Acusados de colaborar con ETA lo niegan y condenan el uso de la violencia

Madrid.- Los cinco acusados de colaborar con ETA ocultando y trasladando a Francia a los etarras Asier Borrero y Aitor Arreche en 2008 han asegurado hoy que "nunca" han ayudado a la banda terrorista y han condenado el uso de la violencia en "cualquier circunstancia de la vida".

Así lo han manifestado hoy ante el tribunal de la Audiencia Nacional, presidido por Ángela Murillo, los procesados Amets Ladislao, María Isabel Prieto, Ibai Egurrola, María Mercedes Alcocer y Javier Gutierrez, para los que la Fiscalía solicita entre cinco y siete años de prisión.

Durante su comparecencia, Egurrola ha explicado a la sala que el 15 de noviembre de 2008 -fecha en la que supuestamente se produjo el traslado de Borrero a Francia- estaba organizando una comida popular que se celebra anualmente en su pueblo.

El detenido ha dicho que es "imposible" que participara en el viaje, tal y como dice el escrito de acusación de la fiscal, porque estuvo "desde las nueve de la mañana hasta la noche" en una plaza pública donde le pueden ubicar "más de 400 personas".

Ha añadido que él era el encargado de organizar todo lo referente a las sillas y las mesas que se debían utilizar durante la fiesta y ha asegurado al tribunal que existen facturas y albaranes emitidas ese mismo día en las que aparece su firma como receptor.

Tanto él como el resto de los acusados, que se han negado a responder a las preguntas de la fiscal, han explicado a la sala que sus declaraciones previas no fueron "ni libres ni voluntarias".

En este sentido, los cinco han denunciado haber sufrido torturas por parte de la Guardia Civil durante su detención y su estancia en las dependencias policiales y han señalado que hay varias denuncias interpuestas contra los agentes que todavía están siendo investigadas.

El instructor y el secretario, responsables de las diligencias de la investigación contra los cinco procesados, han negado la existencia de malos tratos por parte de su equipo y han dicho que durante la toma de declaraciones "siempre" hubo un abogado presente que no hizo constar ninguna incidencia en el acta.

Asimismo, los policías han asegurado que la información facilitada por los diferentes detenidos "coincide" y que había una cámara de vídeo instalada en el pasillo de acceso a los calabozos que grababa cualquiera de sus entradas y salidas.

Preguntados por las defensas, los policías han reconocido que, aunque sus informes concluyen que Borrero se ocultó durante los meses de julio a noviembre en la casa de Ladislao y Prieto, no hallaron ninguna huella dactilar en los registros que se hicieron en la vivienda y que basaron su investigación en las declaraciones de los detenidos.

El juicio, que previsiblemente quedará visto para sentencia el próximo viernes, continuará mañana con la declaración de nuevos testigos.