Antonio Troitiño se une a De Juana y 'Josu Ternera' en la lista de etarras que dan esquinazo a la Justicia

Borja Ventura

Diciembre de 2008 en el aeropuerto de Barajas. Frente a un cartel con cinco caras de terroristas de ETA, un hombre con un rotulador rojo tacha la cara de uno de ellos y escribe "Ha caído". La cara es la de Garokoitz Aspiazu, 'Txeroki', uno de los sucesivos jefes de ETA que las Fuerzas de Seguridad han ido capturando. Unas semanas después se renovó el cartel, con otras caras que, más adelante, acabarían siendo tachadas por otros.

Pero hay algunos nombres que se saltan esta saludable rutina de la detención de terroristas. Son el puñado de etarras que siguen huidos de la Justicia, algunos durante años. Pero hay casos especialmente sangrantes, el de los terroristas que han huido de la Justicia después de que ésta les pusiera en libertad y corrigiera su decisión poco después. Desde este miércoles hay un nombre más engrosando esa lista: Antonio Troitiño.

Con 22 muertes a sus espaldas, el etarra fue liberado la semana pasada -seis años antes de lo que establecía su pena- después de que los jueces decidieran hacer uso del llamado 'doble cómputo penal', por el que se descuenta el tiempo que el acusado ha pasado en prisión preventiva de todas las condenas que pesan sobre él de forma individual.

De Juana: de las portadas al olvido

El caso que precedió en el tiempo al de Troitiño fue el de Iñaki de Juana, que protagonizó una sonada huelga de hambre durante el fallido proceso de paz de 2006. Tras su liberación, que tuvo lugar en medio de un tenso debate judicial sobre si se le debía condenar por supuestas amenazas vertidas en artículos que había escrito años atrás, se trasladó a Irlanda.

Allí siguió acudiendo al juzgado tal y como estaba estipulado en las condiciones de liberación, hasta que se requirió su extradición para volver a encerrarle. De Juana Chaos desapareció del mapa de la noche a la mañana y se dictó una orden internacional de busca y captura que ha sido infructuosa hasta la fecha. Algunos colectivos de víctimas, sin pruebas conocidas, sitúan al etarra en Venezuela.

No corrió la misma suerte la etarra Maite Aranalde, que huyó tras ser liberada y extraditada por la justicia francesa, pero fue capturada ocho meses después junto al entonces jefe militar de ETA, Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, y otros dos miembros de ETA.

'Josu Ternera', el negociador

Pero el caso más llamativo es el de José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, 'Josu Ternera', ex jefe militar de ETA en la década de los '80 y uno de los últimos históricos de la banda. Su delicado estado de salud y el supuesto papel que se le atribuye de cara a un supuesto fin de la violencia de ETA son los argumentos que veladamente se esgrimen para justificar que no haya sido detenido, especialmente teniendo en cuenta que el CNI le sigue los pasos de cerca y la Interpol le sigue buscando.

Es tan 'histórico' que ya participó en el robo de explosivos que hizo posible el atentado contra Carrero Blanco. Bajo sus órdenes se llevó a cabo uno de los peores atentados de ETA, el que se produjo contra la casa-cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza en 1987, en el que murieron once personas, cinco de ellos niños.

El que llegara a ser diputado autonómico de Euskal Herritarrok en 1998 estuvo por última vez en la cárcel en Nanclares de Oca, que abandonó porque la Justicia consideró que ya había sido juzgado en Francia por sus delitos. Sin embargo se le consideró responsable máximo del mencionado atentado de la casa cuartel de Zaragoza y de apadrinar EKIN, organización que fue declarada como una extensión de ETA. En 2002 se dictó una orden de busca y captura del Tribunal Supremo que nunca se ha llegado a cumplir. Cinco días antes de tener que comparecer ante el juez anunció que desaparecería en un artículo publicado en el diario Gara.

'Josu Ternera' ha sido parte activa en todos los procesos de diálogo con el Estado: en las conversaciones de Argel con González, en Suiza con Aznar y, más recientemente, en 2006 con Zapatero. De hecho, ha defendido de una forma velada el final del uso de la violencia y el paso a posturas únicamente políticas.

Se cree que su estado de salud es grave a causa de una tromboflebitis que se le diagnosticó tras tratarse en 2004 un cáncer de estómago supuestamente terminal en un hospital de Düsseldorf, al que se trasladó desde Francia, donde vivía. Su residencia actual se sospecha que está en el norte de Italia, cerca de Milán, según las últimas informaciones del CNI, aunque otros mantienen que cruzó el Atlántico para refugiarse en América. Su hijo Egoitz Urrutikoetxea, también miembro de ETA y también huido de la justicia desde 2003, ha sido condenado en rebeldía (es decir, sin estar presente) a varias penas y la Justicia francesa le busca desde hace años. Desactualización en la Interpol

Buceando en esas listas de más buscados se observan algunas curiosidades. Por ejemplo, que sólo hay dos etarras que aparecen en la lista de la Guardia Civil sobre los que pese una orden internacional de detención. Uno es Jon Etxeberria Oiarbide, nacido hace 33 años en San Sebastián, al que se considera miembro de SEGI, la cantera de ETA, y el ya citado Josu Ternera.

En total hay 21 presuntos terroristas en la lista de más buscados por la Guardia Civil española. Entre los más buscados destacan algunos nombres como los de José Luis Eciolaza Galán, 'Dienteputo' y Eneko Gogeascoechea, quienes se supone que ocupan un cargo de primer nivel en el entramado etarra, y otros más jóvenes como Ernesto Prat, uno de los cinco más buscados y cuyo hermano Roberto va de 'número tres' en la lista de Bildu en Berriozar.

En el listado de la Interpol hay otros nombres, pero no todos ellos tienen vigencia. Por ejemplo, siguen buscando a Ione Lozano, que ya detenida el pasado 23 de marzo, o Liher Rodríguez, que cumple condena en Francia desde hace tres años tras su detención en París.

Mostrar comentarios