Australia asigna 89 millones dólares para empleo por cierre de General Motors

  • El primer ministro de Australia, Tony Abbott, anunció hoy que destinarán unos 89 millones de dólares (64,7 millones de euros) para la generación de empleos en los estados afectados por la decisión de General Motors de cesar la producción de coches en su país en 2017.

Sídney (Australia), 18 dic.- El primer ministro de Australia, Tony Abbott, anunció hoy que destinarán unos 89 millones de dólares (64,7 millones de euros) para la generación de empleos en los estados afectados por la decisión de General Motors de cesar la producción de coches en su país en 2017.

"Puedo anunciar que el Estado está poniendo unos 100 millones de dólares (australianos) para potencialmente financiar proyectos de generación de empleos en Australia del Sur y Victoria", declaró Abbott en una rueda de prensa en Camberra.

El dinero de la financiación saldrá de las arcas del Gobierno de Australia y de los estados de Australia del Sur y Victoria, donde la filial de General Motors, Holden, tiene centros de producción de vehículos.

La decisión, anunciada la semana pasada, implica que unos 2.900 trabajadores de Holden perderán sus empleos en 2017, año en el que Toyota se convertiría en el único fabricante de vehículos en Australia si no decide seguir los pasos de la filial de la General Motors.

En la rueda de prensa Abbott dijo que a pesar de que actualmente se afronta "problema en la industria del motor", el resto del sector manufacturero, que calificó de "vital" para la economía de su país, sigue desarrollándose de forma satisfactoria.

General Motors justificó la medida, que pone fin a más de 60 años de fabricación de coches Holden, a la alta apreciación del dólar australiano, cuyo precio ha aumentado desde 2001 desde 0,50 a 1,10 dólares, es decir que esta divisa es "65 por ciento más cara que hace una década".

Los altos costes de la producción y un mercado fragmentado en Australia, donde los consumidores prefieren coches de menor tamaño o más económicos como los que ofrecen las marcas asiáticas, así como las ventajas que ofrecen otros países para la producción de coches, son otras razones esgrimidas por el director ejecutivo de General Motors, Dan Akerson, en un comunicado fechado en Detroit (EE.UU.).

La crisis del sector automotriz no es nueva en Australia, las alarmas sobre su futuro ya habían sonado con fuerza el año pasado cuando la Ford anunció que cerrará sus plantas australianas de ensamblaje de coches en 2016 y cuatro años antes había hecho lo mismo la Mitsubishi.

La anterior administración del Partido Laborista había puesto en marcha un multimillonario plan para ayudar a la industria automotriz local, pero tras asumir las riendas del Ejecutivo, Abbott dijo que no daría ayudas adicionales a Holden fuera de los 457 millones de dólares (332 millones de euros) prometidos a este sector para el año fiscal 2016-17.

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