Un 'ataque de cuernos' llevó a la detención de la cúpula de ETA en Bidart hace 25 años

  • La pista que condujo hasta Pakito, Txelis y Fiti se inició por la delación de un colaborador, despechado por las 'atenciones íntimas' de su mujer e hija con los etarras a los que escondían.

    Tras la caída del colectivo 'Artapalo', que dirigió la banda en su época más sanguinaria, ETA ya nunca volvió a ser la misma al ponerse fin al mito de la invulnerabilidad de sus jefes.

Txelis, Pakito y Fiti
Txelis, Pakito y Fiti
Iñaki Etxarri y Bárbara Barón

La caída de la cúpula etarra en Bidart se produjo por el despecho de un colaborador. Vamos, que lo que vulgarmente se conoce como 'un ataque de cuernos' fue el increíble y sorprendente inicio de una investigación que permitió a las Fuerzas de Seguridad desarticular la dirección que comandó los años más sanguinarios de ETA.

Todo se desencadena el 9 de enero de 1989, -en realidad había comenzado meses antes entre las sábanas de una cama en la habitación de un 'piso de seguridad' de un pueblo del interior de Gipuzkoa-  cuando "un individuo anónimo me llamó y me dijo que me iba a dar datos para que la policía pudiera detener un comando, el 'comando Eibar'", según contó en su día el por entonces Gobernador Civil de Gipuzkoa, José Ramón Goñi Tirapu.Sexo, infidelidades y muerte

Pero vayamos por partes. Mejor dicho, empecemos por el final de esta historia de sexo, infidelidades, muerte y crueldad...

Domingo 29 de marzo de 1992, hace 25 años. Caserío Xilokan, en el camino Enemaitena de Bidart, localidad de poco más de 4.000 habitantes, entre San Juan de Luz y Biarritz, y que apenas dista 25 kilómetros de la frontera, la guardia civil, la policía nacional y la gendarmería francesa, en una operación conjunta, asestan el que hasta entonces es el mayor golpe a ETA desde su fundación. Cae el colectivo 'Artapalo'. La cúpula de la banda terrorista al completo: Francisco Mujika Garmendia, Pakito; José Luis Álvarez Santacristina, Txelis; y José María Arregi Erostarbe, Fiti, responsables del aparato militar, político y de logística de ETA, respectivamente.

Las fuerzas de élite de la policía gala habían entrado en el caserío a las 6.40 de la mañana y además de la troika dirigente de la banda terrorista caen otras siete personas. El ministro del Interior francés, Philippe Marchand, comunica personalmente la noticia a su homólogo español, José Luis Corcuera, que junto al Secretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera, y toda la cúpula de interior, sigue la operación desde la sede del Ministerio en Castellana, 5, en permanente contacto con el Palacio de la Moncloa y el Presidente del Gobierno, Felipe González.

La desarticulación de la dirección de ETA supone una inmensa alegría y, en cierto modo, un alivio para el Gobierno español a pocas semanas del inicio de la Expo 92 en Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona. La organización terrorista había asesinado a 46 personas en 1991 y el número se redujo a 26 asesinatos ese año de 1992; 14 en el 93 y 13 en 1994.'Oldartzen', la socialización del sufrimiento

Aunque todavía tendrían que venir años de plomo -hay que tener en cuenta que bajo la dirección de la cúpula que sustituyó a la caída en Bidart, comandada por Mikel Albisu, 'Antza', se produjo la llamada 'socialización de sufrimiento', la que surgió de la ponencia 'oldartzen' (acometiendo), a partir de la que ETA decidió atentar también contra políticos y periodistas-, las detenciones de Bidart supusieron un antes y un después en la historia trágica de ETA, hasta el punto de que muchos las consideran el "principio del fin" de la banda. Tanto por la dureza en sí misma del golpe infligido a los terroristas, como por lo que significó de punto y final al mito de la invulnerabilidad de la dirección etarra. A partir de aquel 29 de marzo las sucesivas direcciones de ETA fueron cayendo una tras otra y, cada vez, con menor intervalo de tiempo.Rufi Etxeberria, el hombre q susurraba a los oídos d ETA. Ideólogo de ponencia Oldartzen, por la q Goyo fue asesinado pic.twitter.com/cmPc5FqTt8— F. Gregorio Ordóñez (@F_GregOrdonez) 25 de noviembre de 2013

La respuesta de ETA a las detenciones de Bidart no se hizo esperar y apenas 24 horas después asesina a dos personas con un coche bomba. Pocos días después de las detenciones de Bidart, y mediante un comunicado en el diario EGIN, el 3 de abril de 1992, ETA reivindicaba así el asesinato del militar Joaquín Vasco Álvarez, causado por un coche bomba que produjo también la muerte del transeúnte Juan José Carrasco Guerrero. “No hace mucho que ETA manifestaba su firme intención de seguir golpeando contra todas las fuerzas y aparatos de Estado y en todos sus frentes de lucha, subrayamos y reiteramos esa intención; si alguien piensa, ciega y cobardemente, que recurriendo a la vía policial se va a evitar lograr los derechos fundamentales que a nuestro pueblo se le deben, debería saber a estas alturas que la sed de libertad de nuestro pueblo está firme y hondamente enraizada"Siguiendo esta línea, ETA insistió en la necesidad de negociar y en su empeño de no abandonar la lucha armada. “Queremos dejar claro también que el marco ETA-Gobierno español es la única base sólida de la Negociación Política para resolver el conflicto actual, el marco que abrirá el camino a la participación de los partidos e Instituciones, en definitiva”.El comunicado Concluye con la amenaza de que “mientras tanto, y en la medida que el Gobierno español no avance en ese camino, ETA mantiene todos sus frentes abiertos”.El desencadenante de la operación de Bidart

Pero volvamos la vista tres años y tres meses atrás de aquellos hechos, al 9 de enero de 1989. Aquel día, un colaborador legal del 'comando Eibar' se ofrece como confidente al Gobernador Civil de Guipúzcoa. Una 'traición' a la organización terrorista provocada por el desprecio que los tres terroristas del comando le dispensaban y por las 'atenciones' que su mujer y su hija dispensaban, a su vez, a los tres terroristas.

Así, el militante legal (no fichado por la policía) de ETA al que llamaremos Koldo (Luis), aunque su nombre clave era Pedro, llama el 9 de enero al Gobernador Civil de Guipúzcoa, José Ramón Goñi Tirapu, y meses después llega a un acuerdo para convertirse en confidente. Durante varios años, Koldo había ayudado al 'comando Eibar'. En esta 'misión' participaba también su mujer, que cuidaba personalmente a los miembros del comando cuando se escondían en su casa y les servía de correo con la organización.

Un día, Koldo descubre que su mujer y su hija de 15 años también mantenían otro tipo de atenciones y cuidados –mucho más íntimos y placenteros (la lucha armada parecía no estar reñida con el sexo)– con los etarras que les visitaban. Su esposa, al menos, con los tres terroristas, con los que seguiría teniendo 'contacto' y visitando años después en la cárcel.

Koldo se siente herido y traicionado y le invaden los deseos de venganza. En pleno 'ataque de cuernos' estudia su venganza y planea entregar a la policía a los miembros del comando que han traicionado su confianza. Por ello decide ofrecerle un acuerdo al gobernador civil.

La operación se activa y cae el sanguinario 'comando Eibar' en un piso de Ondarroa (Vizcaya), Juan Carlos Balerdi Iturralde, Eneko, de 27 años; Jesús María Ciganda Sarratea, de 28 años, y Fermín Urdiain Cirizar, de 25 años, son detenidos por la policía el 18 de abril de 1989.Huida a Francia

El colaborador (de ETA y a partir de ahora también de la policía) no tiene más remedio que huir al sur de Francia. Nadie en ETA sospecha de él y todos le acogen con los brazos abiertos. Son conscientes de que los etarras detenidos podían dar su nombre en los interrogatorios.

El ya miembro 'ilegal' de ETA y a la vez confidente policial se instala en Lourdes. El acuerdo al que ha llegado con el Ministerio del Interior, le pagarán 30 millones de las antiguas pesetas (180.000 euros), le permite comprarse un piso muy cerca del santuario mariano. ya es un 'topo', controlado por la policía, en las mismas entrañas de la serpiente etarra.

Unos meses después, un mensajero de la banda terrorista llega a su casa y le entrega una mochila con la indicación de que ya pasará alguien a recogerla. Inmediatamente, en cuanto el etarra se marcha de la vivienda, Koldo avisa a su controlador policial. Al abrir el bolso o mochila no encuentran nada.  No puede ser. Los servicios de información envían al lugar a Pedro Gómez Nieto, guardia civil y agente del Cesid. Éste localiza debajo de la base de la mochila una lista con tres nombres de personas no fichadas por la policía.'Patxi' permite llegar hasta 'Txelis'

Uno de esos nombres es el de Francisco Rullán Patxi. La Guardia Civil comienza a vigilar cada uno de sus pasos: Es un miembro legal de la banda terrorista que pretende entrar en algún comando ilegal. El seguimiento a Rullán es continuo. Día y noche tiene a la Guardia Civil, que no le deja ni a sol ni a sombra, tras sus pasos.

Patxi no lleva a cabo ningún movimiento relevante hasta que meses después parece que va a tener un contacto con un responsable etarra. El encuentro se produce en la localidad vascofrancesa de Anglet, a pocos kilómetros de la frontera.

Allí, al lado de la iglesia, un coche camuflado de la guardia civil vigila los movimientos que se producen, es la denominada 'operación Pájaro' y graba la escena: Patxi aparece montado en bici y a su encuentro llega, ni más ni menos, que el jefe del aparato político de ETA, José Luis Álvarez Santacristina, Txelis. Uno de los tres integrantes de la cúpula dirigente de ETA. El denominado colectivo 'Artapalo'.

La que era una investigación antiterrorista más había llevado a las fuerzas de seguridad hasta uno de los jefes de ETA, que a partir de ese instante es seguido día y noche. Está activada la 'operación Broma-queso'. El pez gordo no se les puede escapar, piensan en Interior, que pretende activar cuanto antes su detención. En la Guardia Civil se pide tiempo porque se considera que Txelis puede llevarles hasta el resto de los 'jefes' de la banda.Operación Broma-queso

La Benemérita y la Policía se convierten en las sombras del jefe político de ETA. Saben que es en la calle Des Pastorelles B- 2, en Bayona, donde tiene su 'cuartel general', su oficina; mantiene reuniones en el caserío Txantxangorria (petirrojo), en Arcangue, y vive en Elizaldia, en Guethary, al lado mismo de la frontera. Además, a veces, también se reúne con otros etarras en el caserío Xilokan, en un lugar apartado, a unos 400 metros del núcleo urbano de Bidart.

Ya entrados en el mes de marzo se da la orden: Hay que detener a Txelis. Va a mantener una reunión con otros miembros de ETA. Es el momento.  En marzo de 1992 se deciden a actuar. La Policía francesa se moviliza para detenerle en una reunión con otros etarras. Las fuerzas de seguridad francesas están preparadas. Pero todo se frustra: El jefe del aparato político de ETA no acude a la cita.  Cunde el desánimo en el Ministerio del Interior, pero el entonces director de la Guardia Civil, Luís Roldán tranquiliza a José Luis Corcuera y Rafael Vera y pide tiempo.

La operación para detener a Txelis aún no ha terminado. Cinco días después del primer intento, el 29 de marzo, se repite la operación en Bidart. Esta vez si aparece Txelis. El camino Enemaitena, que lleva al caserío Xilokan, está atestado de policías. Un miembro del servicio de información de la Guardia Civil no da crédito a lo que cree ver y llama inmediatamente a su director, Luís Roldán: Cree haber identificado en las immediaciones del caserío al número uno de ETA, al jefe militar, al objetivo número uno de las policías española y francesa: Francisco Mujika Garmendia, Pakito. El hacha corta la cabeza de la serpiente

La Policía francesa entra en la casa y encuentra a Txelis; a quien sospechaban que podía estar allí, Francisco Múgica Garmendia, Pakito; y a otro etarra al que tardan en identificar, pero también es un 'pez gordo': José María Arregui Erostarbe, Fiti. Ha caído la cúpula de ETA al completo. El colectivo 'Artapalo'. Posiblemente el mayor golpe policial a la banda desde su fundación. La serpiente ha quedado descabezada.

Por primera vez, una operación policial lograba desmantelar la cúpula etarra al completo o casi al completo. La detención de aquella cúpula demostró que ETA era vulnerable y provocó además una gran desmoralización en sus bases. ETA ya no volvería a ser la misma desde aquel 29 d emarzo de 1992. Se desmanteló su aparato logístico y necesitó años para reconstruirse. Cuando lo hizo y no tuvo la fuerza de su etapa precedente.

Quién propició todo aquello, al menos en sus inicios, el 'topo' Koldo, Pedro para los amigos, falleció pocos años después de la operación de Bidart. Víctima de un cáncer. Nunca fue descubierto por la banda, aunque ahora ya sí que se conoce su historia, y ETA le despidió entre loas, vítores y homenajes. La duda reside en si antes de fallecer se sinceraría con su mujer y su hija para contarles por qué tenían que hacer cientos de kilómetros para visitar en la cárcel a sus amantes etarras del 'comando Eibar' y continuar, ya entre barrotes, con sus 'cuidados íntimos'. 

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