Lo que puede pasar cuando se conduce a más de 200 km/h: frenar es imposible

El coche ha quedado calcinado
El coche ha quedado calcinado
EFE

La distracción es la principal causa de las muertes en carreteras hoy en día. Y según los últimos datos esa puede ser la causa del fallecimiento del futbolista José Antonio Reyes. Por ella habría golpeado en la barrera izquierda, donde reventó un neumático, para salir luego despedido hacia el lado derecho de la carretera, por el que se salió de la calzada y empezó a dar vueltas de campana. La alta velocidad a la que podría ir conduciendo se convierte también en un arma letal. Cualquier coche que circule a más de 200 km/h recorre hasta cuatro campos de fútbol hasta que consigue detener del todo el vehículo.  

"La velocidad mata", quiere dejar muy claro el vicepresidente de Stop Accidentes, Fernando Muñoz. Falta por determinar los kilómetros por hora que marcaba el salpicadero del Mercedes Brabus S550 en el que viajaba Reyes junto a dos personas más. Uno de ellos era su primo, que también murió en el accidente. El tercero se encuentra en el hospital y el pronóstico es muy grave. Según los primero datos que se publicaron superaba los 200 kilómetros por hora. "En ningún punto de España algo así está permitido", insiste Muñoz, que recuerda que a esas velocidades "desde un elemento de la carretera como un bache o que el coche haga extraños o un reventón o una distracción por el GPS o el móvil se convierten en mortal". 

E insiste en dejar claro que "lo que no podemos hacer cada uno es lo que nos da la gana cuando nos ponemos en carretera, seamos famosos o no". Muñoz no entiende cómo se le "puede rendir homenaje a alguien que ha cometido una violencia vial". Y se pregunta "¿los futbolistas tienen bula? deberían dar ejemplo porque muchos jóvenes se fijan en ellos". Al respecto desde la Dirección General de Tráfico (DGT) han remarcado que los homenajes realizados a Reyes no son por su actitud al volante, sino por su persona, recordando que las causas del accidente de tráfico en el que ha perdido la vida este sábado aún se desconocen.

Muñoz continúa asegurando a La Información que la relación entre la velocidad y los siniestros letales están documentados. "En un tramo bajar la velocidad permitida en 10 km/h supone bajar en un 4% las muertes". Lamenta que nadie piensa en el peligro real que supone ponerse al volante. "Todos los días hay datos de personas muertas en carretera pero parece que no va con uno mismo. No tenemos esa sensibilidad. No somos conscientes". 

En el año 2001 en las autopista españolas el 6% de los vehículos circulaban por encima de los 150 km/h. Es en este momento en el que empiezan a imponerse nuevas sanciones, llega el carné por puntos y se modifica el código penal. Ese porcentaje en diez años baja hasta el 0,6%. Aún así son varios los conductores que no respetan los límites de velocidad sin tener en cuenta que cuanto más pisamos el acelerador más se incrementa la diferencia entre tener un accidente y matarse... o no.

"Corrimos algo menos y dejamos de matarnos", puntualiza en la misma línea Ramón Ledesma, asesor de Pons Seguridad Vial.  Una distracción, a menor velocidad, se puede corregir "pero a más de 200 km/h cualquier tipo de error tiene consecuencias que pueden ser muy trágicas". 

El tiempo de reacción, de accionamiento de freno y funcionamiento se triplican por tres si viajamos a más velocidad de la señalada. Para que nos hagamos una idea, alguien que circula a 120 km/h y de repente se ve en la obligación de reaccionar, durante el tiempo que frenamos de forma automática y conseguimos detener el vehículo la distancia que hemos recorrido es la de un campo de fútbol. "Si circulamos a 200 km/h se incrementa a cuatro campos". Pero no hace falta que sea tan alta para que el resultado pueda ser fatal. Ir a 160 km/h supone no poder detener el vehículo hasta pasados campo y medio. "Nos quedamos sin tiempo de reacción", asegura.

A esas velocidades además cualquier cosa que suceda alrededor se convierte en mortal. No hay que olvidar que perdemos campo de visión. "El túnel de visión a 120 km/h no es el mismo porque solo ves el punto central, dejas de percibir lo que sucede en los laterales, ni siquiera se tiene una visión periférica". Así, si de repente se cruza un animal, si nos encontramos con un operario en la carretera, si algo golpea el parabrisas... cualquier imprevisto incrementaría el tiempo de reacción... y el de frenada.  Y todo esto solo tiene una solución: levantar el pie del acelerador porque "los límites de velocidad están ahí para algo". 

Mostrar comentarios