A Erdogan le funciona su estrategia del miedo y se toma la revancha

    • El nuevo mapa de Turquía dibuja tres identidades: la izquierda prokurda en el este del país, los liberales europeístas en el oeste y los islamistas conservadores en el centro.

Para el presidente Erdogan, la violencia ha hecho el trabajo sucio. El primer ministro turco se ha presentado como solución a un problema que el mismo creó. Cinco meses después del revés sufrido en las legislativas del 7 de junio que le costaron la mayoría parlamentaria que tuvo durante 13 años, se ha tomado su revancha al conseguir la amplia victoria de Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP).

“Durante la campaña se presentó como garante de la seguridad y de la unidad del país, agitando el fantasma del caos si su partido no obtenía la mayoría absoluta en el parlamento”, ha asegurado Marc Perelló experto de la Universitat Abat Oliva Ceu de Barcelona, a este medio. El partido de Erdogan, AKP obtuvo el 49,4 por ciento de los votos y una mayoría absoluta de 316 diputados de un total 550.

En su campaña electoral, una palabra fue la más repetida: estabilidad. Erdogan convirtió el fin de la tregua kurda, que él mismo rompió, en su mayor aliado y además, convirtió la amenaza de Estado Islámico, acusado de haber cometido el atentado suicida de Ankara del 10 de octubre pasado en el que murieron 102 persona hizo el resto, en el otro pilar de su discurso.

“Son el éxito de la estrategia de Erdogan, que volvió a probar suerte en las urnas, se arriesgó por el país y dio prioridad al tema de la seguridad", resumió el lunes el columnista Murat Yetkin, en Hürriyet Daily News.

La victoria de Erdogan fue recibida con subidas en el parqué turco. La bolsa de Estambul, que abrió el lunes en alza de 5 por ciento, y la cotización de la libra, que ganó 4 por ciento, reflejaron la satisfacción del poder económico turco por la victoria del AKP.

Las tres identidades turcas

Las elecciones turcas pintan un nuevo mapa político turco con tres identidades: la izquierda prokurda en el este del país, los liberales europeístas en el oeste y los islamistas conservadores en el centro.

La oposición en cambio manifestó inquietud por el fortalecimiento de Erdogan. "Es la victoria del miedo", tituló el diario Cumhuriyet, uno de los más críticas con el gobierno.

"Nadie debe considerarse por encima de la ley", dijo por su parte Kemal Kiliçcaroglu, líder del Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata), la única formación opositora que resistió, obteniendo 134 diputados, dos más que en la elección de junio.

En cambio, el Partido de Acción Nacionialista (MHP, derecha) fue el gran perdedor del domingo, que pasó de 80 a 41 diputados. También resultó derrotado, aunque en menor medida, el Partido Democrático de los Pueblos (HDP, prokurdo), que en junio pasado había sido el gran triunfador.

Gracias a sus bastiones del sudeste, mayoritariamente kurdos, el HDP logró superar la barrera del 10% de los votos y permanecer en el parlamento pero con menos diputados (59 en vez de 80).

El líder del HDP, Selahattin Demirtas, denunció una elección "injusta", celebrada bajo la amenaza yhihadista, pero prometió que seguirá trabajando por la paz entre el gobierno turco y los rebeldes del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).

La Unión Europea (UE) se felicito por su parte por el "compromiso fuerte del pueblo turco por el proceso democrático", afirmaron en un comunicado la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, y el comisario de Ampliación, Johannes Hahn.

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