París.- El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, celebró hoy el 65 aniversario de la victoria aliada sobre las tropas nazis en Colmar, en el noroeste del país, considerada como la batalla que puso fin a la Segunda Guerra Mundial.
"Estoy hoy aquí en Alsacia para reparar un injusticia", declaró el jefe del Estado francés, quien dedicó unas palabras a los alsacianos y moselanos, que desde 1942 fueron obligados a enrolarse en el Ejército alemán y combatir "contra su patria, su juramento y su conciencia" y a los que se les apeló los "Malgré-nous" (A nuestro pesar), cuyo número alcanzó los 130.000 efectivos.
Unos 30.000 aliados cayeron en una encarnizada batalla que discurrió en los alrededores de la localidad que homenajeó el presidente de la República, quien depositó una ofrenda floral ante un monumento dedicado al general Lattre de Tassigny, quien liberó Colmar, tal y como había hecho horas antes en París en memoria del también general Charles de Gaulle.
"Aquellos que no hicieron nada por impedir la ignominia perpetrada contra los ciudadanos franceses traicionaron los valores de Francia, la deshonraron", aseguró Sarkozy, quien añadió que el Gobierno colaboracionista de Vichy "traicionó a Francia".
Acompañaron a Sarkozy en el homenaje el primer ministro, François Fillon, y los ministros de Defensa, Hervé Morin, e Inmigración, Eric Besson, así como otros miembros del Gobierno.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Francia volvió a anexionarse Alsacia, una región que en los tres últimos siglos perteneció en diferentes ocasiones tanto a Francia como a Alemania.
Su capital, Estrasburgo, que se ha convertido en un símbolo de la convivencia europea, alberga la sede del Consejo de Europa así del Parlamento Europeo, el Eurocuerpo y Europol.
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