(ampliación) eta. La audiencia condena a 56 años de cárcel a ‘kantauri’ por el asesinato de jiménez becerril y su esposa


La Audiencia Nacional ha condenado a 56 años de cárcel al exjefe militar de ETA José Javier Arizcuren Ruiz, alias ‘Kantauri’, por haber ordenado el asesinato del concejal del PP en el Ayuntamiento de Sevilla Alberto Jiménez-Becerril y de su esposa, Ascensión García Ortiz, perpetrado en Sevilla el 30 de enero de 1998.

La Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha encontrado a ‘Kantauri’ culpable de los delitos de atentado terrorista en concurso ideal con homicidio terrorista (en el caso del concejal) y de homicidio terrorista (en el caso de la muerte de la esposa). El Tribunal ha aplicado al etarra la atenuante por dilaciones indebidas y la agravante de alevosía.
Además de la pena de cárcel, el exjefe militar de ETA ha sido condenado a indemnizar con un millón de euros a los tres hijos del matrimonio, en concepto de responsabilidad civil. El tribunal considera probado que, desde finales del 94, ‘Kantauri’ era el jefe de los llamados ‘comandos ilegales’ de ETA y responsable de todos sus actos criminales, entre otros los del llamado ‘Comando Andalucía’.
Los magistrados explican en la sentencia dictada hoy que se han recabado "abundantes pruebas de cargo" que acreditan que fue ‘Kantauri’ quien ordeno el asesinato del concejal del PP en Sevilla.
VIGILANCIAS AL CONCEJAL
La resolución señala que el etarra se reunió en Francia con los miembros del ‘Comando Andalucía’ José Luis Barrios, Miguel Azurmendi y María Teresa Pedrosa (ya condenados como autores materiales), facilitándoles un millón de pesetas y cuatro pistolas. En cumplimiento de las órdenes de ‘Kantauri’, los miembros del comando elaboraron informaciones sobre cargos públicos en el PP, eligiendo finalmente como objetivo a Alberto Jiménez Becerril.
La madrugada del 30 de enero del 98, los etarras Barrios, Azurmendi y Pedrosa se apercibieron de la presencia de la víctima en un bar, departiendo con otras personas.
Los terroristas observaron como poco después salía en compañía de una mujer que resulto ser su esposa y les siguieron por “estrechas, sinuosas y oscuras calles”.
Barrios y Azurmendi les siguieron a lo largo de unos 245 metros y les dieron muerte con las pistolas entregadas por ‘Kantauri’.
“NI SE MANCHAN LAS MANOS DE SANGRE”
El tribunal, presidido por la magistrada Ángela Murillo, ha tenido en cuenta entre otras pruebas las propias declaraciones que prestaron los autores materiales en sede judicial, así como cartas manuscritas de ‘Kantauri’ incautadas en un piso franco de ETA.
En esos documentos ordenaba dedicar " toda la fuerza posible" para atentar contra los políticos, en especial contra miembros del PP.
"Los que proporcionaron a sus subordinados las instrucciones necesarias para llevar a cabo brutales atentados, facilitándoles armas, explosivos, dinero y todo el material necesario para el ‘éxito’ de toda esa sin razón, son los jefes que ni se manchan las manos de sangre, ni corren peligro alguno de ser detenidos", indica la sentencia.

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