Abás y Mofaz mantendrán el domingo la reunión de mayor nivel desde 2010

  • El presidente palestino, Mahmud Abás, y el viceprimer ministro israelí Shaul Mofaz mantendrán el próximo domingo en la ciudad cisjordana de Jericó el encuentro oficial de mayor nivel entre ambas partes desde el otoño de 2010.

Antonio Pita

Jerusalén, 28 jun.- El presidente palestino, Mahmud Abás, y el viceprimer ministro israelí Shaul Mofaz mantendrán el próximo domingo en la ciudad cisjordana de Jericó el encuentro oficial de mayor nivel entre ambas partes desde el otoño de 2010.

La entrevista, adelantada anteayer por una televisión israelí e inicialmente desmentida por los palestinos, fue confirmada hoy por el jefe negociador palestino, Saeb Erekat, que no desveló sin embargo su lugar de celebración.

El escenario será casi con toda seguridad la urbe de Jericó, en el este del territorio ocupado de Cisjordania, señalaron a Efe fuentes oficiales en Ramala.

La ubicación también supone una novedad, ya que las reuniones negociadoras casi siempre se celebran en Jerusalén o en el extranjero, principalmente por motivos de seguridad.

Abás mantuvo un diálogo sustantivo, apoyado en una reconocida química personal, con Ehud Olmert, anterior primer ministro israelí y el único que se ha desplazado a Jericó, en agosto de 2007.

Dos meses después, los servicios israelíes de inteligencia anunciaron que una célula del brazo armado de Al Fatah trató de atentar contra Olmert durante su breve estancia, algo que negó el primer ministro palestino, Salam Fayad.

"No queremos agrandar ni empequeñecer las expectativas", declaró Erekat a la emisora "La Voz de Palestina" antes de subrayar que "no es un encuentro negociador", sino un diálogo sobre las posiciones de las partes.

El veterano dirigente recordó que, por parte israelí, las conversaciones de paz son responsabilidad del primer ministro, Benjamín Netanyahu, y del equipo que lidera su mano derecha, Itzhak Molho; pero no de Mofaz, que venía pidiendo la entrevista desde marzo, cuando arrebató a Tzipi Livni el liderazgo del partido Kadima (centro-derecha) en elecciones primarias.

Dos meses después, Mofaz metió al Kadima en el Ejecutivo con el objetivo declarado de aprovechar la estabilidad que ofrece la mayor coalición de Gobierno de la historia de Israel (94 de un total de 120 diputados) para insuflar aire al maltrecho diálogo de paz.

El movimiento islamista Hamás reaccionó a la confirmación del encuentro con un llamamiento a Abás a que dé marcha atrás en su "concesión a los intereses de Israel".

"Llamamos a Abás a arrepentirse de celebrar dicha reunión, que da a la ocupación (Israel) la oportunidad de cometer más crímenes contra nuestro pueblo mientras se presenta como deseoso de paz", señaló su portavoz en Gaza, Sami Abu Zuhri.

El portavoz subrayó que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna en Ramala mientras Hamás lo hace en Gaza, "debería dar una oportunidad a la reconciliación palestina", en vez de continuar por la senda de "los asentamientos y las conversaciones".

También el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) afirmó en una nota de prensa que la entrevista "sirve a los intereses de Israel", pero "nunca" a los del pueblo palestino.

El diálogo directo de paz entre israelíes y palestinos lleva paralizado desde septiembre de 2010, cuando Abás se levantó de la mesa de negociaciones, tras apenas tres semanas de conversaciones, porque Israel rechazó prorrogar una moratoria parcial de diez meses en la construcción en los asentamientos judíos en Cisjordania.

Fue en ese minúsculo ínterin negociador cuando Abás y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se reunieron en tres ocasiones: en Washington (junto con el presidente de EEUU, Barack Obama), en Egipto y en Jerusalén.

Desde entonces no ha habido encuentros oficiales del rango del previsto para el domingo, si bien se sabe por filtraciones que Abás se ha visto en secreto en varias ocasiones con el presidente israelí, Simón Peres, quien ve al líder palestino como el "mejor" al que su país puede aspirar para negociar la paz.

Los palestinos insisten en que el diálogo de paz debe ser serio y con metas claras, a fin de evitar que Israel lo use como una estratagema para hacerse la foto mientras profundiza en la ocupación.

El liderazgo de Ramala condiciona por ello el regreso al diálogo a dos anuncios rechazados por Netanyahu: el cese completo de la ampliación de las colonias y la aceptación de las fronteras internacionalmente reconocidas (las previas a la Guerra de los Seis Días de 1967) como base de la negociación.

Netanyahu arguye casi a diario que está dispuesto a retomar el diálogo "sin condiciones previas" y "en cualquier momento y lugar" y acusa a los palestinos de haber endurecido su postura respecto a anteriores primeros ministros israelíes.

Entretanto, las presiones internacionales para que las partes pongan un fin dialogado al conflicto de Oriente Medio han fracasado, pese a un "diálogo exploratorio" hace medio año en Ammán (en el que sólo participaron enviados y que acabó en bronca) y un posterior intercambio de cartas entre Abás y Netanyahu que tampoco produjo resultados.

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