El activista al que la Fiscalía pide cárcel niega ser "un delincuente" y lamenta la "impunidad"

EUROPA PRESS

Lagarder Danciu, el activista en favor de las personas sin hogar para el que la Fiscalía de Sevilla pide un año de cárcel y una multa de 360 euros por agredir supuestamente a un policía durante el desalojo de un asentamiento en octubre de 2015, ha manifestado que no es ningún "delincuente" y que aquella noche estuvo marcada por la "rabia y la impotencia" ante la "impunidad" con la que, según dice, fue "arrasado" el campamento y su "proyecto de auto gestión.

En declaraciones a Europa Press, Lagarder Danciu ha rememorado la noche del 21 de octubre de 2015, cuando la Policía Local de Sevilla desmanteló el asentamiento del paseo Juan Carlos I bautizado como "Campamento dignidad" por sus propios habitantes. Lagarder Danciu, por cierto, protagonizó después la conocida irrupción en un acto político celebrado a finales de mayo de este año por el PP en el madrileño parque del Retiro, con la presencia del candidato popular a la reelección como presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

El Ayuntamiento defendía la necesidad de desmantelar el asentamiento para prevenir "problemas de seguridad y salubridad", ofreciendo a todos los afectados, un total de 16 personas, alojamiento en el centro municipal de acogida hasta el mes de febrero de 2016. La Plataforma Ciudadana por la Democracia y la Transparencia, promotora de esta denominada "acampada dignidad", denunciaba de su lado que los afectados no fueron avisados del desalojo y sólo se les dio "15 minutos" para recoger sus pertenencias, sin permitir la retirada de objetos que no pudiesen ser llevados por sus manos.

"ARRASARON" EL CAMPAMENTO

Lagarder Danciu, en ese sentido, y mientras la Fiscalía le pide un año de prisión y una multa de 360 euros por dar patadas presuntamente a un policía local durante aquel desalojo, defiende que el despliegue policial acabó "arrasando" el campamento, que llevaba instalado "127 días como un proyecto de auto gestión y organización de las propias personas sin hogar", en demanda además de un giro en las políticas sociales de la ciudad de Sevilla. "Todo aquello funcionaba muy bien", ha defendido.

Reclamaban, entre otras cosas, "el derecho a un cobijo digno para las más de 800 personas sin hogar de la ciudad que llevan décadas sufriendo el maltrato institucional", según los promotores de la acampada.

"Estábamos durmiendo en las tiendas de campaña y la Policía llegó sobre las dos de la madrugada, acordonando el campamento. A mí me sacaron siete policías y me rodearon mientras desmantelaban el campamento", ha recordado este activista, señalando la "rabia e impotencia" que sentía ante la "impunidad" con la que el campamento estaba siendo "arrasado".

En ese sentido, ha explicado que logró zafarse de los agentes e invadió la calzada de la calle Torneo, gritando en demanda de auxilio, cuando finalmente los agentes le "pusieron contra el suelo" y le esposaron. "Era un momento de desesperación. Quieren hacernos pasar por delincuentes, pero no somos delincuentes", ha dicho defendiendo la lucha "organizada" del colectivo de personas que habitaba el "campamento dignidad".

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