Ana Garrido sí destapó la Gürtel: "Para mí, la palabra Gürtel está asociada a pesadilla"

    • Técnico municipal, destapó las irregularidades que se cometían en el ayuntamiento de Boadilla del Monte, epicentro de la trama.
    • "Me intentaron echar de la carretera", cuenta. Sufrió acoso laboral y cayó en una depresión. "El acoso sigue, la mafia toca todos los pilares de tu vida".
Luz Sela

Esperanza Aguirre ha vuelto a decir a la justicia que ella no sabía nada de las Gürtel y que la destapó sin saberlo. Cree que no debe dimitir de sus cargos actuales porque ya dimitió en su día por nada. No se sabe si Aguirre está pasando ahora por un calvario, pero quien sí lo ha pasado realmente mal es Ana Garrido, una de las personas que sí que lo arriesgó todo para poder destapar la trama.

"Para mí, la palabra Gürtel está asociada a pesadilla. No es lo que haya hecho, es cómo es mi forma de vida actualmente. Van más de seis años y quiero tener una vida normal".

Habla Ana Garrido. La funcionaria que destapó la trama Gürtel en uno de sus epicentros, el Ayuntamiento de Boadilla del Monte (Madrid) y, junto a José Luis Peñas, exconcejal de Majadahonda, a quien se debe la instrucción del caso."Volvería a denunciarlo"

La trama ha sido para ella una muerte en vida, dice abiertamente. Su denuncia permitió destapar la red que removió los cimientos de todo un partidoy cambió la conciencia sobre la corrupción en el país, pero la destrozó. Ha llegado a vender muebles de su casa por no poder pagarla. "Ahora la tengo alquilada, porque es mejor eso antes que perderla... Me he ido a vivir con unos amigos". Aunque matiza, de seguido, que volvería a denunciar mil veces si hiciese falta.

"No me arrepiento de nada. No me arrepentí nunca.Siempre entendí que esto es una carrera de fondo, y llegas a donde quieras llegar, En los momentos más duros pensaba 'no quiero saber más de este tema', pero arrepentirme no. Cuanto más recorrido llevo creo que más se ha avanzado. Todo lo que sea limpieza y sanear la política del país es fundamental. Pero me planteo, ¿hasta cuándo?".La mitad de su vida transcurre entre juzgados

Asume, ya con normalidad, que la mitad de su vida transcurre entre juzgados. Pero tras el telón heroico de su actuación, asoma la persona. Se reconoce cansada. "Esto es agotador. A mí me encantaría poder ganarme la vida, tener una vida normal. Pero es que así es imposible", lamenta. Esa vida, tras la Gürtel, se resume en coacciones, acoso y amenazas de muerte.

"Me intentaron echar a la cuneta, pero no soy miedosa. Además, te acostumbras a perder el miedo", cuenta ella con una serenidad que choca con el relato. Sí hubo un momento en que le resultó imposible, admite: "Reventaron las cerraduras de mi coche estando dentro del garaje. Y eso sí me preocupó, pensé 'si han llegado hasta aquí, a dónde pueden llegar'

Garrido llevaba 20 años en este ayuntamiento madrileño cuando se topó con la Gürtel. Diplomada en magisterio, y con plaza fija por oposición, empezó su carrera en el área de Juventud antes de pasar a Personal. Allí, uno de sus compañeros era Arturo González Panero, apodado después'El Albondiguilla'por sus conversaciones en la Gürtel.

En 1999, González Panero, amigo personal del número dos de la trama, Pablo Crespo, accede a la alcaldía y para Garrido, empieza sutilmente el calvario.Presiones para elaborar informes favorables

Dede alcaldía se le empiezan a negar de forma sistemática los cambios propuestos para las edificaciones del Consistorio, al tiempo que la presionan para que elabore informes favorables y del gusto del regidor pese a irregularidades más que patentes. El alcalde la obliga a hacer contratos 'a dedo'. Ella se niega en rotundo.

Garrido empieza entonces a cuestionar a viva voz muchas de las adjudicaciones. Entre ellas, el proyecto de la Casa de la Juventud, que, denunció, se adjudicó sin concurso alguno. Las cesiones de terrenos era otro de los caballos de batalla en su día a día en el Consistorio.Como la de un terreno de más de 100.000 metros cuadrados a la empresa Sinnamon, ante la que ella mostró firmes reticencias. El alcalde le paró los pies. Por aquella, era evidente que resultaba ya demasiado incómoda para los planes de Panero.

Para tenerla controlada, el regidor le colocó a una 'supervisora', la hija de un conserje del ayuntamiento, con un único cometido: vigilar sus movimientos. Así empezó el acoso y derribo. Primero un cambio de despacho, después una rebaja de posición y de sueldo. Le quitaron el móvil de trabajo, 'recomendaron' a sus compañeros no mantener contacto con ella.

La presión desembocó en una depresión severa. "Lo trababa de llevar yo sola. A mi familia la quería dejar al margen. Prefería que los golpes cayesen sobre mí que sobre ellos. Al principio era difícil. Mis padres fueron siempre votantes del PP y hubo ciertos enfrentamientos. Pero, al final, un padre es un padre", relata. Las fuerzas, en cambio, flaquearon un día. Incapaz de seguir adelante decidió cogerse una baja de año y medio.

Por entonces, 2007, era ya secreto a voces que el alcalde se estaba llevandojugosas comisiones. Pero ¿cómo demostrarlo?. Durante los meses lejos de las oficinas municipales, Garrido entregó buena parte de su tiempo a indagar en las entrañas de las cuentas del regidor.

A ojos de todos, González Panero llevaba una vida de lujo inasumible con un sueldo de 81.000 euros. La investigación de Garrido fue componiendo el retrato de esos excesos. Una casa en Torre Pacheco, otra en Miami, otra en Ceuta, flotas con coches de alta gama, inversiones en Bolsa, traslados frecuentes en helicóptero, trajes de Armani, clases de golf para su mujer por importe de 3.000 euros... Y negocios 'raros' con varias empresas que luego figurarían en la interminable lista de la Gürtel. Los números, por supuesto, no cuadraban.Todas las irregularidades en un dossier de 300 páginas

Por entonces, en cambio, nada hacía sospechar de esa palabra que luego adquiriría dimensiones esperpénticas. La Gürtel. A medida que la particular investigación avanzaba iban aflorando nombres luego tan familiares. Entre ellos, también, el del extesorero Luis Bárcenas.

En diciembre de ese mismo año, Garrido decidió ponerse en contacto la entonces presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre,para informarle de lo que ocurría en Boadilla. Le escribió una carta.Nunca recibió respuesta.

La funcionaria reunió entonces todas las irregularidades en un dossier de 300 páginas que entregó al sindicato Manos Limpias. La carpeta acabó en manos de Fiscalía y se unió a la denuncia del exconcejal de Majadahonda, José Luis Peñas. Arrancó el caso.El germen de la operación contra la corrupción que amenazaba con barrer al PP estalló en los medios. Pero, lejos de acabar, su pesadilla adquirió aún más fuerza.

La baja estaba a punto de terminar, debía incorporarse pronto al puesto, pero era consciente de que no podía hacerlo.Buscó trabajo en otros Ayuntamientos y en todos recibió un portazo. Se cogió una excedencia de dos años y se marchó al extranjero, a Costa Rica, para tratar de poner tierra de por medio. Allí, y como cajera, ama de llaves en un hotel y jardinera, asegura, aprendió de nuevo a ser feliz.

En España, la Gürtel se había llevado ya por delante a González Panero y sumaba media docena de imputados en Boadilla. En junio de 2011, y confiada en que el relevo en el gobierno municipal cambiaría las cosas, Garrido decidió volver. La nombraron técnico de Juventud, un puesto por encima de su categoría, por el que, en cambio, no recibía la remuneración estipulada.

Reclamar el salario que le correspondía fue otro motivo más para el hostigamiento. Presentó una demanda por la cantidad adeudada y eso le valió, de nuevo, más represalias. Sus informes eran sucesivamente descartados. El alcalde le ordenaba rehacerlos. Y, otra vez, a la papelera.Un blog para relatar una odisea

El calvario de cada día lo iba relatando en un blog,La honestidad tiene un precio.En abril de 2013, Garrido reunió fuerzas y decidió denunciar. En febrero del año pasado, llegó la sentencia:la Justicia condenó al Ayuntamiento a pagarle 81.473 euros para rescindir su contrato con la indemnización de despido improcedente. Una cantidad, a la que habría que sumar 14. 977 euros por daño moral. El aparente respiro quedó, en cambio, cortado por la parálisis judicial. La sentencia no se ejecuta porque no es firme, y el caso está encallado en el Supremo.

"El acoso continúa. Lo llamo la tortura del siglo XXI. No es algo físico. Es un proceso en el que pierdes vida, trabajo, salud, no tienes tiempo de ocio ni tranquilidad. Y consiste en que ellos, y cuando digo ellos me refiero a esta mafia corrupta que no afecta a todos pero sí a una gran parte de los políticos, van tocando todos los puntos que son pilares fundamentales en tu vida", cuenta. Por el camino, ha perdido amigos. "Los mejores, los íntimos que tenía en el ayuntamiento. No recuerdo a ninguno que no me haya traicionado. El que no ha mentido en un juicio, ocupa ahora un puesto político".Quiere un decálogo de medidas de protección al denunciante

Garrido sigue en cambio una imparable lucha contra la corrupción. Elabora un decálogo de medidas de protección al denunciante que quiere presentar a todos los partidos. "Es momento de adquirir compromisos", insiste. Pero admite, con desencanto. "En realidad no interesa protegerlo. Si vivimos en un país en el que la corrupción está institucionalizada y afecta no sólo a un partido político sino a los que han estado gobernando, difícilmente van a proponer medidas reales contra ella. Cree que a los políticos, como a cualquier trabajador, "habría que hacerle una prueba psicológica al llegar a su puesto". "¿Por qué no se hace?", se pregunta contrariada.Hacienda le está dando la razón

Ella aplica el 'ver para creer' cuando se le pregunta si la Justicia actúa. En septiembre del año pasado, Hacienda localizó el rastro del dinero que la trama pagó presuntamente al exalcalde y cuyo recorrido se traza entre Suiza, China y Miami. En Miami, por ejemplo, lo habría invertido en inmuebles por valor de 688.000 euros. En Suiza habría acumulado más de 1.700.000 euros en cuentas bancarias a nombre de su mujer. Según la instrucción, el ayuntamiento era uno de los epicentros de la red tejida por Correa.

"Lo queimporta son las sentencias y las penas. Por mucho que estén imputados, hasta que vea que están en la cárcel, no un año ni dos, sino durante un tiempo, desconfío". Su pronóstico, en cambio, es pesimista. "Irán a la cárcel unos cuantos durante un par de añitos como mucho en el mejor de los casos y luego, a disfrutar de todo el dinero..."

Ella lucha cada día para que su vida siga. Quizás haya llegado ya el momento del cambio. "La semana pasada tomé una decisión. Me voy a dar de alta en autónomos y voy a sacar una línea de artesanía. Son pulseras y collares con mensajes de tipo social", descubre ilusionada. "Uno de los mensajes será, por supuesto, 'no a la corrupción'.

No obstante, Garrido ha reaccionado en las redes ante la evolución del caso Gürtel. NOTICIÓN! Mi más profunda admiración al juez Eloy Velasco. Lástima que igual luego la Fiscalía se lo "afina"...https://t.co/sgkEfv4CGv pic.twitter.com/RZB5i30MUX— Ana Garrido Ramos (@AnaGarridoRamos) 19 de abril de 2017

Estoy viendo la declaración d Aguirre. Para oír sus mentiras me voy a sacar al perro. Ante el falso testimonio: JUSTICIA #AnaContraGurtel pic.twitter.com/TJG2WbsnWT— Ana Garrido Ramos (@AnaGarridoRamos) 20 de abril de 2017

Espero q a Ignacio González, lo lleven a la cárcel d Extremera, con su "rival" Granados JO, JO, JO https://t.co/T8Z9mHgDsy #AnaContraGurtel— Ana Garrido Ramos (@AnaGarridoRamos) 19 de abril de 2017

La plataforma change.org promueve una campaña para proteger a quien denuncia. Doce años después, España no ha desarrollado elartículo 33 de la Convención de Naciones Unidas que recomienda la protección de testigos y denunciantes.

El documental 'Corrupción, el organismo nocivo',una cinta-denuncia dirigida por Albert Sanfeliu y Teresa Soler, pretende dar voz a los denunciantes de la corrupción.

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