La izquierda latinoamericana debe recuperar capacidad de análisis ideológico y de reinterpretar la realidad, opinó Javier Miranda, nuevo presidente del Frente Amplio, el partido de izquierda que desde 2005 gobierna Uruguay, en entrevista con la AFP.
Miranda, un abogado de 52 años militante por los derechos de las víctimas de la dictadura uruguaya (1973-1985), es un moderado que ganó la conducción del partido político en el gobierno de Uruguay por delante de candidatos con mayor apoyo de sectores como el que dirige el ex presidente José Mujica (2010-2015).
De marcado perfil independiente dentro de su agrupación, se dice partidario de la apertura comercial y critica el "conservadurismo" de algunas izquierdas de la región, al tiempo que al Frente Amplio, una variopinta coalición de izquierda fundada en 1971, se propone "aggiornarlo" (modernizarlo).
En América Latina "hay muchas izquierdas" y "hay un problema serio en la izquierda (...). La izquierda en el mundo, y la izquierda latinoamericana en especial, ha perdido capacidad de análisis ideológico, de construcción ideológica, de reinterpretar la realidad y volver a proponer paradigmas ideológicos fuertes", sostuvo Miranda.
"Tenemos un cierto conservadurismo ideológico al analizar la realidad, incluso del modo de producción capitalista", argumentó. "Necesitamos una fuerte discusión ideológica, profunda, en serio, franca", añadió.
En esta línea, Miranda considera que su partido debería "debatir seriamente" sobre el posicionamiento internacional de Uruguay.
Mientras el gobierno de Tabaré Vázquez, que asumió su segundo período en 2015, busca abrirse a tratados de libre comercio, anuncia la firma de un acuerdo con Chile, promueve el pacto Mercosur-Unión Europea para liberalizar los intercambios y busca la apertura de nuevos mercados, las críticas dentro de la coalición de izquierda a esta visión se hacen sentir.
En un país con un sistema de partidos políticos extremadamente fuertes, con enorme peso en las decisiones de los presidentes, el Frente Amplio se opuso a la búsqueda de un TLC con Estados Unidos en 2006 y determinó que Uruguay no participaría en un acuerdo multilateral en el área de servicios (TISA por su sigla en inglés), que negocian más de 20 naciones.
"Creo que realmente hay que debatir seriamente la inserción internacional de Uruguay. No tengo la menor duda. Las decisiones las toma el gobierno. Pero la fuerza política tiene que mirar cómo son los procesos de inserción internacional y cómo participar" de esos procesos, afirmó.
"No es razonable imaginarse una política económica de Uruguay que se cierra sobre sí mismo. Francamente no es viable. No parece que el mundo vaya en ese sentido, no parece que el modo de producción vaya en ese sentido. Economías autárquicas, autorreferenciales creo que son muy difíciles de sostener hoy. La vocación tiene que ser hoy de inserción internacional, incluso económica, política también", sostuvo Miranda, en una postura que colide con varios sectores de peso del Frente Amplio.
Consultado sobre la decisión de Uruguay de dejar la presidencia del Mercosur al finalizar su período de seis meses, en medio de una crisis por su traspaso a Venezuela al que se oponen Brasil, Argentina y Paraguay, Miranda consideró "correcta" la postura del Ejecutivo uruguayo, fuertemente criticada desde la oposición.
"Se actuó con apego a la institucionalidad, más allá de las opiniones que uno pueda tener sobre la democraticidad (sic) del gobierno venezolano o compartir o no su línea política", resumió.
Hijo de Fernando Miranda, desaparecido en 1975 en plena dictadura, cuyos restos fueron hallados e identificados en un batallón militar en 2006, Miranda estuvo al frente de la Secretaría de Derechos Humanos de la Presidencia, creada en 2014. Antes fue director nacional de Derechos Humanos.
Su evaluación de los resultados obtenidos desde que asumió el Frente Amplio en la investigación de crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura, es positiva, pero sostuvo que "se necesita más trabajo".
"Los gobiernos del Frente Amplio trabajaron en la búsqueda de verdad y justicia, pero no se obtuvieron los resultados que a todos nos hubieran gustado. Se necesita más trabajo, que no depende de los gobiernos del Frente Amplio" sino "de otros actores sociales relevantes".
Miranda asumirá formalmente la presidencia del Frente Amplio a comienzos de setiembre.
mr/ja
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