AI denuncia las continuas torturas de la Policía a los detenidos en Filipinas

  • Amnistía Internacional (AI) denunció hoy la cultura de impunidad que reina en el cuerpo de Policía de Filipinas, donde sus agentes torturan frecuentemente a los detenidos durante interrogatorios sin que sean procesados por ello.

Manila, 4 dic.- Amnistía Internacional (AI) denunció hoy la cultura de impunidad que reina en el cuerpo de Policía de Filipinas, donde sus agentes torturan frecuentemente a los detenidos durante interrogatorios sin que sean procesados por ello.

En un informe titulado "Por Encima de la Ley: las Torturas de la Policía en Filipinas", AI afirma que los agentes filipinos siguen utilizando la electrocución, simulacros de ejecución, asfixia con bolsas de plástico, palizas y violaciones contra los arrestados.

"Demasiados policías en Filipinas se escudan tras la pistola pero ignoran su placa, y abusan de su poder mientras se burlan de su deber de proteger y servir a la gente", dijo en la presentación del documento hoy en Manila el secretario general de AI, Salil Shetty.

La organización destacó que Filipinas, además de haber ratificado dos leyes internacionales contra la tortura, aprobó en 2009 su propia legislación al respecto, pero cuestionó la efectividad de estas medidas ya que desde entonces ni un solo oficial de Policía ha sido procesado.

"El Gobierno cuenta con leyes contra la tortura, y ahora lo que debe hacer es implementarlas o se arriesgan a que la Policía acabe estando por encima de la ley", agregó Shetty.

El informe de AI se basa en más de 55 testimonios recabados en los últimos 5 años.

Un total de 21 de esos entrevistados eran niños cuando fueron sometidos a los malos tratos, de los cuales 8 fueron víctimas de la "ruleta rusa".

En su documento, la organización destaca el caso de Jerryme Corre, un filipino que fue arrestado por 10 policías vestidos de paisano y apaleado en plena calle antes de ser trasladado a una comisaría.

Una vez ahí, le golpearon repetidamente las plantas de los pies, le electrocutaron y le practicaron un ahogamiento simulado, mientras que durante el interrogatorio se refirieron a él con un nombre equivocado en varias ocasiones.

Finalmente, un oficial acudió a identificar al detenido y afirmó que la Policía había arrestado a la persona equivocada, pero presentaron cargos contra él de todas maneras.

Estos casos han generado desconfianza hacia la Policía, según refleja un reciente estudio llevado a cabo por Transparencia Internacional, que revela que el 69 por ciento de los filipinos cree que es una institución corrupta.

Esto lleva a que pocos ciudadanos se atrevan a presentar denuncias contra los policías, puesto que temen las posibles consecuencias, como sufrir acoso o intimidación para que sean retiradas.

Otras personas consideran completamente inútil presentar una queja contra las fuerzas del orden, puesto que desde 2009 ni una de las numerosas denuncias ha desembocado en una condena.

"Cinco años, cientos de denuncias y ninguna sentencia; es terriblemente obvio que la ley antitortura no está siendo implementada", dijo Shetty, que instó a Filipinas a acabar con los malos tratos de la Policía y la cultura de la impunidad que los perpetúan.

"Hay que empezar por una prevención efectiva, y si esta falla, llevar a cabo investigaciones, acusaciones firmes y crear un organismo independiente que se ocupe de las denuncias para asegurarse de que nadie está por encima de la ley", urgió.

Varias organizaciones han denunciado en numerosas ocasiones los abusos de la Policía de Filipinas, que este año han protagonizado sonados escándalos de robos, extorsiones y tráfico de drogas.

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