Amenaza continua de muerte en Ciudad Juárez

  • En Ciudad Juárez ha habido más de 2.000 homicidios por culpa del narcotráfico en este año y los carteles de la droga mexicanos siguen sembrando el terror al norte del país, en la frontera con Estados Unidos. Los empresarios se tienen que enfrentar a extorsiones bajo una amenaza continua de muerte, sin que la mano dura del presidente Calderón consiga acabar con estas bandas.
Ioan Grillo | Global Post para lainformacion.com
Ioan Grillo | Global Post para lainformacion.com

(Ciudad Juárez, México). Los empleados de un distribuidor de carne de esta ciudad fronteriza preparaban un pedido de carne congelada cuando entraron unas balas volando por la ventana. Mientras duraba la ráfaga del rifle automático, se escondieron detrás de las chuletas de cerdo y los cortes de ternera rezando por su vida. Milagrosamente, nadie resultó herido.

Pero el mensaje era claro: paguen dinero por protección o aténganse a las consecuencias. "Sé que tengo suerte de tener un trabajo pero ahora me aterra ir a trabajar", afirma un empleado que prefiere no dar su nombre por medio a alguna represalia. "¿Qué pasará la próxima vez? ¿Harán estallar el local?"

Los asaltos como éste, ocurrido el 20 de noviembre pasado, se han hecho cada vez más comunes en la zona industrial al sur de El Paso. Allí las bandas extorsionan aprovechando la falta de orden y ley. Los pagos por protección, que se dirigen tanto a pequeñas como grandes empresas e incluso a profesionales independientes, afectan a muchos negocios que ya se han visto golpeados por la crisis económica del país, la peor desde la Gran Depresión.

Estos chantajes han llevado a la cámara de Comercio de la ciudad y a otras asociaciones de empresarios a pedir la intervención de las tropas de Naciones Unidas. La solicitud aún no ha recibido una respuesta formal.

Si bien Ciudad Juárez ha sido durante mucho tiempo un lugar clave para el narcotráfico con destino a Estados Unidos, sus residentes dicen que sólo habían oído de estos pagos por protección en las películas de Al Capone o de otros mafiosos estadounidenses.

Las extorsiones comenzaron a mediados de 2008, en un momento en que la violencia relacionada con las drogas llegaba a niveles récord y los militares habían intervenido en la ciudad. "Los criminales primero comenzaron a cobrar por protección en los depósitos de coches usados y los clubes de alterne, que siempre han tenido alguna vinculación con el crimen organizado. Desde allí se extendió a otros negocios, como farmacias, doctores y funerarias", afirma José Reyes Ferris, alcalde de Ciudad Juárez. "Ahora es una gran preocupación para nosotros".

Las autoridades mexicanas dicen que las bandas de narcotraficantes están detrás de la gran mayoría de las extorsiones. Utilizan esta práctica para compensar por las pérdidas de ingresos que han sufrido debido a la acción militar del gobierno y las incesantes guerras entre clanes rivales.

En medio del caos y el miedo, también hay otros grupos criminales que se aprovechado para ganar dinero fácil, según Reyes. "Nuestras informaciones muestran que hay numerosos grupos de criminales improvisados, a menudo jóvenes, que están detrás de estos delitos", explica. Reyes señala que algunos ex policías, despedidos en acciones contra la corrupción, también han participado en casos de extorsión.

Muchas de las empresas afectadas tienen que pagar cantidades relativamente pequeñas, que van desde los 100 a los 400 dólares (entre 68 y 274 euros) mensuales. Pero las extorsiones van acompañadas de brutales consecuencias para aquellos que deciden no pagar.

Además de empresas tiroteadas, también ha habido incendios intencionados. Uno de estos afectó a un burdel y dejó a un cliente y una prostituta con quemaduras de tercer grado. Otras personas han sido secuestradas o asesinadas por no pagar y han pasado a integrar las más de 2.000 víctimas de homicidio que ha tenido Juárez durante este año.

Desde que Felipe Calderón asumió su cargo como presidente de México en diciembre de 2006, la violencia se ha extendido por todo el país. El mandatario declaró la guerra total contra los carteles de la droga. Su estrategia ha registrado cifras récord de extradiciones y golpes policiales, pero también ha aumentado el baño de sangre entre organizaciones rivales y también contra el gobierno.

Los detractores de Calderón dicen que el enfoque del gobierno empuja al país hacia una gran crisis de seguridad y que, por ello, se debería replantear dicha estrategia. "Esta guerra está matando principalmente a la gente pobre. La mayoría de las víctimas de los soldados y los carteles son gente de las zonas más pobres y sin oportunidades", afirma José Domínguez, del Frente Nacional Contra la Represión. "La extorsión y la inseguridad también perjudican a la gente que intenta salir adelante. La mayoría de los ricos de Juárez ya se han ido a El Paso".

Los funcionarios de la agencia antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) aplauden la ofensiva de Calderón y la califican de un hito en la política mexicana que dará frutos a largo plazo. Joseph Arabit, agente especial de la DEA a cargo de la división de El Paso, declara que los grupos de extorsión son una señal de la desesperación de las organizaciones de narcotraficantes, que han sufrido la persecución a ambos lados de la frontera.

"Con Calderón, ha habido una cooperación sin precedentes con Estados Unidos. Calderón no ha titubeado pese a las amenazas y la violencia", indica Arabit. "Seguiremos apoyando y animando a México para que presione constantemente a los carteles del narcotráfico. Imagínese lo que pasaría si no atacáramos a estos grupos".

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