandatario electo obligará a México a pagar el muro.

"Dedicará mucho tiempo a controlar la frontera. Tal vez no gaste demasiado tiempo intentando que México pague por ello, pero fue una gran estrategia de campaña", dijo Gingrich, según The Washington Post.

El presidente electo enfrenta una tarea colosal para designar a su gabinete y a cientos de altos funcionarios antes de su asunción el 20 de enero.

No obstante, este domingo despejó la incógnita acerca de quien será su jefe de gabinete en la Casa Blanca al designar a Reince Priebus, el presidente del Partido Republicano.

También nombró a Stephen Bannon, su jefe de campaña y propietario del portal de noticias Breitbart News, como su principal estratega y asesor.

"Estoy encantado de que mi muy exitoso equipo continúe conmigo para liderar nuestro país", dijo en un comunicado Trump, quien realiza así los primeros nombramientos de su futuro gobierno.

"Steve y Reince son líderes altamente calificados que trabajaron bien juntos durante nuestra campaña y nos lideraron a una histórica victoria", señaló Trump.

Priebus, de 44 años, es el presidente del Comité Nacional del Partido Republicano, y por ello su nombramiento es visto como un gesto de parte del nuevo presidente a la estructura partidaria, ya que una parte de los republicanos le dio la espalda en la campaña.

Priebus es considerado un dirigente partidario próximo del actual presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, uno de los más enérgicos críticos de Trump en la campaña, de forma que puede ser un puente esencial para una gobernabilidad tranquila.

En tanto, Bannon, de 62 años y visto como un empresario vocero de los sectores más a la derecha del partido republicano, es un feroz crítico de la dirigencia de ese partido, de forma que su convivencia con Priebus en el tope del gobierno abre diversos interrogantes.

Mientras Trump confecciona el organigrama de su administración, decenas de miles de personas han salido desde la elección del martes a manifestar en su contra en las principales ciudades del país, preocupados de que ponga su virulenta retórica en práctica.

Los demócratas se han mostrado abatidos tras su derrota en una elección que nadie esperaba que perdieran. No obstante, prometieron oponerse a Trump, pese a que además de haber perdido la Casa Blanca, carecen de mayoría tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado.

"Nuestra tarea ahora es hacerlo responsable", dijo Bernie Sanders, quien perdió la interna demócrata ante Hillary Clinton.

"Si el señor Trump tiene el coraje de enfrentarse a Wall Street, contra las farmacéuticas, (...) de tratar de avanzar para crear una vida mejor para la clase trabajadora, trabajaremos con él, tema por tema", indicó.

"Pero si su presidencia se dedicará a la discriminación, si va a convertir a los inmigrantes o a los afroamericanos o a los musulmanes en chivos expiatorios, nos opondremos vigorosamente", aseveró Sanders.

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