Aríztegui tilda de "charletas" los correos de Casaus: "Hay que ir con informes"

  • El exsubgobernador del BdE arremete contra el inspector díscolo pero asegura que advirtieron a Rato de la inviabilidad de BFA.
El expresidente del FROB Francisco Javier Aríztegui comparece este lunes en la comisión de la CAM en las Corts
El expresidente del FROB Francisco Javier Aríztegui comparece este lunes en la comisión de la CAM en las Corts

Las advertencias que hizo a sus superiores el inspector del Banco de España díscolo con la salida a bolsa de Bankia, José Antonio Casaus, fueron para la cúpula del supervisor meras "charletas". Así ha definido el exsubgobernador Javier Aríztegui los famosos correos del inspector en los que se advertía de la inviabilidad del Grupo BFA Bankia con motivo de su debut bursátil. Al igual que han expuesto otros exaltos cargos del supervisor, lo que contaba para la Comisión Ejecutiva eran las "propuestas y los informes" que llegaban a la misma y no las opiniones plasmadas en este tipo de comunicaciones internas. 

No obstante, Aríztegui sí ha reconocido que se reunieron con el entonces presidente del banco, Rodrigo Rato, para advertirle que "tenía que estabilizar BFA". De estos encuentros, siempre según su testifical, trascendió el conocido como Plan Rato I de capitalización del grupo. "En el Banco de España cada día puede haber 3.000 correos entre empleados. Hay millones y millones de correos y no llegan a la Comisión Ejecutiva ninguno. A la Comisión se llega con propuestas informes y con un procedimiento reglado, no con charletas", ha respondido el exalto cargo del supervisor en relación a este asunto.

Con su testifical, Aríztegui pretendía apagar el incendio desatado durante la instrucción del procedimiento por Casaus, quien en su declaración ante el magistrado instructor Fernando Andreu habló por primera vez de la existencia de unos correos electrónicos que según expuso fueron a parar al ciberespacio en tanto no fueron atendidos por sus superiores. En los mismos, según su versión que ratificó como testigo el pasado mes de abril, expuso que la salida a bolsa no iba a ser suficiente para solucionar los grandes problemas del grupo. Además, también dijo que su "gran error" fue suavizar uno de los informe de seguimiento de su grupo para ocultar los saneamientos que a su juicio requería la entidad y que cifró en una horquilla entre 8.000 y 10.000 millones de euros. 

No hubo presiones a Olivas

El también expresidente del FROB ha quitado hierro igualmente a los problemas que planteó el auditor externo Francisco Celma de cara a dar su visto bueno a los estados anuales de 2011 ante falta de documentación clave. Según le trasladaron, los desencuentros entre las partes se centraban principalmente en la valoración que había del paquete de control de Bankia y la posible continuidad de los activos fiscales. No obstante, ha precisado que la percepción que tenía era que "parecía posible encontrar una salida cómoda" para las partes, algo que finalmente no ocurrió. 

Aríztegui se ha remontado al inicio de la fusión para explicar los motivos que llevaron a Bancaja a participar en el proyecto. El exsubgobernador ha sido muy claro al asegurar que el banco valenciano era un candidato “ideal” a integrar el SIP por su alta exposición al ‘ladrillo’ pero ha negado presiones a José Luis Olivas. “No le dijimos que le íbamos a intervenir sino que sentara y pensara en el apoyo público”, ha apuntado. “Olivas decía que tenía recursos de sobra pero le comunicamos que esto igual duraba no meses sino años. No señalamos que fuera una entidad insolvente sino con problemas estructurales. Era un candidato con probabilidad seria de que pidiera apoyos públicos y se integrase pero por su estructura no porque tuviera problemas de solvencia”, ha dicho

Sorpresa por la gestión del FMI

En contra de lo expuesto por el director de normativa contable Jorge Perez, quien le ha precedido en el uso de la palabra, Aríztegui ha desmentido que el tratamiento de cargar las pérdidas contra reservas y no contra resultados fuera perjudicial. De hecho, ha dedicado buena parte de su testifical en la Audiencia Nacional para explicar que se planteó esta fórmula porque era lo "sensato y adecuado" teniendo en cuenta que las cajas ya habían trasladado su negocio a BFA y se iban a quedar con los residuos. El objetivo, ha dicho, era tener una imagen lo más homogénea posible en los mercados financieros, algo que no se hubiera conseguido de cargar los resultados contra pérdidas.

Sobre el adelanto de las conclusiones de la misión del FMI al mes de abril de 2012, Aríztegui ha reconocido que le "sorprendió mucho" y que el organismo no suele actuar de esta forma. Con todo, ha recordado el efecto pernicioso que tuvo esta difusión del dictamen sobre la mala situación de la banca española y en concreto de Bankia. "Esto alarmó. ¿Cuánto? Usted conoce los datos como yo. El rumor circula a velocidad de vértigo", ha sentenciado Aríztegui en referencia al anticipo que el propio FMI adelantó a abril en vez de junio y que, según el auditor del organismo, se produjo por petición expresa del Eejcutivo. De Guindos por su parte negó cualquier capacidad de influencia en la directora gerente Christine Lagarde y en su equipo.

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