Agnes Benítez añora la comida de Puerto Rico en el concurso Miss Tierra

  • Agnes Benítez, candidata portorriqueña al concurso de Miss Tierra 2011, añora la comida de su país durante su estancia en Filipinas y reconoce que ha perdido peso porque no se adapta a "la comida exótica".

Manila, 29 nov.- Agnes Benítez, candidata portorriqueña al concurso de Miss Tierra 2011, añora la comida de su país durante su estancia en Filipinas y reconoce que ha perdido peso porque no se adapta a "la comida exótica".

"Los vestidos me los tengo que subir todo el rato. Extraño mucho (la comida). Con el desayuno, café y frutas, me siento en casa, pero la cena suele ser un poco exótica y me ha costado acostumbrarme. Me he tenido que comprar barritas energéticas", reconoce la modelo.

Lo que más echa de menos esta joven de 25 años es la sazón típica de su tierra y en especial "el adobo", porque "en Asia la mayor parte de la comida está sosa".

"Celebrando los bosques para la gente" es el lema de esta edición del concurso de Miss Tierra, creado por una empresa filipina para concienciar sobre la ecología y los efectos del cambio climático.

"Este certamen me llamó la atención porque tiene una causa, no es sólo desfilar, fotógrafos y saludar. Supone involucrarse en la comunidad", explica Benítez.

Esta joven de bonita sonrisa considera que la contaminación del aire es uno de los mayores problemas del planeta porque la polución "no se ve y afecta a la salud".

Creo en la plantación de árboles, dice Bénitez, a fin de compensar a la tierra por los desplazamientos al utilizar un vehículo. "Hay que pagarle a la Tierra el aire que consumimos", argumenta.

La candidata portorriqueña también es una apasionada del reciclaje y ha impulsado la instalación de contenedores especiales en algunas comunidades.

"Antes de ser elegida ya estaba volcada en cambiar mi alrededor y en concienciar, más que alertar. Si tienes conciencia de verdad, puedes actuar respecto al problema", dice.

A pesar de sus dificultades para adaptarse a la gastronomía local, asegura sentirse "en casa" en Filipinas, donde llegó hace dos semanas.

"Siempre decimos que los latinos somos los más calurosos y más amables, pero aquí en Asia me han recibido muy bien. Además, son fanáticos con las reinas de belleza", añade.

La edición de este año estaba programada en Tailandia pero las inundaciones ocurridas en ese país obligaron a trasladar el certamen a Filipinas.

La ganadora recibirá joyas valoradas en 25.000 dólares (unos 33.000 dólares) y se convertirá en la portavoz de la Fundación Miss Tierra así como de otras organizaciones ecologistas.

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