Adolfo Suárez, un ciudadano de Castilla y León donde inició su vida política

  • El expresidente del Gobierno Adolfo Suárez, fallecido hoy en Madrid a los 81 años, se sentía "un ciudadano de Castilla y León" y así lo predicó hasta que su enfermedad hizo mella en él.

Pedro Damián de Diego

Valladolid, 23 mar.- El expresidente del Gobierno Adolfo Suárez, fallecido hoy en Madrid a los 81 años, se sentía "un ciudadano de Castilla y León" y así lo predicó hasta que su enfermedad hizo mella en él.

Esta vinculación con su tierra, desde su nacimiento en Cebreros (Ávila) el 25 de septiembre de 1932, fue una constante, tanto en su formación académica y su vida familiar como en sus inicios en la actividad política de la mano de su mentor, Fernando Herrero Tejedor, proverbialmente destinado a Ávila en 1955 como gobernador civil, y la mantuvo a lo largo de su vida.

De ello habló precisamente el expresidente al recibir en Valladolid, el 21 de marzo de 1997, la Medalla de Oro de Castilla y León, la máxima distinción que concede la Comunidad Autónoma.

"En Ávila de los Caballeros recibí mi primera formación, y en Salamanca la docta terminé mi licenciatura de Derecho", recordó el expresidente del Gobierno en aquel acto.

Suárez, cuyos primeros cargos públicos fueron los de procurador a Cortes por Ávila (1967) y gobernador civil de Segovia (1968), también afirmó que en Castilla y León aprendió el valor de las cosas fundamentales, como la familia, las creencias religiosas, los ideales políticos y que "la ética debe marcar el camino para conseguirlas".

Con la entrega de esta medalla Castilla y León saldó, en palabras del entonces presidente autonómico, Juan José Lucas, "una deuda de exaltación y reconocimiento" a uno de sus más ilustres hijos contemporáneos, arquitecto de la convivencia civil, racional y pacífica de los españoles.

En ese acto, Lucas dijo de Adolfo Suárez que era el "verdadero timonel de la Transición" y un hombre que "no se amedrentó" y que "buscó siempre la concordia".

Arropado por su esposa, Amparo Illana, con la que se casó en 1961 en Ávila, y por su hija Mariam, dos seres queridos de cuya pérdida pocos años después nunca se recuperó anímicamente, Adolfo Suárez recordó entonces el principal de los valores que permitieron culminar con éxito la Transición y que, en buena medida, muchos analistas coinciden en su validez actual, 17 años después de que Suárez los recordara al recoger su medalla: "la idea de una España de todos".

"En la Transición, partimos de una sociedad joven y con enormes anhelos de libertad y modernidad, pero con un pasado que estuvo plagado de desaciertos y errores y nos había conducido a sangrientos y desgarradores enfrentamientos civiles", recordó Suárez, al tiempo que destacó que la idea de España había sido siempre para él una "guía constante".

Al acto de entrega de la Medalla de Oro de Castilla y León, celebrado en la iglesia del Monasterio de Prado, asistieron, entre otros, el ex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo-Sotelo y algunos de los ministros que formaron parte de los gobiernos de Suárez, como Salvador Sánchez Terán e Iñigo Cavero.

La de Adolfo Suárez fue la tercera Medalla de Oro de Castilla y León concedida por el Gobierno autonómico, después de las otorgadas al Conde de Barcelona, Don Juan de Borbón, nacido en La Granja (Segovia), que la recibió en 1988 de manos de José María Aznar, entonces presidente de la Comunidad, y de la asignada, a título póstumo, al naturalista burgalés Félix Rodríguez de la Fuente, recogida por su viuda el 27 de noviembre de 1990.

La decisión de conceder esta medalla a Suárez la tomó el Consejo de Gobierno el 17 de febrero de 1994, a propuesta del presidente Juan José Lucas, oídos todos los grupos con representación parlamentaria, pero distintos problemas y situaciones personales impidieron a Suárez recogerla hasta el 21 de marzo de 1997.

Cundo se retiró de la vida pública, Suárez decidió sellar aún más su vinculación a Ávila levantando una residencia en la capital abulense. Pero la enfermedad de su esposa y de su hija le obligó a hipotecarla en 1993 para hacer frente a los gastos derivados de esta situación y finalmente, en 1995, tuvo que deshacerse de ella al ejecutar el banco el crédito.

Sus visitas a Ávila continuaron siendo una constante, a pesar de la adversidad. Decidió que los restos de su esposa reposasen en la capilla del convento de Mosén Rubí, donde se encuentran desde mayo de 2001, y allí acudió un sinfín de veces a rezar y depositar flores en la tumba de Amparo Illana.

En Ceberos, su lugar de nacimiento, se conserva una sencilla casa familiar que perteneció a los abuelos del expresidente y en esta villa se levantó, en 2009 el Museo de Adolfo Suárez y la Transición, que mantiene vivo su espíritu y su filosofía política y por el que han pasado ya más de 35.000 visitantes.

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