Algunos trabajadores de Gowex también son inversores y otros ya buscan trabajo

El shock que ha provocado el desmoronamiento bursátil de Gowex que comenzó el martes con la publicación del informe de Gotham City Research y en las últimas horas ha precipitado la dimisión de Jenaro García, consejero delegado y presidente de la compañía, mantiene en vilo a los trabajadores, que no saben cual será el futuro inmediato de la empresa de telecomunicaciones. Algunos, además de no saber qué ocurrirá con su puesto de trabajo, también tienen la incertidumbre de qué pasará con el dinero que habían invertido en Gowex. "El lunes vamos a ir pero no tenemos ni idea de qué va a pasar", explica un trabajador.

La desinformación que prosiguió a la auditoría de Gotham preside ahora lo que pasa entre los trabajadores. "La reacción inicial fue también de rechazar de pleno lo que decía". Imperaba la tranquilidad que hay que mantener para diseñar, sostener y ejecutar un entramado como este, que va camino de convertirse en una de las mayores estafas de la España corporativa. "Los jefes de proyecto estaban tranquilos porque estaban completamente fuera del asunto y les ha pillado tan de sorpresa como a todos", apunta.

En los corrillos de los trabajadores, las opciones que barajan contemplan incluso el cierre de la empresa. Aunque suponga una pésima noticia, son profesionales de un campo, las telecomunicaciones, en el que las oportunidades son amplias. Gowex en principio no debe ni un euro a sus ingenieros y demás empleados, por lo que el ambiente entre la plantilla no es el de un cierre traumático. La mayoría de los desarrolladores saldrán al mercado y encontrarán un puesto bien remunerado en un lapso breve de tiempo. El drama es para los pequeños y medianos inversores que pueden ver cómo sus ahorros se van por el sumidero. "Ya estoy buscando trabajo", zanja este trabajador.

Las últimas noticias, que se acercan a ratificar punto por punto lo que explicaba el informe de Gotham (que el valor bursátil de la empresa era esencialmente de cero) han sembrado el desconcierto entre los empleados, totalmente ajenos a la presunta estafa de Gowex. Al igual que de puertas hacia fuera, donde la empresa se mostraba como un paradigma de innovación y proyección internacional, Gowex se producía igualmente atractiva y seductora entre sus trabajadores. Buenos sueldos, incentivos y el estímulo de pertenecer a una empresa con un presente arrollador y un futuro sembrado de posibilidades. Hace siete días, la empresa tenía un valor bursátil de 1.400 euros. Hoy no vale nada.