Los críticos aceleran sus movimientos

Arrimadas, contra las cuerdas: peligra su liderazgo por perder Madrid y Murcia

La líder de Ciudadanos está contra las cuerdas tras el fracaso de la moción de censura murciana. El PP 'traiciona' dos veces en una semana a la política catalana, que está atada a ellos por numerosos acuerdos.

La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, asiste al tradicional homenaje a las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, celebrado este jueves en el Bosque del Recuerdo del madrileño Parque del Retiro
Arrimadas, contra las cuerdas: peligra su liderazgo por perder Madrid y Murcia
Agencia EFE | Rodrigo Jiménez

La semana más intensa en la historia de Ciudadanos ha acabado de la peor manera para sus intereses. El partido naranja ha pasado en apenas tres días de estar a las puertas de presidir una autonomía como la de Murcia a ver cómo tres tránsfugas han traicionado a la formación para unirse al PP a cambio de acceder a varias consejerías. Lo que ha supuesto que el partido naranja pierda en apenas 72 horas la cuota de poder que tenía en hasta dos ejecutivos autonómicos. Un vuelco a su espacio electoral que ha provocado que todas las miradas ahora estén sobre Inés Arrimadas. La líder de la formación está más cuestionada que nunca. Los críticos lo saben, y han acelerado sus movimientos. Y hay quienes ya hablan de una "estocada definitiva" para la política catalana por todo lo ocurrido en estos días.

Lo que comenzó como una maniobra ganadora de Arrimadas y los suyos para acceder a una presidencia de comunidad autónoma ha acabado siendo toda una pesadilla. El vuelco pergeñado por el PP a través de Teodoro García Egea para que Isabel Franco, Franco Álvarez y Valle Miguélez dejaran tirado a su partido en la moción de censura contra Fernando López Miras ha dejado a Ciudadanos en una posición muy comprometido. Primero, porque sufre directamente una práctica que ha condenado siempre, como es el transfuguismo. Después, porque de aumentar su influencia ha pasado a perderla del todo, dado que los tres fieles a la dirección ahora serán diputados rasos en la Asamblea murciana. Y por último, porque quien ha ejecutado esos ardides ha sido el Partido Popular al que unieron su destino en casi todo el país tras las elecciones autonómicas y municipales de 2019.

Los problemas para Arrimadas se abren en esos tres frentes. La estrategia de la moción pactada con el PSOE ha resultado ser errónea. Como recuerdan fuentes consultadas, en Cs Murcia llevaba tiempo produciéndose un choque soterrado entre quienes apoyaban a la actual líder y quienes rechazaban su gestión. Una discrepancia que personificaban precisamente la vicepresidenta murciana, Isabel Franco, y la candidata a la moción, Ana Martínez Vidal. Que los seis diputados naranjas en la CCAA firmaran el pacto con los socialistas fue lo que llevó a la dirección a confiarse en que todo saldría adelante. Pero el primer aviso lo dio López Miras, cuando destituyó a los consejeros de la formación que tenía en su Consejo de Gobierno salvo a Franco. Los rumores comenzaron ahí. Y los impulsores del voto de censura ignoraron lo que se cocía hasta que lo tuvieron delante.

El otro conflicto que la presidenta de Cs tiene ahora es su relación con el PP. La dirección de Pablo Casado ha dado una estocada a Arrimadas que en circunstancias normales podría implicar una ruptura de relaciones total. Lo que ocurre es que ni ella misma ni sus compañeros naranjas pueden dar más pasos en falso en lo que respecta a enfrentarse con Génova. Su presencia en gobiernos de ayuntamientos y autonomías puede pender de un hilo si los 'populares' así lo decidieran. El motivo es que Casado y los suyos tienen la mayoría en casi todos los pactos que suscribieron en 2019 con el entonces jefe de filas, Albert Rivera. Por lo que, si ataran pactos alternativos, podrían arrebatarles ese poder en distintas administraciones.

Dicha situación aboca a Arrimadas a mantenerse ligada casi de manera obligatoria a un Casado que ha estado detrás de una maniobra que ha desgarrado a su partido por completo. 'Populares' y naranjas aún comparten dos gobiernos autonómicos, como son los de Castilla y León y Andalucía. Lo curioso de estos casos es que los líderes de ambas regiones, Francio Igea y Juan Marín, forman parte de ese sector crítico que cuestiona constantemente a la política de origen jerezano. También hay que tener en cuenta los numerosos ayuntamientos que controlan en coalición, con el de Madrid como máximo exponente. Consistorios en los que lo ocurrido en Murcia puede acelerar posibles acontecimientos. Fuentes consultadas insisten en no perder de vista a los de la capital de España o al de Granada. 

Cuestionamiento total

El rol de Arrimadas como jefa de filas está más cuestionado que nunca por los hechos. Y quienes ya lo ponían en duda de antemano ahora se ven cargados de razones para insistir en su idea de que no es la presidenta que Ciudadanos necesita. Los movimientos en privado ya han comenzado, como señalan las fuentes consultadas. En el foco, además de Arrimadas, está su número 2, Carlos Cuadrado. Además de lo ocurrido en Murcia, este último fue el principal señalado por la debacle en las elecciones catalanas. Las críticas no provocaron su salida y Arrimadas le mantuvo en su puesto. La novedad ahora es que en público también se han empezado a exigir responsabilidades. Lo que ha precipitado que la líder naranja haya convocado una reunión de su Ejecutiva para este lunes, después de que lo pidieran Juan Marín o la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís.

Las fuentes consultadas por esta redacción señalan que esa reunión del lunes puede marcar el destino de Inés Arrimadas. Murcia ha sido el colofón a una semana nefasta, y que se ha saldado con la expulsión del partido de los tres tránsfugas. Pero lo que puede rematar definitivamente su liderazgo es lo que ocurra en las elecciones madrileñas del 4 de mayo. A ese encuentro del lunes, en el que estarán algunos que rechazan su gestión y otros que la respaldan, acudirá marcada por una confianza rota con el PP y con el fracaso de sus primeros pactos autonómicos con el PSOE. Por lo que sus acuerdos con el bipartidismo pueden acabar con su carrera política. Con un símil taurino lo resume una fuente de Cs: "En una faena inconmensurable, con apertura de la Puerta del Príncipe, el bipartidismo, PP y PSOE, han propinado una estocada hasta la bola a Inés". 

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