Armerías en pie de guerra: un negocio que agoniza por nuevas restricciones

  • Por endurecer el acceso a las armas de fogueo, en el sector estiman una caída de casi 20 millones en volumen de negocio y  el cierre de más tiendas.
Fotografía de una armería de Murcia.
Fotografía de una armería de Murcia.

"Este es un clavo más que colocan en el ataúd de las armerías". La opinión de Daniel Álvarez, directivo y portavoz de la Asociación Nacional del Arma (Anarma) sintetiza el malestar de todo un sector en España que agoniza y se ha puesto en pie de guerra contra el Gobierno. El 22 del mes pasado, una orden ministerial publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) establecía que se endurecen considerablemente las condiciones para la venta de armas detonadoras o de fogueo en las armerías de nuestro país.

La medida, sustentada en "motivos de seguridad ciudadana" (según la explicación del Ejecutivo), implica que quienes quieran comprar productos de estas características deben estar inscritos en el Libro del Coleccionista. Traducido, tienen que tener una licencia especial concedida por la Guardia Civil para poseer las detonadoras. El trámite, además de ser muy engorroso desde el punto de vista burocrático (hay que superar incluso un test psicofísico), también resulta muy costoso: el monto de las tasas pertinentes puede llegar a triplicar el valor medio de un arma de fogueo.

La conclusión más que obvia es que la importante clientela de este tipo de "juguetes que solo hacen ruido", como definen en el sector, se evaporará. Hasta ahora, cualquier cliente mayor de edad que acudía a una armería solo requería mostrar su DNI para adquirir un arma de fogueo. Desde ahora, tendrá que acreditar que está dado de alta en el Libro del Coleccionista. Pero la orden ministerial también "tiene carácter retroactivo", según Anarma. No solo se condicionan las ventas futuras, sino que todos los portadores de detonadoras que ya las hayan comprado, deben tramitar la habilitación correspondiente o entregar los objetos para su destrucción.

"Un nuevo y terrible mazazo"

El endurecimiento de los requisitos para comprar armas detonadoras es un "terrible nuevo mazazo" que provocará pérdidas millonarias, según portavoces y fuentes del sector consultadas. Además de Anarma (la principal entidad que representa a los usuarios en España), desde la Federación Sectorial Armera -FSA-, (que agrupa a las asociaciones patronales del sector de la armería y munición española) y Zasdar, uno de los grandes distribuidores de este tipo de productos), coinciden en afirmar que lo que viene, a raíz de la decisión "unilateral de Interior", causará estragos en las armerías. Las más afectadas serán las pequeñas y de mediano volumen, que "probablemente no soportarán la caída abrupta de las ventas en su ya maltrecha economía".

Pedro Morrás, gerente de la Federación Sectorial Armera (FSA) habla directamente de nuevos cierres inminentes de establecimientos. "El volumen de negocio de las armerías mueve 700 millones en el país. En los últimos tiempos registramos un cierre medio del 5% de las armerías de manera bianual. Hoy, de las 1.500 habilitadas, solo funcionan 600. Creemos que el impacto de las nuevas restricciones provocará pérdidas cercanas al 2,5% sobre el volumen total de negocio", comenta. Es decir, unos 17.500.000 euros y el cierre estimado de unas 40 armerías más al año. "Lo peor lo llevarán las armerías más 'humildes', que son pequeñas pymes o negocios familiares. Nuestro sector ya viene perdiendo un terrible número de este tipo de tiendas, por la crisis y las numerosas restricciones que venimos soportando de manera permanente. El Ministerio del Interior prefiere prohibir como medida fácil e inexplicable", asegura.

En este punto también coincide Amadeo Rubies, dueño de Zasdar, una de las dos más grandes distribuidoras de artículos para fogueo y detonadoras que existen en el país. Desde Barcelona, donde la empresa tiene la sede principal, comenta que la nueva disposición ministerial generará pérdidas cercanas al 90% solo en el segmento de comercialización de productos de fogueo y detonadoras. "En venta directa al público teníamos más de millón de euros. A partir de ahora estimamos que no se superarán los 150.000 al año. Pero no nos quedaremos de brazos cruzados. Estamos preparando un recurso con todo el sector contra esta medida. Donde más se vende la detonadora es en la armería de tamaño medio o en las pequeñas. En consecuencia, son quienes más lo sufrirán. De todas formas, la gente seguirá comprando fogueo. Nadie podrá impedir eso. Hoy por Internet puedes comprar una pistola en Alemania y mañana Amazon te la trae e casa", subraya.

Daniel Álvarez, portavoz de Anarma, también apunta en esta línea al impacto que las nuevas restricciones tendrán en el sector:"La comercialización de armas detonadoras representa uno de los pilares en la actividad económica de cientos de armerías. Le llamamos el segmento de las ventas 'impulsivas', porque generalmente son réplicas muy bonitas que están en los escaparates de las tiendas y al cliente de este tipo de artículo, que no solo es coleccionista, suele 'entrarle' por los ojos. Ahora han lanzado esta medida absurda, una más que representa un golpe inmenso para el sector", asegura.

"Por razones de seguridad ciudadana"

En marzo pasado, los armeros comenzaron a escuchar rumores de que el Ministerio del Interior pensaba restringir el acceso a armas de fogueo, algo que se concretó la pasada semana. La orden ministerial

señala en el BOE que "por razones imperiosas de seguridad ciudadana, resulta necesario adoptar las medidas pertinentes a fin de que la adquisición, tenencia y uso de estas armas detonadoras estén destinados a las actividades para las que están concebidas, así como evitar su conversión en armas de fuego real".

Las armerías y las entidades que representan a los usuarios han puesto el grito en el cielo al enterarse de estos argumentos. "A nosotros nos explicaron que la medida obedece a temas de seguridad pública. Esa es la palabra preferida y el comodín que Interior usa cada vez que quiere prohibir algo, cuando su decisión no tiene ningún sentido. Se amparan en una supuesta estadística criminal. Dicen que han aumentado los hechos criminales en los que se advierte la reconversión de detonadoras en armas reales. Jamás pudimos cotejar ese informe y de dónde salen esas cifras. Solo hay una marca problemática que permite eso, que es la turca Zoraki. Pero la mayoría de las detonadoras no se pueden convertir en armas reales, porque están hechas con materiales que reventarían en los dedos al intentarlo. Todo esto es un despropósito", explica Álvarez.

Morrás, de la FSA, agrega: "Le hemos rogado 300 millones de veces a Interior que ataje el problema con las marcas de detonadoras que pueden causar problemas, pero que no generalice y directamente prohíba, como ha hecho. Hablamos de revólveres y pistolas que lo único que hacen es ruido. Este es un nuevo roto que nos hacen". Desde Anarmas se preguntan: "¿Qué va a pasar ahora? ¿Qué quieren, que vayan a la frontera y compren allí las detonadoras? En Francia la compra-venta está totalmente permitida y sin restricción alguna. Nos dicen también que estas armas pueden ser utilizadas para robos. Entonces que prohíban también las pistolas en las jugueterías", afirma Álvarez.

Como telón de fondo, surge otro aspecto inquietante. ¿Qué ocurrirá con los miles de ciudadanos que hoy poseen armas de fogueo, y no piensan darse da alta en el Libro del Coleccionista o entregarlas para su destrucción, como les obliga la medida de Interior? Técnicamente pasarán a infringir la Ley.  "Es una aberración. ¿Dónde está la seguridad jurídica? Esta medida es inaudita y encima tiene carácter retroactivo", concluyen las fuentes.

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