Ginebra, 11 ene.- El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) manifestó hoy su preocupación por las condiciones de vida a las que se enfrentan las personas que han huido de sus casas en la República Centroafricana (RCA) tras el comienzo de la ofensiva del grupo rebelde Seleka hace un mes.
"Creemos que estos ciudadanos hacen frente a unas condiciones de vida deterioradas y necesitan ayuda urgente", señaló en una rueda de prensa el portavoz del ACNUR, Andrew Edwards.
El organismo indicó que no conocen las últimas cifras de personas desplazadas por la inseguridad y la falta de acceso a las áreas en manos de los rebeldes, pero que han sido informados de miles de personas que han buscado refugio en otros lugares del país y en países vecinos, como la República Democrática del Congo, desde que comenzó el conflicto.
Alrededor de unas 800.000 personas vivían en las zonas afectadas por la violencia en el momento en que el grupo rebelde inició el ataque.
Edwards agregó que también están "extremadamente preocupados" por la situación que viven en el país los refugiados y solicitantes de asilo procedentes de Sudán del Sur, Chad y la República Democrática del Congo.
Por otro lado, el ACNUR expresó su satisfacción por el alto el fuego de una semana anunciado anoche durante las conversaciones de paz en Gabón entre el Gobierno de la RCA, la alianza rebelde Seleka y partidos opositores.
Sin embargo, el organismo de la ONU apuntó que temen que más personas se vean afectadas por el conflicto, incluidas unas 700.000 en Bangui (la capital), si se reanuda de nuevo la violencia.
Por otra parte, la portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PAM), Elisabeth Byrs, informó de que se prevé que el personal humanitario, que tuvo que ser evacuado a Camerún el pasado mes por la peligrosidad del país, pueda volver a sus oficinas el próximo domingo.
Byrs agregó que el servicio aéreo de la ONU, encargado de la distribución de alimentos en el país, ya ha retomado sus labores.
En este sentido, apuntó que las labores de reparto de alimentos -especialmente en los campamentos de refugiados de Bambari, Zemio y Batalimo- podrían retrasarse como consecuencia del saqueo de varios almacenes del Programa Mundial de Alimentos.
La coalición Seleka, compuesta por cuatro grupos rebeldes, se alzó en armas el pasado mes de diciembre y tomó el control de varias ciudades al norte y nordeste del país al considerar que el actual presidente de la República Centroafricana, François Bozize, no había respetado unos acuerdos de paz firmados en 2007.
Estos tratados contemplaban -entre otros asuntos- la integración de combatientes rebeldes en el Ejército centroafricano, la liberación de una serie de prisioneros políticos y el pago a los milicianos sublevados que optaran por el desarme.
El presidente de la República del Congo, Denis Sassou Nguesso, ejerce de mediador en esta crisis.
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