AI denuncia la presión de la policía zimbabuense contra activistas del país

  • La organización Amnistía Internacional (AI) denunció hoy la "alarmante represión" de la policía de Zimbabue contra los defensores de los derechos humanos a escasas semanas de la celebración de elecciones presidenciales del país, previstas para el próximo 31 de julio.

Nairobi, 12 jul.- La organización Amnistía Internacional (AI) denunció hoy la "alarmante represión" de la policía de Zimbabue contra los defensores de los derechos humanos a escasas semanas de la celebración de elecciones presidenciales del país, previstas para el próximo 31 de julio.

En un informe publicado hoy, titulado "Predicar con el ejemplo", la organización detalla cómo la Policía zimbabuense ha llevado a cabo registros sistemáticos de oficinas y detenido a defensores de los derechos humanos para intimidar e interrumpir su trabajo relacionado con los próximos comicios.

"La represión contra el trabajo de los defensores de los derechos humanos es un indicador preocupante de que las agencias del Gobierno siguen actuando contra la sociedad civil", afirma en el documento el subdirector para África de AI, Noel Kututwa.

"Las fuerzas de seguridad de Zimbabue -añade- deben respetar y proteger las libertades fundamentales mientras el país se prepara para unas importantes elecciones al final de julio".

Según AI, desde noviembre del año pasado, la Policía ha llevado a cabo al menos cinco registros de oficinas de organizaciones defensoras de los derechos humanos y decenas de activistas detenidos, muchos de los cuáles actualmente están siendo juzgados.

Amnistía Internacional indica asimismo que aunque juzgar a defensores de derechos humanos no tiene por qué desembocar en una condena, en la práctica esto paraliza a las organizaciones debido a sus comparecencias regulares en las cortes y los elevados honorarios de los abogados.

Por otra parte, la organización asegura que los servicios de seguridad del país apoyan abiertamente a la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), el partido del presidente del país, Robert Mugabe.

"Esta conducta es inaceptable y está explícitamente prohibida por la Constitución de Zimbabue", apunta Kututwa, que afirma que, dado que el país ya ha vivido episodios de violencia respaldadas por el Estado, esta actitud de las fuerzas del orden va a generar temor en la población.

Antes y durante las elecciones presidenciales de 2008, al menos 200 personas, seguidores del opositor Movimiento por el Cambio Democrático (MDC) fueron asesinadas, mientras que miles fueron torturadas en una ola de violencia política que llevó al país a una profunda crisis económica, política y social.

Zimbabue salió de esta situación gracias a la mediación de la Comunidad para el Desarrollo del África Meridional (SADC), que dio paso a la formación de un Gobierno de unidad en 2009 y en el que Mugabe se vio forzado a compartir el poder con su rival político, Morgan Tsvangirai, líder del MDC.

Por ello, AI ha pedido a la SADC y a la Unión Africana (UA) a garantizar que se lleven a cabo las medidas necesarias para que la violencia electoral de 2008 no se vuelva a repetir.

Entre estas medidas, AI incluye el envío de observadores para documentar las violaciones de los derechos humanos, en particular los cometidos por las agencias gubernamentales, y hacer una declaración pública de que no se tolerarán.

Mugabe gobernó el país en solitario y de forma autoritaria desde la independencia del Reino Unido, en 1980, hasta la creación del Ejecutivo de unidad nacional, en 2009.

Pese al pacto de Gobierno, Mugabe y la ZANU-PF han mantenido el control de las Fuerzas Armadas, la Policía, el aparato judicial del país y los medios de comunicación públicos.

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