Al Waleed bin Talal, el árabe más rico del mundo, detenido por corrupción

  • Al Waleed bin Talal ha construido un imperio con tentáculos en empresas como Twitter, Apple o Disney.
El árabe más rico del mundo detenido
El árabe más rico del mundo detenido
EFE

¿Purga o lucha contra la corrupción? Es la pregunta que se hace el mundo hoy tras la mayor operación anticorrupción que se ha visto en Arabia Saudí y en que han sido detenidos decenas de príncipes y responsables políticos a los que el Gobierno tiene previsto congelar las cuentas.

Sorprende que entre los detenidos se encuentre el príncipe saudí Al Waleed bin Talal, considerado el hombre más rico del país, que ha construido un imperio con tentáculos en empresas como Twitter, Apple o Disney. Su nombre figura en una lista de decenas de detenidos en la purga liderada por su primo, el príncipe heredero Mohamed, en una campaña anticorrupción.

Miembro de la casa real y nieto del rey Abdulaziz al Saud, fundador del país, y del ex primer ministro libanés Riad al Solh, el príncipe Al Walid es sobre todo conocido por sus inversiones al frente del fondo Kingdom Holding Company (KHC) y por sus extravagancias de multimillonario.

A través del KHC, Al Waleed controla una cartera de inversiones en empresas tecnológicas como Apple y Twitter, en la que desembolsó 300 millones de dólares en 2011, según datos del fondo saudí. También posee activos en el banco Citigroup, firmas de comunicación como News Corporation, 21st Century Fox y Time Warner y cadenas de hoteles de lujo como Four Seasons, Fairmount, Mövenpick y Swissotel, o del hotel Plaza de Nueva York, entre otros.

A estas inversiones se suman otras en petroquímica o inmobiliaria, ramo en el que actualmente lleva a cabo la construcción en Yeda (Arabia Saudí) de la Kingdom Tower, un rascacielos que superará los mil metros de altura y que se puede convertir en el más alto del mundo. Al cierre del ejercicio de 2016, el KHC, grupo creado en 1996, sumaba activos por valor de 11.439 millones de dólares, aunque la detención de Al Waleed por sospechas de lavado de dinero ya ha supuesto un golpe para las finanzas del grupo.

Las acciones de la empresa cayeron hoy un 9,9 % en la bolsa saudí, aunque el KHC afirmó en un comunicado que sigue trabajando "como de costumbre", a pesar de ser "conscientes" de las noticias que se refieren a su líder y fundador, divulgadas por medios cercanos al oficialismo. 

Al margen de los negocios, el príncipe Al Walid es conocido por su pasión por la aviación, que le llevó a convertirse en la primera persona en comprar, a título privado, el avión gigante Airbus A380 y un Boeing 747-400.

Al Waleed se enorgullece de controlar personalmente el canal televisivo de noticias Al Arab y el grupo de entretenimiento Rotana, uno de los más importantes en el mundo árabe, que cuenta con doce cadenas de televisión, además de radios, productoras de cine y publicaciones.

El fiscal general, Saud al Moyeb señaló que los sospechosos "van a gozar de los mismos derechos y el tratamiento que goce cualquier otro ciudadano saudí" y que, "la situación de los sospechosos no afectará que la justicia se aplique de forma estricta y justa". Moyeb dejó claro que la operación forma "parte de una reforma completa para garantizar la transparencia, apertura y el buen gobierno" y que "hay una operación judicial independiente que está transcurriendo y gozará de respeto completo".

Al Moyeb, que es miembro el Alto Comité para Investigar la Corrupción, creado por el rey Salman bin Abdelaziz, aseguró que "cualquier persona es inocente hasta que se confirme su condena". Las detenciones fueron ordenadas por el citado comité, que está dirigido por el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, y cuyo objetivo es, según la agencia oficial saudí, SPA, investigar casos de corrupción que han sido detectados en el reino.

El nuevo organismo tiene capacidad para emitir órdenes de arresto y de prohibición de viaje al extranjero, además de congelar los bienes de los investigados y tomar otras medidas preventivas antes de que los casos lleguen a los tribunales.

Pelea en las redes con Trump

Alwaleed le compró un yate a Donald Trump en los años noventa, aunque esa relación comercial no se ha traducido en una amistad ya que el magnate árabe antes de que comenzara la carrera presidencial en Estados Unidos, insultó a Trump a través de Twitter afirmando que era una "desgracia" para el Partido Republicano y para su país y le conminó a retirarse de la campaña, vaticinando, erróneamente, que nunca ganaría.

Trump no se calló. "El príncipe bobo de Alwaleed Bin Talal quiere controlar a nuestros políticos estadounidenses con el dinero de papá. No podrá hacerlo cuando yo sea elegido" dijo a través de twitter. El príncipe tuvo que ceder al final. "A pesar de nuestras diferencias, Estados Unidos ha hablado. Felicidades y le deseo lo mejor para su Presidencia", dijo tras la victoria de Trump.

Aconsejó llevar a cabo reformas

A pesar de sus raíces familiares ancladas en los palacios, el príncipe ha estado al margen de la política casi toda su vida, aunque en 2013 se permitió otra digresión para aconsejar a los líderes árabes que llevasen a cabo reformas con las que evitar la propagación de las protestas surgidas en 2011.

Nacido en 1955, está casado con la princesa Dalal al Saud y solo tiene dos hijos, Jaled bin al Walid bin Talal y Rim bin al Walid bin Talal, algo raro en un país donde es costumbre tener una amplia descendencia.

El príncipe saudí Al Waleed Bin Talal también es conocido por haber prometido donar tras su muerte toda su fortuna, unos 32.000 millones de dólares, a proyectos humanitarios, entre los que destacaba proyectos para ayudar a crear puentes para la comprensión cultural, el desarrollo de las comunidades, el incremento de la autonomía de las mujeres, la promoción de los jóvenes, el suministro de ayuda en caso de catástrofes naturales y la creación de un mundo más tolerante".

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