Antoni Diéguez destapó el 'caso Urdangarín': "Abrir la boca contra la Casa Real era un sacrilegio".

    • Hubo llamadas entre Zarzuela y Moncloa, pero la consigna fue 'adelante'.
    • El origen de las sospechas: un evento de dos días en el que la hora salía a 75.000 euros "No las ganaba ni Ronaldinho".
    • Asegura que este caso cambió la historia de la corrupción en España: "Se generó una complicidad social con el denunciante que antes no existía"

Antoni Diéguez, exdiputado socialista en el Parlament balear.
Antoni Diéguez, exdiputado socialista en el Parlament balear.

"El PSOE denuncia supuestos pagos irregulares del Gobierno balear al instituto que preside Urdangarín". Era 17 de febrero de 2006, y este titular se colaba en la prensa nacional. El evento bajo sospecha era un Congreso internacional sobre turismo y deporte, organizado en Mallorca en diciembre del año anterior, por el Instituto Nóos, entidad presidida por el yerno 'real' y que había costado a las 'arcas públicas' 1'2 millones de euros.

Los socialistas de Baleares exigían una comisión de investigación por lo que consideraban un importe desorbitado. Sueldos altísimos para hacer prácticamente nada. "Es un caso de pésima administración de recursos públicos", denunciaba uno de los denunciantes en rueda de prensa.

Era Antoni Diéguez, diputado socialista en las Cortes baleares. Su nombre no suena porque a él apenas se le dedicaron titulares, pero es quien se debe el estallido del escándalo que puso en jaque a la Casa Real y llevó a la Monarquía a una escalada de descrédito sin precedentes.

"Si hubiera querido ir al 'Tomate' hubiera ido", ríe ahora, recordando las ofertas que durante un tiempo le llovían de una prensa 'del corazón' ávida por explotar el filón real tras años de un 'tabú' no pactado sobre las informaciones de la Casa Real. "Me negué porque para mí no era cosa de morbo, sino de justicia social. También me ofrecieron una entrevista en Vanity Fair, pero como la investigación estaba en fase 'rosa', les dije que cuando fuera una cosa jurídicamente seria hablaríamos".

A Diéguez le precedía ya un historial de 'cruzadas' contra la corrupción: el caso 'Calviá'- el intento de compra de voto de un concejal socialista con 100 millones de pesetas para entregar la alcaldía de la localidad mallorquina al PP- el 'Mapau'-el intento del president balear Jaume Matas de comprar votos para el PP empadronando a inmigrantes en Argentina en Formentera- o el 'Rasputín', el caso de los altos cargos del gobierno balear que viajaron a Moscú para ver un partido de fútbol y acabaron cargando a las arcas públicas los tickets de uno de los clubes de alterne más famosos de la ciudad. Según el Govern, el viaje pretendía, "promocionar turísticamente la comunidad".

Lo del Nóos le estalló casi por casualidad, como siempre que llegan las cosas 'gordas'. "En aquel momento estaba como diputado y asistí al evento. Me llamaron la atención algunos detalles, sobre todo que era bastante inútil en sus objetivos, tenía más aparato que sustancia. Y cuando pedí el convenio para ver cómo se había pagado, vi que era una cantidad tan alta por fin de semana, que me parecía escandaloso".

El convenio, sin concurso público, había sido firmado por la Fundación Illesport, el Instituto Balear de Turismo, ambos dependientes del Govern de Matas, y el Instituto Nóos para organizar un Forum de fin de semana. Dos jornadas de trabajo en las que "casi todo el dinero se fue en sueldos", sostiene Diéguez. 40.000 euros para el director de publicaciones, 30.000 para los responsables de planificación. "La hora de evento sale a 75.000 euros, una cifra que no recibe ni el mismísimo Ronaldinho", detalló en una comparecencia.

Por entonces, el 'negocio' que Urdangarín compartía con su socio, Diego Torres, gozaba de una relación de privilegio con el Gobierno Matas. Una consultora que había visto multiplicados en muy poco tiempo sus clientes, seducidos por la imagen intachable de su 'cabeza', un Duque y de la línea directa con el Rey. Nada podría hacer sospechar lo que se avecinaba."Todo el mundo lo sabía, pero nadie hacía nada"

"Lo primero que hice fue consultarlo con mi responsable parlamentaria, Francina Armengol, porque estamos hablando de un momento en que la Casa Real tenía, no olvidemos, un nivel de aceptación altísimo. Abrir la boca contra ella era casi un sacrilegio", recuerda Diéguez, "pero recibí un apoyo al cien por cien. Sin consultar más me dijo 'adelante'. Cuando denunciamos no sabíamos la repercusión que tendría, o si se taparía, porque cada medio después le da el tratamiento que considera oportuno... pero salió".

La noticia de que los socialistas baleares pedían explicaciones sobre un asunto que implicaba a Urdangarín armó el revuelo en Madrid. "Hubo llamadas entre Zarzuela y Moncloa-entonces gobernada por Rodríguez Zapatero-para saber qué pasaba". "Justo en aquel momento estaba en Mallorca Alfonso Perales, secretario de Política Autonómica del PSOE y le encargaron desde el partido averiguar por qué los socialistas de Baleares denunciaban al señor Urdangarín. Pero también él me dijo que esto no se podía consentir, que siguiésemos adelante". La Casa Real 'aconsejó' al Duque de Palma que dejase aquellos negocios, pero él desoyó las peticiones. Diéguez siguió adelante, pero el asunto quedó prácticamente silenciado. "Después de aquello hicimos algunas declaraciones más, pero lo cierto es que no se montó ningún gran escándalo a nivel popular. Creo que en aquel momento todo el mundo lo sabía, pero la realidad es que nadie hacía nada".

La vida parecía apacible para Urdangarín. El PP hizo caso omiso a las presuntas irregularidades y siguió colaborando con Nóos. Poco después, los socialistas logran el Govern y salta el caso Palma Arena, las investigaciones sobre gastos injustificados del anterior 'president'. Ajeno a las indagaciones, en 2009, el Duque es ascendido a consejero y presidente de la Comisión de Asuntos Públicos de Telefónica Latinoamérica y EEUU y se va a Washington cobrando casi un millón de euros anuales. El caso que cambió la forma de entender la corrupción

En julio de 2010, Castro abre pieza separada. Apunta directamente al Instituto y pone la lupa sobre los pagos del Govern. Urdangarín, entonces ajeno a lo que sucedía en España, se ve implicado. La Zarzuela lo aparta de sus actos oficiales por comportamiento "no ejemplar". El 19 de diciembre de 2011, es imputado. Arranca el 'caso Urdangarín'.

"Sí, fue demasiado tiempo de espera...", reconoce Diéguez, quien en cambio saca también el lado bueno de la 'demora'. "Con este caso se establecieron las líneas de investigación que se han seguido después en el resto del país. La experiencia que se adquirió aquí cambió la historia de corrupción en España y eso fue, en gran medida, por el trabajo del gobierno socialista", destaca.

Ése, afirma, es el gran logro con el que se queda. El haber cambiado la forma de entender la corrupción. El haber convertido lo que antes era, por desgracia, lo 'normal' en escándalo. " Antes, anunciar la 'Fórmula 1' te hacía sacar la mayoría absoluta. Ahora, no", celebra, "Creo que aquello, unido a la crisis económica, sirvió para que la gente tome conciencia. Hoy en día, la corrupción no es sistémica, puede haber algún caso... pero la gente ya se ha dado cuenta de su gravedad".

Él, presume de haber propuesto la creación de la primera oficina anticorrupción dependiente de un Parlamento en toda España, tumbada por el PP. "Matas dijo entonces que él era transparente y se ofreció a hacer pública su declaración de la renta... Pero eso en realidad sirvió para ver que sus ingresos no correspondían a su patrimonio, que no disponía de las rentas suficientes para adquirir las fincas que estaba comprando..."."No te atropellan en una curva, pero te merman el crédito social"

La "complicidad social" contra la corrupción que ha nacido en estos últimos años es, en su opinión, la mejor garantía para el que decide dar el paso a la denuncia. Recuerda Diéguez que cuando empezó a destapar el caso Calviá, allá a comienzos de los noventa, las frases que escuchaba con insistencia era "¿Dónde se mete?", "¿Qué se ha creído, cómo se atreve a ir contra el poder?". "Se hacía caso relativo cuando se estaban llevando el dinero a mansalva", reprocha, "y al denunciante se le miraba con la muletilla de "pues algo habrá hecho, será algo personal". No se encontraba apoyado en ningún momento, al contrario, acusado. Pero algo ha cambiado. Como con la violencia de género. El que denuncia tiene hoy toda la solidaridad social y ese apoyo es lo que más le protege".

Asegura que, personalmente, nunca recibió presiones ni amenazas por sacar a la luz el Caso Nóos, pero por los noventa sí fue chantajeado. "Alguien me dijo que si no reconocía ciertas cosas falsas me pondría una denuncia o una querella. Me negué y me pusieron una denuncia que quedó archivada en 48 horas. Las amenazas son así. No tanto atropellarte en una curva, como mermar el crédito social. Y ante eso, es verdad que la protección es complicada".

El 25 de febrero de 2012, el marido de la infanta Cristina fue citado a declarar por primera vez. Negó los hechos y responsabilizó a Torres. En el auto constaba que habían percibido 5'8 millones de euros del Nóos a través de los Gobiernos valenciano y balear. La interminable cronología de este caso tiene ahora el punto y seguido en el 22 de diciembre de 2014, cuando la Audiencia de Palma dictó el Auto de Apertura de Juicio Oral para sentar en el banquillo, entre otros, a Urdangarín, Torres, Matas y también a la infanta Cristina, imputada por cooperación en dos delitos fiscales. El juicio marcará el próximo año judicial, probablemente en los primeros meses de 2016.

¿En qué quedará todo esto?, preguntamos. Diéguez se muestra convencido. "Habrá responsabilidades penales claras. Este caso no se acaba con una sentencia condenatoria. Es más. Es un caso clarísimo de un flagrante mal uso de fondos públicos".

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