Resolución de hasta 416 incidencias

Atendidas 1.700 llamadas al 112 Ceuta, la mayoría por peleas y asentamientos

El Gobierno ceutí ha expresado su "agradecimiento" a los servicios de emergencias que están a disposición de la "grave crisis" que está atravesando la ciudad desde el pasado lunes.

Dos menores migrantes
Atendidas 1.700 llamadas al 112 Ceuta, la mayoría por peleas y asentamientos.
Europa Press

La entrada irregular en Ceuta de unas 8.000 personas, la mayoría de ellos marroquíes, ha aumentado el número de llamadas de emergencias al servicio 112, principalmente relacionadas con peleas por las calles o por asentamientos ilegales de estas personas. Según los datos proporcionados hoy por el Gobierno ceutí, el teléfono de Emergencias 112, adscrito a la Consejería de Presidencia del Gobierno local, ha atendido en las últimas 48 horas 1.716 llamadas que han derivado en la resolución de hasta 416 incidencias.

La mayoría de las incidencias han estado relacionadas con peleas, asentamientos ilegales e intentos de allanamientos de viviendas y locales por parte de estas personas. El Gobierno ceutí ha expresado su "agradecimiento" a los servicios de emergencias que están a disposición de la "grave crisis" que está atravesando la ciudad desde el pasado lunes. Los inmigrantes marroquíes que han entrado en Ceuta han estado en los dos últimos días caminando sin rumbo fijo por las calles de la ciudad, a la espera de una solución a su situación ilegal.

Por su parte, el Ministerio del Interior ha elevado a 5.600 la cifra de inmigrantes que ya han retornado a Marruecos tras acceder de forma irregular a Ceuta, de los aproximadamente 8.000 que lograron rebasar el perímetro de la frontera desde el lunes de madrugada, según los datos recopilados hasta las 13.00 horas de este miércoles. El último dato supone que el 70% de los inmigrantes que han entrado en las últimas horas de crisis diplomática con Marruecos han retornado ya a su país de origen. El Gobierno mantiene que los menores, de los que no dan cifras oficiales, tienen un "estatus especial", por lo que muchos de ellos están siendo sometidos a pruebas para certificar su edad.

En rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, el titular del Interior, Fernando Grande-Marlaska, aseguró que entre los inmigrantes a los que se había devuelto a Marruecos aplicando los acuerdos bilaterales de 1992 no había ningún menor. La Delegación del Gobierno en Ceuta ofreció a primera hora del miércoles una cifra de 4.800 retornados de acuerdo al proceso habilitado por el Ministerio del Interior, que ha dispuesto un sistema de gestión durante las 24 horas del día, además de refuerzos policiales de unidades de 'antidisturbios' de Policía Nacional y Guardia Civil. Entre los retornados, por tanto, hay ciudadanos marroquíes que han tomado esta decisión voluntariamente. Desde ayer por la tarde las entradas se han reducido a prácticamente cero.

Rechazo en frontera 

Las Fuerzas de Seguridad y las unidades militares desplegadas en el entorno de la frontera del Tarajal y el resto del vallado de la localidad española norteafricana comenzaron este martes a aplicar la figura del rechazo en frontera para expulsar nada más llegar a suelo nacional a los inmigrantes indocumentados, aunque la pasividad de los agentes marroquíes permitió durante horas que muchos volviesen a intentar el cruce inmediatamente, según han informado a Europa Press fuentes policiales.

El establecimiento de controles de las Fuerzas Auxiliares y la Gendarmería del Reino alauita en las carreteras que llegan hasta Fnideq y Beliones para evitar la entrada en ambas localidades limítrofes con Ceuta de no residentes durante la mañana del martes contribuyó a reducir la presión migratoria sobre la ciudad española, en la que no se han registrado nuevas entradas a lo largo de la noche de este miércoles.

La expulsión en horas a través de la frontera del Tarajal de los ciudadanos marroquíes llegados irregularmente a Ceuta era la tónica habitual de abordaje de las entradas de súbditos del Reino alauita en la ciudad española hasta marzo del año pasado, cuando el paso quedó clausurado por la pandemia. Desde entonces Rabat sólo aceptó el cruce de nacionales que habían quedado atrapados al otro lado de la valla y, a finales de abril, de más de cien jóvenes mayores de 18 años que habían cruzado a nado a lo largo de un fin de semana en el primer amago de la crisis migratoria que ahora se ha multiplicado exponencialmente.

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