Túnez escuchará el relato de las víctimas de la dictadura

Los tunecinos recordarán este jueves por la noche un pasado doloroso con la apertura, en directo en televisión, de las vistas públicas de las víctimas de la dictadura, una etapa histórica en el camino de la "reconciliación nacional".

Entre el jueves y el viernes, una decena de hombres y mujeres contarán los abusos que sufrieron bajo los regímenes del padre de la independencia, Habib Burguiba (1957-1987), y de Zine El Abidin Ben Ali (1987-2011), el presidente depuesto durante la Primavera Árabe, hace casi seis años.

La Instancia de Verdad y Dignidad (IVD), un organismo autónomo creado en 2013, ha investigado las múltiples violaciones de los derechos humanos cometidas en Túnez entre 1955, un año antes de que el país árabe se independizara de Francia, y su creación. Su misión consiste en rehabilitar a las víctimas e indemnizarlas.

"A través de esas vistas, vamos a participar a la revelación de la verdad sobre las violaciones [de derechos humanos] (...) para pasar página y avanzar directamente hacia la reconciliación nacional", dijo a los periodistas, Khaled Krichi, un responsable de la IVD.

Las personas que darán testimonio de los abusos "no sólo se representan a sí mismas" sino "a generaciones enteras, todas las corrientes políticas y los militantes de los derechos humanos, periodistas, sindicalistas y estudiantes", añadió.

Cada víctima tendrá entre 30 y 45 minutos. Los testimonios abarcarán varias épocas y "distintas regiones", precisó la presidenta de la IVD, Sihem Bensedrin, que calificó el acontecimiento de "momento histórico" que sus hijos y nietos "estudiarán en los libros".

Otras vistas públicas tendrán lugar el 17 de diciembre y el 14 de enero, indicó Krichi.

Esas dos fechas son muy simbólicas porque marcan el aniversario de la inmolación del vendedor ambulante Mohamed Buazizi, que desencadenó la revolución a finales de 2010, y la huida de Ben Ali a Arabia Saudita, a principios de 2011.

Según Krichi, la vista de enero dará por primera vez la palabra a autores de abusos, sobre todo en materia de corrupción, que pidieron declarar ante la IVD.

La Instancia dispone de muy amplios poderes y tiene, en principio, un acceso total a los archivos públicos. Los crímenes que puede investigar van desde el homicidio voluntario a la tortura, pasando por las violaciones, las ejecuciones extrajudiciales, la privación de medios de sustento y la violación de la libertad de expresión.

Entre las 62.000 denuncias, cerca de un cuarto fueron presentadas por mujeres, en su mayoría víctimas de violencias sexuales, que se atrevieron a superar un tema tabú para muchas tunecinas.

Casi 11.000 víctimas declararon a puerta cerrada ante la IVD.

Este trabajo de investigación afrontó "muchas reticencias por parte de las instituciones del Estado", declaró recientemente Antonio Manganella, director de la oficina local de Abogados sin Fronteras.

La propia IVD sufrió disensiones internas y ni siquiera Bensedrin, una célebre opositora de Ben Ali que fue víctima de abusos, suscita la unanimidad.

Para muchos tunecinos el trabajo del organismo sólo sirve para que los militantes, sobre todo islamistas, pidan indemnizaciones financieras.

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