Adiós al radón: el asesino invisible que causa el 14% de los cánceres de pulmón

  • Este jueves, 8 de febrero, entra en vigor la directiva europea (2013/59/Euratom) que obliga a controlar el gas radón en las viviendas.
Gas radón
Gas radón
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Gas radón

Un asesino invisible. Así podríamos definir al gas radón, un agente altamente tóxico mucho más peligroso que el monóxido de carbono. Es un gas radiactivo, que no tiene color ni olor y que puede acumularse en los edificios y en viviendas amenazando la salud mediante diversas enfermedades mortales como el cáncer. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el radón es la segunda causa de muerte por cáncer de pulmón y el responsable de entre el 3 y el 14% de este tipo de cánceres en todo el mundo.

Este gas, que si se inhala durante un periodo prolongado de tiempo puede resultar cancerígeno, se encuentra principalmente en los suelos de pizarra y granito y penetra en el interior de los edificios si estos no se encuentran debidamente protegidos. Las posibles vías de entrada a nuestros hogares pueden ser por el interior de la cámara de aire de los muros exteriores; a través de la solera, la pieza de madera que se coloca en la parte superior de un muro y sobre la cual se apoya el techo; los muros del sótano, los conductos de saneamiento, el forjado sanitario o a través de fisuras y grietas.

Pocos saben del peligro que puede entrañar la encimera de su cocina o la figurita de basalto que adorna la estantería, pero en realidad ambas están hechas de materiales que pueden desprender radón. En España, el mapa predictivo de exposición al gas radón del CSN divide el territorio en tres categorías de exposición potencial: baja, media y alta. El CSN señala Galicia, algunas zonas de Madrid, Salamanca, Ávila, Toledo, Cáceres, Sevilla, Córdoba, Jaén, Almería y Gran Canaria como las zonas de mayor exposición.

Para evitar la entrada del radón “es necesario proteger las viviendas con la instalación de artefactos de extracción de aire desde los cimientos a los muros laterales, pueden acabar con este gas letal. Los materiales aislantes y las láminas impermeabilizantes, que actúan como barrera contra el radón y además protegen al edificio de todo tipo de humedades y actúan contra el frío y el calor. Otras opciones pasan por utilizar una bomba de vacío, que extrae las moléculas de gas del espacio sellado; hacer un pequeño pozo como arqueta de succión, de manera que obliguemos al gas a ir hacia ese pozo para posteriormente expulsarlo fuera de las viviendas o sellar las grietas y fisuras que puedan encontrarse”, destacan desde Danosa, compañía especialista en soluciones integrales para la construcción sostenible.

¿Cómo puedo saber si tengo gas radón en casa?

Lo primero es saber si la zona donde está ubicada la vivienda está catalogada como una de las zonas de riesgo por el CSN. Después, deberemos hacer un medición para detectar si este gas ha conseguido penetrar en nuestra vivienda. Estas mediciones deben hacerse a largo plazo (aproximadamente 90 días), pues estas garantizan más precisión que las que puedan realizarse a corto plazo.

Desde Danosa destacan que España, en general, no es un país tan expuesto al radón como Irlanda y Reino Unido. "Sin embargo, España se encuentra más retrasado en cuanto a la implementación de una normativa, ya que otros países de Europa como Francia ya tienen desarrollada su legislación al respecto. Por ejemplo, el gobierno de Irlanda realiza mediciones de radón todos los años en los colegios para tener controlada la exposición", apuntan 

Cómo es la nueva normativa

Este jueves, 8 de febrero, entra en vigor la directiva europea (2013/59/Euratom) que obliga a controlar el gas radón en las viviendas. Esta nueva normativa obliga a partir de ahora a los gobiernos a realizar mediciones en lugares de riesgo y a mitigar la concentración de radón en aquellas zonas en las que se registre un mínimo de 300 becquerelios por metro cúbico, la unidad utilizada para medir este gas. Todo ello en un contexto donde, según el CSN, el 90% de los edificios españoles tienen concentraciones inferiores a este límite y un 10% superan ese nivel.

Este reglamento establece que los países miembros de la UE podrán introducir requisitos específicos en los códigos técnicos de edificación que eviten la entrada de este gas en los inmuebles de nueva construcción y fomenten su reducción en las casas ya construídas.

No obstante, aunque una disposición como esta siempre es bien recibida, también establece límites inferiores a los deseados, ya que en Estados Unidos el nivel máximo está establecido en los 148 becquerelios y la OMS fija en 100 la frontera a partir de la cual el radón comienza a ser peligroso para la salud.

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