Arrimadas tantea al grupo fundador de Cs para que se integre otra vez en el partido

  • La líder de facto tras la dimisión de Rivera ya ha contactado con varios miembros a los que la anterior dirección llegó a no cogerles el teléfono. 
Inés Arrimadas, al llegar al Congreso por el 41º aniversario de la Constitución
Inés Arrimadas, al llegar al Congreso por el 41º aniversario de la Constitución
Rodrigo Jiménez / EFE

Inés Arrimadas mantiene su afán de pacificar Ciudadanos tras la debacle del 10-N. Una tarea de la que se está encargando a pesar de no haber sido designada oficialmente como líder, ya que el congreso en el que será proclamada (salvo sorpresa total) se celebrará en marzo. Pero la líder catalana ha empezado a moverse en varios frentes para buscar la unidad de un partido que ha pasado un 2019 instalado en la ciclotimia. Uno de ellos es el de convencer a los fundadores de los naranjas para que vuelvan a integrarse en la dinámica del día a día, según ha podido saber La Información. Por lo que ya ha empezado a contactarles con la intención de convencerles de que su actitud no tiene nada que ver con la de Albert Rivera, que incluso llegó a dejar de cogerles el teléfono, como ha podido confirmar este diario.

Entre aquellos a los que Arrimadas o gente de su equipo han contactado están Francesc de Carreras, Arcadi Espada o Xavier Pericay, según informan fuentes cercanas a todos ellos. También tienen previsto en Cs llamar a filas a otros de sus fundadores más destacados, como es el caso de Félix de Azúa. Todos ellos comparten su rechazo a los últimos meses de liderazgo de Rivera, que estuvo marcado por una estrategia muy alejada de las esencias del manifiesto fundacional del año 2005. Pero ahora quieren aprovechar esta sucesión para ayudar a que la formación logre su objetivo de que Pedro Sánchez gire hacia un pacto con ellos y con el PP. Aunque varios de ellos critiquen en privado al PSOE por "alejarse del constitucionalismo" tras su decisión de negociar con ERC.

Ni respuesta a las llamadas

Esa ruptura del exlíder catalán con los que fueran sus referentes fue tal que incluso rompió la relación que tenía con la mayoría de ellos. Una actitud que éste justificó con las críticas que recibía de ese grupo fundador, que afirmaron en público o en privado que se había alejado del centro e incluso le había comprado parte de su discurso a Vox.

La distancia que se generó entre Rivera y Espada, Pericay o De Carreras llegó incluso a situaciones de "mala educación", según las fuentes consultadas. Entre las que se citan están los mensajes sin responder o las llamadas que no cogía o incluso rechazaba. Lo mismo hacían miembros de su dirección, que tampoco quisieron atender a las demandas de otros fundadores como Teresa Giménez Barbat.

Esta decisión de ignorar a quienes impulsaron el proyecto que Rivera lideró hasta el pasado noviembre no solo afectó a estas personas. El exdiputado también hizo el vacío a empresarios del Ibex que querían discutir con él la estrategia del partido, como admitió él mismo. Algo que Rivera justificó con que estaba protegiendo a los votantes de las presiones externas.

"El entendimiento será más fácil"

Las fuentes consultadas señalan las reservas iniciales que existían entre este grupo de escritores e intelectuales por el ascenso al liderazgo de una dirigente que ya era la 'número 2' cuando se decidió ignorarles. Por eso Arrimadas quiso diferenciarse desde el principio, con gestos hacia otros 'apartados' en su día, como fue el caso de Luis Garicano, que desde hace unas semanas se ha convertido en uno de los principales apoyos que tiene la sucesora de Rivera, ya que el economista y ella mantienen un "contacto permanente", como pudo confirmar este diario.

Ese talante no solo respondía a su interés en recuperar a aquellos que perdieron peso por el giro de la dirección de la que ella misma formaba parte. Otra de las intenciones era acallar a ese sector crítico que había surgido durante este año, y que se materializó a través de las dimisiones de Toni Roldán, Javier Nart o Francisco de la Torre. Unas salidas a las que se sumó la contestación interna a las decisiones de la cúpula naranja, con Fernando Maura y Francisco Igea como puntas de lanza de ese sector díscolo.

Esto le sirvió a la política de origen jerezano para allanar el camino a la reconciliación. Su afinidad a Rivera era suficiente motivo para la desconfianza por parte de quienes se desvincularon o fueron apartados por no compartir la estrategia. Pero la disposición de Arrimadas a volver a contar con todos los que fundaron el partido, además de con otros exdirigentes que fueron importantes en la etapa catalana de Cs, ha convencido a los más escépticos. Así lo señalan varias fuentes consultadas por esta redacción, que elogian el paso dado por la nueva líder naranja. "Si la actitud es distinta, el entendimiento va a ser mucho más fácil", aseguran.

Otros miembros que tuvieron gran importancia en los inicios de Ciudadanos y que aún no han recibido noticias de Arrimadas también aplauden los pasos que ha dado. "Este cambio hay que elogiarlo. Se ha pasado de ni cogernos el teléfono o despreciarnos en público a que ahora se quiera saber qué pensamos. Porque siempre será nuestro partido", explica uno de ellos. También está por ver si esta maniobra implica la integración de personas afines a Rivera que no lo eran tanto con la líder catalana. Uno de ellos es Jordi Cañas, que cuenta con el aval de los fundadores para tener peso en la nueva etapa del partido.

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