Las cuentas de Almeida entierran el plan de ampliar Madrid Central hasta la M-30

Fotografía Martínez Almeida y Manuela Carmena / EFE
Fotografía Martínez Almeida y Manuela Carmena / EFE

Adiós definitivo a la medida estrella de los últimos años en el Madrid de Carmena. La aprobación de los Presupuestos del Ayuntamiento que ha logrado el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, acaba con las pocas posibilidades de viabilidad que le quedaban a Madrid Central. Esto supone enterrar cualquier posibilidad de continuar con los planes del equipo de gobierno anterior que lideraba Manuela Carmena, ya que el primer edil ha logrado evitar la prórroga de las cuentas que dejó su antecesora. Por lo que Más Madrid dice adiós a toda la influencia que podía tener, viéndose obligado a despedirse de su plan para iniciar la ampliación progresiva del proyecto hasta la vía de circunvalación M-30.

La idea que tenía el partido instrumental que lanzaron Carmena e Íñigo Errejón era la de convertir Madrid Central en una gran zona de bajas emisiones que incluyese a todos los distritos que pertenecen a la M-30, como ha podido saber La Información. Esta iniciativa habría sido la más ambiciosa que habría tomado un equipo de gobierno municipal en materia de movilidad, ya que implicaba aplicar restricciones a la mayor parte de los barrios del centro de la capital. Solo se habrían quedado fuera las zonas que están bajo el anillo de la M-40, como Ciudad Lineal, Hortaleza, Carabanchel, Usera o Villaverde.

Medida progresiva hasta 2023

Este proyecto buscaba reducir de manera drástica los niveles de contaminación de los barrios más céntricos de la capital de España, limitando la circulación por sus calles a vehículos privados de residentes empadronados o a aquellos que dispusieran de un vehículo cero emisiones o con etiqueta ECO (aunque en este último caso solo podían circular dos horas). El resto necesitaba una invitación de un residente o entrar en los límites solo para dejar el coche en un aparcamiento privado. Este impulso a Madrid Central permitió cumplir con el objetivo de rebajar la mala calidad del aire. Las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2) se redujeron en un 20% en su primer año desde que entrara en vigor en noviembre de 2018, según datos de Ecologistas en Acción.

Pero este objetivo de Carmena y los suyos habría supuesto una gran batalla política. Aunque la idea era llevarlo a cabo de manera progresiva hasta el año 2023, se preveía que cuestiones cómo qué hacer con el Paseo de la Castellana supusieran varios dolores de cabeza para su equipo de gobierno. Además, las restricciones de ese gran Madrid Central hubieran estado acompañadas del estacionamiento en zona SER limitado por los parquímetros. Lo que se habría traducido en una 'guerra total' al coche privado, ya fuera contaminante o no. Aunque esa es una cuestión que nunca ocultaron ni en Ahora Madrid ni en la marca actual, que también hubiera tenido debate sobre qué hacer con los distritos que no estarían afectados por la medida. 

Almeida tiene otros planes

Todo lo anterior nunca estuvo en los planes de Almeida, que se presentó a las elecciones garantizando la derogación de la zona de bajas emisiones. El actual alcalde intentó cumplir su promesa por medio de moratorias a las restricciones, pero los tribunales se lo impidieron hasta en tres ocasiones. Ahora, el equipo de gobierno actual busca diferenciarse del plan de Carmena. Una estrategia que fue rechazada por la mayoría de madrileños por su apoyo a PP, Ciudadanos y Vox, que lo cuestionaron en todo momento y no ocultaron sus intenciones de modificarlo o incluso suprimirlo.

Por eso, el proyecto actual y que continuará en el futuro es Madrid 360, que flexibiliza algunas medidas del plan de Carmena y otras directamente las elimina. Por ejemplo, el borrador inicial contempla que todos los comerciantes sean considerados residentes empadronados, lo que les facilita entrar en la zona de bajas emisiones. Otra medida prevista es la de permitir ingresar en Madrid Central a todos los vehículos contaminantes con etiqueta C con 'alta ocupación', que son aquellos en los que viajan al menos dos personas. A la lista se suma la peatonalización completa de la zona de Puerta del Sol, que actualmente cuenta solamente con dos carriles de un sentido cada uno. Antes de eso, está previsto que el alcalde decida antes de que acabe 2019 si lleva a cabo una reducción de los límites de la zona de bajas emisiones actual o si da permiso a más vehículos que cumplan ciertos requisitos.

La realidad actual es que José Luis Martínez-Almeida tiene las manos libres para actuar gracias a que tiene Presupuestos para el próximo año. Una aprobación que facilitó de manera indirecta Más Madrid, que fue 'víctima' de una jugada política del equipo de gobierno, que aprovechó que a la izquierda le faltaba un concejal por la marcha al Congreso de Inés Sabanés. Eso, sumado a la abstención de Vox, abocaba a un empate a 26 concejales entre PP-Ciudadanos y Más Madrid-PSOE. Algo que se solventaría con el voto de calidad del presidente del pleno del consistorio, que pertenece al partido del alcalde. Pero antes de la votación, los concejales del bloque progresista abandonaron la sesión en señal de protesta. Una maniobra que ha otorgado a Almeida una gran victoria y que ha sumido a la marca impulsada por Carmena y Errejón en una crisis de imagen.

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