(ampliación) el psoe celebrará congreso ordinario en febrero


La dirección del PSOE convocará su congreso ordinario para el primer fin de semana de febrero, según anunció públicamente el secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, que aguantará en el puesto hasta ser relevado formalmente y sin querer, por el momento, decantarse por nadie para respetar la democracia interna y el criterio de los militantes.
Fue el secretario general y presidente del Gobierno el que compareció en rueda de prensa tras la reunión de la Comisión Ejecutiva en la que se hizo el primer análisis del “mal resultado” de las elecciones generales, que han dejado a los socialistas en 110 escaños frente a los 186 del PP.
La decisión “unánime” de la dirección fue convocar para el próximo sábado la reunión del Comité Federal que debe convocar el congreso ordinario, y proponer para ello “la primera semana de febrero”, es decir, el fin de semana del 4 y 5.
“Es lo que procede, lo que corresponde, que el partido afronte una nueva etapa, que la democracia y los compañeros diseñen el proyecto para los próximos años” y hacerlo, como “siempre” se hace en el PSOE, apuntó, “con toda libertad y con todo el sentido de la responsabilidad”.
No hubo peticiones o sugerencias en la Comisión Ejecutiva para que el congreso sea extraordinario, en primer lugar, argumentó el secretario general, porque “estamos en tiempo” de hacerlo ordinario, ya que han pasado más de tres años desde el anterior.
También porque, respetando los plazos estatutarios, se hace “lo más rápido que se puede”, apenas transcurridos los sesenta días marcados desde la convocatorio hasta la celebración, y más teniendo en cuanto que el final de diciembre y el comienzo de enero apenas es hábil.
Sería “un sinsentido” convocarlo de forma extraordinaria, dijo Zapatero. Su dimisión como secretario general para forzar ese carácter al congreso no ha estado sobre la mesa, explicó, porque la tesis unánime es que tocaba hacer lo que se ha decidido.
Su intervención fue escrupulosa en lo referente a respetar la democracia interna y el criterio de los militantes para sucederle en la Secretaría General, y no quiso desvelar siquiera opinión alguna sobre los posibles aspirantes o sobre si es partidario de una completa renovación orgánica.
Hay que respetar los plazos estatutarios, afirmó, “ya llegará el momento de los candidatos”, y lo que debe salir de ese congreso “corresponde a los militantes”. La tarea del secretario general ahora se limita a garantizar la “máxima libertad” interna para que el partido “genere el proyecto que necesitamos para este nuevo tiempo”, con el deseo y la convicción de que lo hará “con pleno sentido de la responsabilidad” y cumpliendo “sus obligaciones”.
Los socialistas coinciden unánimente con la primera valoración que hizo Alfredo Pérez Rubalcaba de los resultados electorales, reconocen el “fuerte deterioro” de su respaldo ciudadano y la “amplia” victoria del PP, aunque lo achacan en gran parte a las “muy especiales” circunstancias de la crisis económica y las “muy preocupantes tensiones que viven los mercados financieros”.
En ese sentido, Zapatero recordó que al tomar decisiones “difíciles” desde el Gobierno ya dijo que lo hacía “costara lo que costara porque las consideraba imprescindibles para España, para su estabilidad y la garantía de su solvencia”.
Este lunes volvió a incidir en la idea de que su Gobierno se ha enfrentado a circunstancias a las que nunca antes se ha enfrentado un ejecutivo “desde la transición”, y aunque respeta todas las opiniones y asume “toda la responsabilidad”, dijo que es “muy fácil” abogar por otro tipo de medidas “cuando no se está en el papel de quienes las tienen que tomar”.
Por ello, reconoció “preocupación” por el futuro del PSOE pero, sobre todo, su prioridad es que España “mantenga la solvencia y su capacidad de financiación, y se abra un horizonte de recuperación económica”.
A día de hoy su relación con Rubalcaba sigue siendo “excelente” y el reconocimiento de la derrota, precisó el secretario general del PSOE, no impide sino más bien al contrario, valorar y agradecer el esfuerzo de todo el partido, de los militantes, del Comité Electora, “y de manera singular” del candidato.
“Creo que los españoles saben que teníamos todo el viento en contra en estas elecciones”, dijo Zapatero, y por eso agradeció en nombre del PSOE el respaldo de los siete millones de ciudadanos que les han votado.
Hay momentos en la vida, y también en la de un gobierno en los que hay que poner los intereses generales por encima de los del partido, “así lo hemos hecho” esta legislatura, dijo, al tiempo que expresó su convicción en que “así seguirá siendo en el tiempo de oposición que el PSOE tiene por delante”.
Zapatero se mostró convencido de que España superará las dificultades y también el PSOE será capaz de “relanzar” su proyecto, manteniendo el diálogo con la sociedad y su responsabilidad con España, que se demuestra siempre “en los momentos difíciles”.
La Ejecutiva hizo este lunes un “primer análisis” de los resultados y no entró a decidir “cuestiones institucionales” como quién intervendrá en nombre de los socialistas en el debate de investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.
Zapatero afronta el final de su etapa con un “profundo agradecimiento” a los ciuadanos que confiaron en él en dos ocasiones y a los socialistas que le han apoyado “en las etapas fáciles y en las muy difíciles”, y ahora su mayor deseo es “que las cosas mejoren” en España.
“En absoluto” se siente injustamente tratado por sus compañeros de partido y mucho menos por los electores. “Los ciudadanos, en democracia, siempre tienen razón, siempre aciertan”, concluyó.

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