Aquilino Duque: "La corrupción es el lubricante de la política"

  • Alfredo Valenzuela.

Alfredo Valenzuela.

Sevilla, 20 oct.- El poeta, ensayista y novelista Aquilino Duque, Premio Nacional de Literatura en 1975, ha publicado un libro de ensayos en el que demuestra que sigue beligerante a sus 82 años, con frases como esta: "La corrupción es el lubricante de la política, pero en el caso de la democracia es su combustible".

"El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente; por la misma regla de tres cabe decir que el poder democrático corrompe democráticamente", escribe Duque tras definir la democracia como la "única religión en un mundo sin religión" en el prefacio a los 17 ensayos publicados bajo el título de "La era argentina" (Encuentro).

El último libro de Duque no da tregua desde la cita inicial de Valle-Inclán que, referida al título, abre el volumen: "Yo anuncio la era argentina / de socialismo y cocaína".

Para Aquilino Duque los "estragos de la democracia son menos graves en aquellos países en los que la democracia no es incompatible con el patriotismo", como en Alemania y Estados Unidos.

"Vivimos bajo el imperio de la mentira, en el que el presente manipula el pasado a su antojo", advierte Duque para añadir: "Quienes, además de leer, observamos la realidad nos sentimos obligados a explicar a los más jóvenes de dónde venimos y a dónde tememos que nos lleven los que lo reducen todo a política, entendida como el arte de la mentira y el engaño".

También critica en estas páginas que "la palabra 'fascismo' se ha convertido en un ensalmo que petrifica a quien intenta ir contra corriente, y mucha gente hay bienintencionada que no hace lo que cree que debe hacer ni dice lo que piensa, por miedo a que la tachen de 'fascista'". De ahí que recuerde que Luis Buñuel dijera al The New York Times que "toda persona con una escala de valores es un fascista".

Duque se confiesa "partidario de rescatar el liberalismo como conducta, sobre todo en las personas de ideología liberal, entre las que tengo la triste experiencia de conocer ejemplares de una intransigencia y de una intolerancia absolutamente jacobinas".

"Para mí, la humanidad es una abstracción y el hombre algo muy concreto, y ,cuando un hombre se declara 'humanista', yo me tiento la ropa y pienso en el benemérito Robespierre, amigo de la humanidad y enemigo de la pena de muerte", advierte.

Y añade más adelante: "Resulta que quien se atreva a reaccionar virilmente contra la contracultura de una civilización senil es un reaccionario, un conservador y, en definitiva, un fascista. La única manera de que a uno no le llamen nada de eso está en cruzarse de brazos ante el suicidio de la especie".

Sobre la historia de España señala que, "al derrumbarse el comunismo, son muchos los que tratan de disculpar sus militancias, sus simpatías o sus complicidades con la excusa del antifascismo".

Y añade: "A los nostálgicos que aún quedan por ahí yo les pido, por favor, que vuelvan la oración por pasiva. En la guerra de España se alzaron contra una República entregada al comunismo -ya lo dijo Marañón- muchos que no eran ni podían ser fascistas, pero que vieron en el fascismo un aliado muy eficaz contra el comunismo".

Duque distingue entre "Estado de derecho", que considera "un ideal respetable", y "el lamentable 'Estado de derechos'", que define como "un Estado en el que todo está permitido, y en un Estado así son los más hábiles, los más fuertes, los más astutos, los más ricos los que se quedan con la parte del león de los derechos".

Amigo de Rafael Alberti, traductor de clásicos como "Os Lusiadas" y de poetas como Osip Mandelstam, Aquilino Duque ha publicado unas cuarenta obras.

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