La UE reprocha a Londres falta de claridad sobre la factura de salida tras una semana de negociación

  • Insiste además en el reconocimiento del TUE para proteger los derechos de los ciudadanos
EUROPA PRESS

El negociador jefe de la Unión Europea para el 'Brexit', Michel Barnier, ha pedido este jueves a su contraparte británica, el ministro para el 'Brexit', David Davis, mayor "claridad" en sus líneas rojas para pactar la salida de Reino Unido del bloque, tras una semana de negociaciones en Bruselas.

"Como ya le he dicho a Davis, es indispensable que Reino Unido aclare su posición para poder negociar y lograr avances suficientes sobre este dossier financiero, que es indisociable de los otros expedientes de salida", ha resumido Barnier en una rueda de prensa ofrecida junto a Davis al término de las reuniones.

La semana anterior a la ronda, Londres dio un paso en esa dirección al asumir que tiene "obligaciones" financieras con la Unión Europea como Estado miembro, pero desde entonces no han añadido "nada nuevo" a la discusión, según fuentes europeas, pese a la insistencia de detalle por parte europea.

"No es posible tener una discusión seria sobre la factura mientras no haya claridad en su posición", han insistido las fuentes, que recalcan que el bloque no quiere hablar de cifras, sino diseñar la metodología de cálculo de la factura antes de otoño.

Preguntado en la rueda de prensa, Davis ha eludido en dos ocasiones responder a si el Gobierno de Theresa May admite que sea cual sea el acuerdo en lo financiero, implicará un saldo neto a favor de la Unión Europea.

Sí ha concedido que existen "obligaciones de los unos con los otros" sobre las que han hablado de manera "robusta y constructiva" y ha quedado claro que queda "mucho trabajo por hacer antes de poder resolver" las diferencias. A juicio de Davis las dos partes deberán mostrar "flexibilidad" para lograr el acuerdo.

Barnier, por su parte, se ha apoyado en la transparencia de la UE a 27 que ha publicado documentos detallados para cada área de negociación y ha insistido en que el divorcio es una decisión de Reino Unido, con consecuencias "graves" sobre las que hay que trabajar para minimizar el impacto y asegurar una retirada "ordenada".

"Tan pronto como Reino Unido esté listo para precisar la naturaleza de sus compromisos, nosotros estaremos listos para discutir sobre ellos con los negociadores británicos", ha añadido el negociador europeo.

DERECHOS CIUDADANOS

La próxima ronda está previsto que arranque el 28 de agosto y se han programado otras dos en septiembre y octubre, momento en el que los Estados miembros decidirán si se han producido avances suficientes en materia de derechos ciudadanos, factura de salida y frontera del Úlster como para abrir la reflexión sobre el futuro.

Sobre los derechos que asistirán a los ciudadanos europeos en Reino Unido, la necesidad de darles certeza jurídica es un interés compartido por las partes, según ha dicho Davis, aunque "tengamos visiones distintas de cómo hacerlo".

En este punto Londres ha expuesto una posición de salida más detallada, que promete "intentar" garantizar a los europeos los mismos derechos que los que tienen los británicos aunque también es vista como insuficiente para Bruselas. Davis ha replicado que es una propuesta "seria" y "justa".

"Sigue habiendo una divergencia fundamental sobre el modo de garantizar esos derechos y sobre algunos otros puntos como los derechos de futuros miembros de la familia o la exportación de determinados beneficios sociales", ha resumido Barnier.

El papel del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) es otra de las claves que divide a las partes, ya que Reino Unido se niega a reconocer su mando para proteger a los europeos.

Para la UE, sin embargo, no es una cuestión "política", sino "legal", por lo que Barnier ha subrayado que "es evidente que cualquier referencia a los derechos europeos implica el control del TUE".

"Francamente, por nuestra parte no vemos otra manera de garantizar la perpetuidad de los derechos europeos ejercidos", ha zanjado.

Davis, que sólo ha estado en Bruselas en la sesión de inicio del lunes y este jueves para el cierre, saltándose la semana de negociaciones, ha confiado en que sea posible ir cumpliendo progresos con cada ronda y que las partes demuestren "dinamismo y flexibilidad".

"El reloj está corriendo", ha dicho Davis al cerrar su intervención inicial ante los medios, una frase habitual de Barnier, quien ha remachado con un tenso "eso es cierto".

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