El inspector de Asuntos Internos que ha investigado al excomisario José Manuel Villarejo ha admitido su estatus "singular" dentro de la Policía, pero lo ha desvinculado de los supuestos negocios privados por los que se le juzga y que reportaron más de medio millón de euros a su "patrimonio personal y familiar". El juicio del caso Tándem a Villarejo y a otra treintena de acusados ha alcanzado este miércoles su jornada número 20 en la Audiencia Nacional, donde ha seguido declarando por cuarto día el inspector que dirigió la investigación policial.
Una vez más, el inspector ha desvinculado los tres supuestos proyectos de espionaje que se juzgan -Iron, Land y Pintor- del trabajo que Villarejo desempeñó dentro de la Policía, donde ha reconocido que tenía un estatus "singular". Aunque ha reiterado no haber encontrado "ningún indicio ni dato" de que Villarejo fuese un agente encubierto, no ha dudado de que se le asignasen diferentes identidades para el "manejo de fuentes humanas", que era su función en la Policía.
Pero en todo momento y ante la insistencia de la defensa por tratar de acreditar que las empresas de Villarejo eran una cobertura de sus supuestas operaciones oficiales, el inspector ha asegurado no haber visto la utilización de la sociedad Cenyt, clave en la causa, y otras vinculadas a ella "más allá" que "para asumir los encargos" de sus clientes. A través de esa "actividad privada" es cómo el patrimonio "personal, familiar" y "societario" de Villarejo "crece y se nutre", ha explicado el inspector, que ha elevado a 660.000 euros la cifra que cobró de los proyectos que se enjuician, tras dejar constancia de que no han hallado ni entradas ni salidas de dinero de las cuentas del entramado hacia la Administración.
La defensa de Villarejo, cuyo interrogatorio se ha alargado más de siete horas entre ayer y hoy, ha intentado con sus preguntas desmontar la acusación de cohecho que pesa sobre él y acreditar que estaba autorizado por el Estado para usar sus empresas como cobertura para sus operaciones oficiales. El inspector no ha puesto "en tela de juicio" que "algunos mandos policiales" conociesen las oficinas de Villarejo, pero ha señalado que no puede saber "de forma fehaciente" el nivel de detalle que tenían sobre las actividades que desempeñaba "exactamente".
Y, mientras las grabaciones de las conversaciones con antiguos directores adjuntos operativos de la Policía siguen en investigación, sí que ha afirmado con rotundidad que no ha encontrado nada que afirme que Eugenio Pino, que ejerció tal cargo con el exministro Jorge Fernández Díaz y que está imputado en otra pieza, "tuviese conocimiento" de los proyectos que se enjuician. El testigo se ha mostrado sorprendido con el supuesto informe de compatibilidad elaborado en 2015 por un subordinado de Pino -también imputado en otra pieza- sobre las empresas de Villarejo porque "no se compadecía con la realidad", ya que decía que tenían como objeto "la administración de un patrimonio personal y familiar", cuando una "mera consulta" hubiese revelado que son empresas de servicios.
Cuestionado a su vez por su papel en los registros, el inspector ha recordado que, para comprobar el supuesto "ánimo de lucro de las conductas investigadas", se intervinieron en dos viviendas de Villarejo unos 200.000 euros en efectivo, joyas y relojes y "cinco lingotes de oro de 100 gramos", entre otros "efectos de valor". También ha rechazado que haya evidencias de que la periodista Ana Rosa Quintana pidiese ayuda a Villarejo para uno de los proyectos de espionaje, como sostiene el excomisario, cuya defensa ha vuelto a pedir la desclasificación de material reservado para tratar de confirmar su tesis de que actuaba en beneficio del Estado.
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